sábado, 27 de agosto de 2011

Comunicado de Democracia real ya sobre la reforma constitucional y el techo de deuda




“España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.” Sin embargo parece que nuestra Constitución la deciden ahora Merkel y Sarkozy de espaldas a la ciudadanía y con formas anti-democráticas que contradicen la propia Constitución.

Se ha publicado ya en distintos medios el artículo 135 pero en casi todos ellos la discusión se está centrando en el tope del 0,4% del déficit y no en la consecuencias reales que se derivan de esa reforma.

Hay ciertos puntos sobre los que Democracia real Ya! considera que se debe centrarse el análisis del artículo 135 por su especial gravedad:


¿Qué supone limitar el déficit de un país en tiempos de crisis?

1: TECHO DE GASTO

El superávit o déficit presupuestario de un país es la diferencia entre los ingresos y sus gastos en un año. El importe del déficit/superávit mide lo que nos endeudamos o ahorramos colectivamente al final del año. Limitar el déficit limita la capacidad de financiación del Estado y con ello principalmente los gastos sociales, desde las pensiones hasta la sanidad, educación, transportes, cuerpo de bomberos, el salario de los funcionarios, etc.

El problema en España no es el déficit, sino la caída de los ingresos, debido a la explosión de la burbuja inmobiliaria. El déficit que define la UE, no es el déficit real. Es decir, no incluye ciertos gastos como gastos, sino en otras partidas. El déficit real de países como Alemania es mucho más elevado que el de España, sin embargo se escuda en su definición contable que no incluye las enormes cantidades monetarias que ha gastado en rescatar a sus bancos. Así pues se acusa a ciertos gastos, especialmente los sociales de ser los causantes del incremento de la deuda simplemente porque aparecen contabilizados de esa manera, pero en el caso de Alemania, Luxemburgo o Reino Unido los causantes del incremento de la deuda son los gastos financieros destinados a “parchear” unos bancos que han jugado a la ruleta de la fortuna con los ahorros de sus ciudadanos.

Forzar el equilibrio de la balanza fiscal española para garantizar el pago de la deuda a Europa implica una pérdida total de soberanía económica. Los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones gozarán de prioridad absoluta, por encima de cualquier gasto social.

Buena parte de la nueva deuda que emitamos se destinará a pagar la deuda ya existente, llevándonos a una espiral de deuda que jamás podremos terminar de pagar. Un gran negocio para nuestros acreedores que principalmente son la banca francesa y alemana.

2: PRIORIDAD ABSOLUTA DE BANCA

Con el nuevo artículo 135 cuando un municipio, una diputación, una comunidad o el estado central esté en una situación difícil, por tener muchas deudas y obligaciones de pago, además de ingresos, cada euro que entre tendrá que ir para pagar la deuda e intereses, no pudiendo pagar ni sueldos, ni pensiones, ni prestaciones, ni ningún tipo de gasto hasta que no haya cubierto totalmente dicho importe.

En la liquidación de las empresas cuando quiebran, lo primero que pagan son los salarios y después al resto de proveedores, porque se considera que los asalariados son la parte débil que no debe pagar los riesgos que supone un negocio, ya que no se beneficia cuando aumentan los beneficios. La gran diferencia es que en este caso se prioriza y beneficia a los bancos, que evidentemente no son la parte débil, pero sí son quienes realmente redactan nuestra leyes.

3: NO SE PODRÁ NEGOCIAR

Este punto es de vital importancia por que entra en vigor en pocos días y supone además que en el caso de un ataque especulativo o un cierre de mercados, ni pensionistas, trabajadores podrán cobrar.

En determinados momentos nos encontramos con que los intereses de la deuda pública se disparan, por ejemplo ahora Grecia tiene los intereses por encima del 10%. En estos casos normalmente acaba con una suspensión de pagos y negociación con los bancos que tienen la deuda.

Lo normal es que en una suspensión de pagos, se suspendan los pagos de deuda pública, porque son los que han asumido un riesgo, precisamente porque obtienen muchos beneficios a través de la prima de riesgo, pero que se sigan pagando nóminas, prestaciones, servicios públicos y todo lo demás para que el estado siga funcionando. La reforma constitucional lo que quiere implantar es que no se pueda hacer esto. Lo que se ha ordenado es la paralización inmediata del Estado en pro del pago a la banca, ya que estos créditos no podrán ser objeto de enmienda o modificación.

Incluso en el caso de tener superávit, en un momento de falta de liquidez, no se permitiría pagar nada hasta no haber liquidado la deuda.

La conclusión final del análisis del artículo 135 es que su aplicación significa LA ABOLICIÓN DE LA CONSTITUCIÓN!. Si el estado no puede pagar absolutamente nada, ni negociar, ni mantener los servicios públicos y ni el país en funcionamiento, TODOS los demás artículos de la constitución se quedan en NADA.

Desde Democracia real YA! reiteramos que no somos mercancía en manos de políticos y banqueros y por ese motivo seguimos oponiéndonos tajantemente a este tipo de medidas. La reforma constitucional propuesta por PP y PSOE supone un golpe de estado encubierto que dejaría indefenso al país en manos de los poderes financieros internacionales y que tendría como consecuencia directa e inmediata el desmantelamiento de las garantías sociales que son la base de nuestra actual Constitución.

Artículo relacionado:
Democracia real ya: "El techo presupuestario es un nuevo golpe de estado Financiero"

Enlace a todos los artículo de Democracia real Ya y el 15M en el blog

miércoles, 24 de agosto de 2011

El techo presupuestario es un nuevo golpe de estado Financiero


Comunicado de Democracia real Ya                                                  

La noticia conocida hoy sobre la intención del Gobierno de incluir la ley de techo de gasto en la Constitución supondrá una pérdida de soberanía así como la venta de parte de nuestros derechos.

La iniciativa obedece a los mandatos de Merkel y Sarkozy, así como de otros poderes financieros supranacionales no votados ni elegidos por los ciudadanos, lo que demuestra otra vez más cómo los gobiernos juegan con nuestro porvenir y derecho de decisión.


Ninguna reforma de la Constitución -la norma suprema del Estado que consagra la Soberanía de sus ciudadanos- debería hacerse sin un referéndum vinculante.

Para defender nuestro derecho a una Democracia real no dudaremos en emprender las medidas de boicot y presión oportunas y exigir que esas decisiones las tome el pueblo soberano.

De nuestra reacción dependen los parques, carreteras, escuelas, hospitales y todo aquello que hasta ahora conocemos como público. Rechazaremos siempre que nuestros derechos fundamentales sean subastados al mejor postor para pagar las deudas de bancos y entidades financieras internacionales, pues son sus prácticas especulativas y chantajes criminales los que asfixian cada vez más a millones de personas.

Sabemos, y por eso estamos indigandos, que los mercados están por encima de las leyes de cualquier país, pero ahora pretenden regular y reformar nuestra Constitución. Esto significa que las decisiones políticas dejarán de tomarse en nuestro Parlamento o en Bruselas y que será el Fondo Monetario Internacional (FMI) u otros organismos no democráticos los que tendrán el control de nuestras finanzas y , por ende, de nuestra política.

Esta medida es una enorme pérdida de soberanía y muestra que la capacidad de influencia legislativa de la UE dirigida desde los poderes financieros es mayor que la del propio pueblo español. Por tanto constatamos que con estas medidas o decisiones, las opiniones y recetas de otros países o de organismos y entidades supranacionales, tienen más repercusión que las herramientas de Democracia participativa que tenemos a nuestra disposición (ILP o Referendum).

Esta falta de democracia se pudo ya observar con la aprobación del Pacto del Euro (contra el que ya nos manifestamos el pasado 19 de junio), acuerdo que ningún partido europeo llevaba en su programa y sobre el que no se realizó consulta alguna.

Desde Democracia real YA! reiteramos que no somos mercancía en manos de políticos y banqueros y por ese motivo seguimos oponiéndonos tajantemente a este tipo de medidas que se deciden sin consultar con quien realmente debería ostentar la soberanía: EL PUEBLO.

lunes, 22 de agosto de 2011

Un grito mudo

por Frei Betto (*)


Una foto del periódico me horrorizó: un niño somalí que parecía un extraterrestre desnutrido.  El cuerpo, con sus huesitos remarcados bajo la piel. La cabeza, enorme, desproporcionada con el tronco reducido, se asemejaba al globo terráqueo. La boca -¡ay la boca!-, abierta por el hambre, emitía un grito mudo, la amargura de quien no tuvo la vida como un don, sino como dolor.

domingo, 21 de agosto de 2011

Manifiesto de EQUO


Es el momento

undefinedEn los últimos 50 años, la humanidad ha intervenido sobre la naturaleza y transformado los ecosistemas más rápida y extensamente que en ningún otro período de tiempo comparable de la historia. Esto ha contribuido a obtener considerables beneficios para el bienestar humano y para el desarrollo económico, pero no para todos los habitantes del planeta, y se ha realizado a costa de deteriorar el aire, el suelo, el agua y la diversidad biológica. 

viernes, 19 de agosto de 2011

El grito de Lorca contra los tiburones de la fe



Coincidiendo con el 75º aniversario de la muerte de Federico García Lorca y la visita del papa a España, Ian Gibson y Luis García Montero analizan el contenido del poema Grito hacia Roma', en el que el poeta granadino hizo una crítica a Pío XI y a la cúpula de la Iglesia por olvidarse del amor y la espiritualidad y abandonarse al poder y al dinero.

jueves, 18 de agosto de 2011

LOS MECENAS DE ROUCO

Curas madrileños denuncian la estafa de la JMJ, sus vínculos con la ultraderecha financiera y el coste que tendrá para las arcas públicas.


A.- La Fundación “Madrid Vivo”
En nuestro Documento del Foro “Curas de Madrid” sobre la Jornada Mundial de la Juventud – Madrid-2011 decíamos:

- El costo económico del evento es muy alto y creemos que no se compagina con el estilo de Jesús en el Evangelio.
-Para hacerla posible, ha sido necesario un pacto con las fuerzas económicas y políticas que refuerza la imagen de la Iglesia como institución privilegiada y cercana al poder, con el escándalo social que ello supone, particularmente en el contexto de la actual crisis económica.
- Escándalo originado también al comparar la facilidad con que los poderes públicos financian este acontecimiento, por un lado y, por otro con tantos recortes en recursos económicos y en derechos sociales como se está exigiendo a la mayoría de los ciudadanos. 

lunes, 15 de agosto de 2011

Golpe de Estado en EE UU


por NORMAN BIRNBAUM (*)



Se ha escrito mucho sobre la crisis de Estados Unidos. Se ha aludido a la complacencia y el fracaso de nuestras élites, a la ignorante furia de un segmento de la ciudadanía espiritualmente plebeyo, a la impotencia intelectual y política de buena parte del resto, a la ausencia de una conexión entre una intelligentsia crítica y los movimientos sociales que en el pasado aportaron sus ideas a la esfera pública, al quebrantamiento de la propia esfera pública y a la consiguiente atomización de la nación. Esos diagnósticos son correctos. 

jueves, 11 de agosto de 2011

¿Por qué la crisis actual?



por VICENÇ NAVARRO
Cuando el presidente Richard Nixon decidió finalizar el Acuerdo de Bretton Woods, que había establecido el dólar como punto de referencia monetaria en el comercio internacional, se creó una enorme inestabilidad monetaria que impactó negativamente sobre el crecimiento económico mundial. La gran variablidad en el precio de las monedas dificultó el comercio internacional. Esta variabilidad afectó especialmente a los países que, como España, tenían una moneda débil (la peseta). Al empresario textil de Sabadell que exportaba sus productos, por ejemplo, a Alemania, le era difícil planificar su venta al mercado alemán porque no sabía cuál sería el valor del cambio del marco con la peseta a medio y largo plazo.

martes, 9 de agosto de 2011

MAYO (una visión espiritual sobre la spanish revolution)




Documental sobre el Movimiento 15M. Entrevistas a Dokushô Villalba, Carlos Taibo, Fabio Gándara y otros. 
Dirigido por José Ortega. 
Música de José Luis Salas. 
Fotografía de José Vicente Bosch.

domingo, 7 de agosto de 2011

Una ventana a un futuro diferente

Manifestación en Tel Aviv el 30 de julio de 2011









por DAVID GROSSMAN 


El escritor israelí considera que el movimiento de protesta es una ocasión única para la refundación de un país que necesita como pocos la cohesión social.






El sábado 30 de julio por la tarde, mientras nos manifestábamos en Jerusalén, miré a mi alrededor y vi un río de gente que recorría las calles. Había miles de personas que llevaban años sin hacer oír sus voces, que habían abandonado toda esperanza de cambio, que se habían encerrado en sus problemas y su desesperación.
No les resultó fácil unirse a los jóvenes ruidosos provistos de altavoces. Quizá por la timidez propia de unas personas poco acostumbradas a levantar la voz, sobre todo en medio de un coro de gritos. A veces, tenía la impresión de que nos mirábamos asombrados e incrédulos, sin creernos del todo lo que salía de nuestras bocas. ¿De verdad éramos aquella turba, aquella muchedumbre indignada, que levantaba el puño como habíamos visto hacer en Túnez y Egipto, en Siria y Grecia? ¿Queríamos serlo? ¿Hablábamos en serio cuando gritábamos "¡revolución!"? ¿Qué ocurriría si lo conseguíamos y los lazos que mantenían unida nuestra frágil nación se deshacían? ¿Y si las protestas y las pasiones se transformaban en anarquía?
Sin embargo, después de un rato de desfilar, algo empezó a recorrer nuestras venas: el ritmo, la energía, el sentimiento de unidad. No una unidad que nos intimidase y nos aplastara, sino una unidad heterogénea, abigarrada, familiar e individual al mismo tiempo, una unidad que nos proporcionaba un fuerte sentimiento: aquí estamos, haciendo lo que es debido. Por fin.
Pero entonces llegó la desolación: ¿dónde estábamos hasta ahora? ¿Cómo hemos permitido todo esto?
¿Cómo pudimos resignarnos a que el Gobierno elegido por nosotros convirtiera nuestros sistemas de educación y de salud en un lujo? ¿Por qué no gritamos y protestamos cuando el Ministerio de Economía aplastó a los trabajadores sociales en huelga, y antes de ellos a los discapacitados, a los supervivientes del Holocausto, los ancianos y los jubilados? ¿Cómo es posible que durante años empujáramos a los pobres y los hambrientos a una vida de humillaciones sin fin, en comedores sociales y otras instituciones de beneficencia? ¿Cómo es posible que abandonásemos a los trabajadores extranjeros a merced de personas que les perseguían y les vendían como esclavos de todo tipo, incluso sexuales? ¿Por qué nos acostumbramos a la rapiña de las privatizaciones, que provocó la pérdida de la solidaridad, la responsabilidad, la ayuda mutua, el sentimiento de pertenecer a una misma nación?
Por supuesto, semejante apatía se debió a muchos motivos, pero, en mi opinión, la ocupación es el factor que más ha contribuido al fracaso de los sistemas de control y alerta en la sociedad israelí. Los sectores más enfermos y perversos de nuestra sociedad salieron a la superficie mientras nosotros, tal vez por temor a enfrentarnos a la realidad de nuestras vidas, nos dedicábamos con gran placer a todo tipo de cosas concebidas para embrutecer nuestros sentidos y ocultar esa realidad. De vez en cuando, cuando nos mirábamos en el espejo, algunos se sentían satisfechos por lo que veían y otros se estremecían, pero incluso estos últimos decían: bueno, qué se le va a hacer; suspiraban y le echaban la culpa a La Situación [el conflicto árabe-israelí], como si fuera nuestro destino o un decreto de las alturas. Más aún, dejamos que la televisión comercial llenara el vacío en nuestra conciencia colectiva y pasamos a definirnos en función de luchas por la supervivencia y comportamientos depredadores, a atacarnos unos a otros sin piedad y a despreciar a cualquiera que fuera más débil, o diferente, o menos bello, menos rico o menos listo. Hace años que no hablamos entre nosotros, y más tiempo aún que no escuchamos. Al fin y al cabo, en una atmósfera de codicia y egoísmo, cómo no vamos a atacar a los demás y a pulverizarlos, si eso es precisamente lo que nos enseñan en cada momento: sálvese quien pueda.
Cuanto más nos agotábamos negando sin cesar la realidad, más invitábamos a la opresión, la manipulación y el embrutecimiento de nuestros sentidos, y nos fuimos convirtiendo en víctimas de una política secreta -y eficaz- de divide y vencerás. De modo que una cosa llevó a otra, y nuestras reflexiones honradas sobre el destino y la fatalidad disminuyeron hasta quedarse en peleas por "quién ama al Estado de Israel y quién lo odia", "quién es leal y quién es traidor", "quién es un buen judío", en vez de "quién se ha olvidado de que es judío"; cualquier discusión racional está hoy cubierta de una capa de sentimentalismo, el sentimentalismo patriótico y nacionalista del fariseísmo y el victimismo, la posibilidad de hacer una crítica inteligente de la situación ha ido reduciéndose, e Israel, al final, actúa y se comporta con sus ciudadanos de manera totalmente contraria a los valores e ideales que en otro tiempo le daban su carácter extraordinario y el oxígeno que respiraba.
No obstante, de pronto, en contra de todas las predicciones, hay algo que se ha despertado. La gente se frota los ojos y empieza a abrirse a ese algo, todavía indefinible e impredecible, incluso indescriptible, pero que está adquiriendo forma a través de eslóganes rescatados del tópico, como "¡el pueblo exige justicia social!" y "¡queremos justicia, no caridad!" y otros sentimientos recuperados de épocas anteriores. Existen en el aire indicios de una posible curación, un tikkun, y, por primera vez en mucho tiempo, volvemos a respetarnos a nosotros mismos, como ciudadanos individuales y como pueblo de Israel.
Este despertar está lleno de fuerza, pero también de ingenuidad, y puede embriagarnos. Resulta tentador dejarse llevar por la euforia ante todo lo que ha inspirado este giro de los acontecimientos, hacernos la ilusión de que, una vez más, estamos derribando un viejo orden hasta sus cimientos. Pero no es exactamente eso: el viejo orden no estaba tan mal. Tuvo sus grandes logros, que, entre otras cosas, permiten que el movimiento de protesta exprese sus aspiraciones y que se hagan realidad al menos algunas de ellas. Por eso es imperativo que esta lucha utilice un lenguaje distinto al de otras luchas anteriores que ha habido en este país. Por encima de todo, la lucha debe basarse en el diálogo, para ser socios, y no agentes de unos intereses estrechos y egoístas; personas de principios, y no unos oportunistas sectarios; para no vivir según el versículo "cada uno a su tienda, Israel". Esa es la única manera de que este movimiento siga teniendo el inmenso apoyo de la población con el que ha contado hasta ahora. El carácter ligeramente confuso del movimiento es precisamente el que hace posible que los distintos grupos reunidos en él conserven sus propias opiniones políticas diferentes al mismo tiempo que comparten -por primera vez en decenios- un programa común humano y cívico, que nos hace estar orgullosos de pertenecer a esta comunidad. ¿Quién, en Israel, puede permitirse el lujo de renunciar a unos bienes tan escasos?
Este movimiento de protesta y sus ecos nos ofrecen una oportunidad de acercamiento entre distintos elementos de la sociedad que no se comunicaban desde hacía generaciones: religiosos y laicos; árabes y judíos; miembros de clases sociales distintas y distantes. En este proceso de identificar lo que tienen en común y lo que pueden conseguir, incluso la derecha y la izquierda pueden emprender un diálogo más realista y comprensivo; por ejemplo, sobre la apatía de la izquierda ante quienes tuvieron que recolocarse tras la retirada de Gaza, una herida abierta entre los colonos. Dicho diálogo quizá pueda aún salvar lo que sea posible del concepto de solidaridad, que un país en nuestra situación no puede dejar desaparecer. En otras palabras, si podemos encontrar este movimiento de protesta en las palabras del poeta Amir Gilboa -"Un día, un hombre se despierta por la mañana y siente que es una nación, y empieza a caminar"-, entonces debe continuar como el poema: "Y a todos los que se encuentra por el camino les dice: 'Que la paz sea contigo'".
Es fácil criticar la evolución de este movimiento recién nacido y arrojar dudas sobre él. Siempre es más sencillo encontrar motivos para no hacer algo audaz y definitivo. Pero quien escuche los latidos de los corazones de los manifestantes -no solo en el bulevar Rothschild de Tel Aviv, sino también en los barrios pobres del sur de la ciudad, y en los de Jerusalén, y Ashdod, y Haifa y Beit Shean- se dará cuenta de que se ha abierto una ventana a un futuro diferente. Ese es el momento propicio para que suceda algo así, y, para gran sorpresa de todo el mundo, la gente, por fin, está verdaderamente adhiriéndose a la causa. Tal vez es eso lo que quería decir la joven que se me acercó en la manifestación de Jerusalén y me dijo: "Mira. Todavía faltan líderes, pero la gente ya está aquí".

© 2011, David Grossman. Traducido del inglés por María Luisa Rodríguez Tapia.

Fuente: http://www.elpais.com/articulo/internacional/ventana/futuro/diferente/elpepiint/20110807elpepiint_1/Tes