lunes, 29 de noviembre de 2010

¡No os quedéis resignados en casa!

Llamamiento del presidente de los sindicatos irlandeses a la gran manifestación popular en Dublín del 27 de noviembre
Jack O'Connor 
 

 

“La democracia consiste en algo más que en votar en las elecciones cada cinco años. No podemos quedarnos quietos esperando a que claven el último clavo de nuestro ataúd. Todavía podemos influir en el resultado saliendo a la calle y sumándonos a la manifestación por Un camino mejor y más justo convocada en Dublín para el sábado 27 de noviembre."
Reproducimos a continuación el llamamiento del presidente de los sindiactos irlandeses a la gran manifestación popular contra la catastrófica política económica del gobierno irlandés que tuvo lugar lugar en Dublín el pasado 27 de noviembre.
El gobierno ha anunciado el presupuesto más duro desde la fundación del Estado como regalo de despedida al pueblo irlandés.
Tal es el resultado de permitir que los especuladores, los banqueros y los constructores inmobiliarios el desbaratamiento, el pillaje y la ruina de nuestra economía.
Lo encubrieron todo al incluir entidades financieras de todo punto inútiles en el esquema de garantías públicas el 19 de septiembre de 2008, hipotecando así el futuro de todos los habitantes de Irlanda.
Se nos dice que el draconiano presupuesto que se nos propone es esencial para convencer a los inversores en los mercados de bonos para que nos presten el dinero necesario para la marcha del país. Es exactamente lo mismo que nos dijeron el año pasado, cuando nos infligieron un recorte de 4 mil millones de euros. El movimiento se demuestra andando. Y la cosa no anda.
Más empresas cerradas, más gente sin trabajo y una economía sin el menor atisbo de crecimiento. Tampoco anduvo la cosa en los mercados de bonos, ni en las tasas de los préstamo, disparadas.
A los compradores de bonos les trae al pairo si en los próximos cuatro años comemos caviar o nos morimos de hambre.
Lo único que les interesa saber es si nuestra economía crecerá para que podamos devolverles su dinero.
Y eso no puede ocurrir sin un plan creíble de inversiones y sin medidas capaces de promover la demanda nacional, no de yugularla.
Lo que anda en juego es nuestra soberanía nacional, amenazada por las políticas del gobierno.
La UE insiste en la reducción del hiato entre nuestros ingresos y nuestros gastos públicos, hasta reducirlo a un 3% en 2014. Ese es un objetivo prácticamente imposible, porque reduce nuestra capacidad de crecimiento.
Sin embargo, si no hacemos caso, hay un peligro real de que el Banco Central Europeo deje de financiar nuestros bancos nacionales, lo que resultaría en un colapso total.
No dejará de presionar para fijar un calendario de ajustes.
Los ideólogos de un libre mercado sin bridas están insistiendo ya en la UE en reestructurar nuestro mercado de trabajo, es decir, en recortar los derechos laborales de la gente, los derechos a prestaciones sociales públicas, etc.
Se nos dice una y otra vez que no hay alternativa, y que por lo mismo que no lahay, no tiene caso protestar.
Eso es completamente falso. Hay un camino mejor y más justo.
El calendario para el ajuste es demasiado corto. Debería extenderse hasta el 2017.
Andan en juego asuntos de importancia crítica.
La economía está por los suelos porque la gente tiene miedo de gastar. Tienen miedo de perder sus trabajos, sus hogares y sus pensiones. La tasa de ahorro se ha más que doblado desde 2007.
La clave para la recuperación pasa por un plan creíble para la creación de puestos de trabajo que inspire esperanza y confianza. Y eso no puede conseguirse sin una estrategia de inversiones inteligente. [...]
La otra gran cuestión que queda por decidir es sobre quién recaerá el coste del ajuste.
En los dos últimos años, el gobierno ha perpetrado recortes por más de 14 mil millones de euros. La parte del león de esos recortes ha recaído sobre las espaldas del pueblo trabajador y de quienes más dependen de los servicios públicos, mientras que los ricos apenas se han visto afectados. Se habla de ampliar la “base fiscal”. En otros países eso significa normalmente un aumento de los impuestos a la riqueza y al capital, pero aquí solo parece querer decir que las familias de ingresos medios y bajos pagarán más. Tenemos que ser capaces de revertir eso.
No puede esperarse que el pueblo se pauperice, mientas quienes más han contribuido a causar el problema salgan del mismo como si nada. Ha llegado la hora de insistir en que pague la codicia y no la necesidad.
Hay más vías para la política presupuestaria que la de esperar hasta el día en que el gobierno tenga a bien comunicar sus decisiones al país. Ese día será sin duda demasiado tarde.
La democracia consiste en algo más que en votar en las elecciones cada cinco años. No podemos quedarnos quietos esperando a que claven el último clavo de nuestro ataúd. Todavía podemos influir en el resultado saliendo a la calle y sumándonos a la manifestación por Un camino mejor y más justo convocada en Dublín para el sábado 27 de noviembre.
Jack O'Connor es el presidente de la unión de todos los sindicatos obreros irlandeses, la ICTUTHE.
Traducción para www.sinpermiso.info: Ricardo Timón

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