domingo, 28 de marzo de 2010

El Zen mejorará la seguridad vial




 
Se trata de medir el impacto de las emociones sobre la conducción.

por Miguel Ángel Valero

Hay ideas que valen un premio. Prevensis, que actúa bajo el lema "Conducir y Vivir", ha puesto en marcha Zen Driving para el control del estrés y las emociones en la conducción. Se trata de aplicar la filosofía Zen, basada en el equilibrio, la mesura y en el desapego a lo caduco (sobre todo, al propio yo), al volante, de forma que se cree un estilo de conducción que ayude a manejar las emociones, dentro de una forma de vivir que facilite ser más felices.
Puede parecer una utopía. Pero, como destacó la presidenta de Unespa, Pilar González de Frutos, en la entrega de los Premios Seguridad Vial que impulsa la patronal del seguro, "pese a que ha habido numerosos estudios que relacionan los efectos de las emociones con la conducción y el riesgo de sufrir un accidente, es la primera vez que esto se va a poder medir y tabular en modelos de conducción práctica".
El Zen Driving parte de que las emociones "nos pueden jugar una mala pasada". Implicadas en un elevado porcentaje de los accidentes, "son la llave de tu vida", según la presentación que hace Prevensis. Para ello, este nuevo estilo de conducción tiene que demostrar al conductor la influencia de sus emociones, y además aplicar técnicas prácticas para controlarlas al volante.
¿Cómo? Mediante el Zen Car, un vehículo en el que el conductor circula con una cinta de sensores que registran en todo momento tanto los eventos de la conducción como los parámetros de respuesta a éstos. El Zen Car mide las emociones de la persona cuando conduce, el impacto de los eventos en la conducción en parámetros fisiológicos y en indicadores emocionales, teniendo en cuenta que "cada persona es diferente, cada día es diferente". El acompañante va analizando esos indicadores emocionales para realizar una definición de perfiles de estas características en la conducción. El objetivo de este análisis es detectar las conductas negativas motivadas por la conducción y contribuir a prevenirlas, lo que se traducirá en conductores más seguros.
Esta iniciativa ha sido galardonada con el Premio Seguridad Vial 2010-2011, dotado con 180.000 euros. Lo mismo que la Asociación para el Estudio de la Lesión Medular Espinal (Aesleme), que ya recibió el Premio 2009 por su campaña "Te puede pasar a ti" de concienciación de los jóvenes antes de que comiencen a conducir mediante testimonios de lesionados medulares por accidentes de tráfico. Esa campaña, que lleva funcionando desde 1993 con el apoyo de Unespa, ha llegado ya a más de 2,2 millones de personas.
Otra buena idea fue Premio Seguridad Vial 2009: Cibersomosaguas-Farapi ha desarrollado una plataforma (www.quetemueve.org) en el que los propios jóvenes interactúan para identificar su perfil de riesgo como conductor. Esta original propuesta ha permitido definir seis perfiles: ascendentes, curritos, acoplados, precarios, cualificados y nuevos ricos. Y, sobre todo, demuestra que existe relación entre la juventud, la siniestralidad al volante, la precariedad laboral y la experiencia social.

fuente: http://www.capitalmadrid.info/2010/3/25/0000015261/el_zen_mejorara_la_seguridad_vial.html

viernes, 26 de marzo de 2010

Mentiras, ocultaciones y manipulaciones

por Xavier Caño Tamayo


 


Diariamente aparecen en medios informativos miles de mentiras que adulteran, corrompen hechos y pensamientos. Mentir se utiliza para dominar, obtener beneficio, conseguir poder o conservarlo. El historiador Preston desmontó mentiras que dignificaban al dictador Franco: Fue el general más joven de Europa, se opuso a Hitler para que España no entrara en la Guerra Mundial... Así se elaboró una imagen del dictador español más positiva que la de Pinochet, aún siendo Franco responsable de la muerte de 130.000 españoles (Pinochet asesinó a 3.000 chilenos).

 
Más mentiras. Bush padre filtró un falso informe sobre divisiones iraquíes (que nunca hubo) amenazando la frontera de Arabia Saudí para iniciar la primera guerra del Golfo. Y ¿cómo olvidar las inexistentes armas de destrucción masiva que justificaban la invasión de Irak por Bush hijo?
 
Los medios no sólo propagan mentiras; manipulan el lenguaje, ocultan y engañan en titulares. Otros modos de atacar la verdad. Un ingeniero informático en febrero de 2010 estrelló su avioneta contra un edificio estatal estadounidense donde trabajaban doscientas personas. Protestaba contra los impuestos. El País tituló: “Activista anti gobierno se estrella contra edificio federal en Texas”. Y el diario 20 minutos, “Una avioneta se estrella contra un edificio de oficinas en Texas”, como si fuera un accidente. En The Independent un comentarista aseguraba que “no era un terrorista sino un ciudadano común con resentimiento y una avioneta”. De ser árabe y musulmán, los titulares lo hubieran calificado de 'terrorista'. Y hubiera sido cierto. ¿Por qué no ese ingeniero informático? Pura manipulación.
 
Los sinvergüenzas afirman que todos mentimos. Torpe modo de intentar tapar vergüenzas y miseria ética de los mentirosos. Mentiras y manipulaciones informativas son ataques contra la justicia, igualdad, derechos humanos e intereses de la mayoría ciudadana. Como lo son la ocultación y la corrupción del lenguaje.
 
Los ciudadanos españoles tienen una imagen de Colombia pacificada. Pero hace unas semanas hubo una matanza: doce indígenas awa fueron asesinados por paramilitares; esos que el gobierno colombiano afirma haber desmovilizado. Y de cada cuatro sindicalistas asesinados en el mundo, tres son colombianos. Pero de eso no se informa. Y tampoco de muertes de campesinos, amenazas a defensores de derecho humanos, torturas, fosas comunes, robo de tierras... Una desinformación no casual ni inocente: el gobierno de Uribe (responsable siquiera por omisión de tan grave y permanente violación de derechos humanos) es de la misma cuerda político-económica que los amos de los grupos de comunicación españoles. Todos creen en este sistema neoliberal. Y no le pueden dejar mal.
 
Ocultar hechos y corromper el lenguaje son armas eficaces para impedir conocer y poder cambiar la realidad injusta y desigual. Antonio Galeote lo describe lúcidamente: “La contaminación y la corrupción mental empiezan en las palabras. Los terroristas ganan cuando consiguen que les llamen soldados y se llame terroristas a sus víctimas. Los terroristas ganan cuando se llama defensa a la agresión. Las palabras son importantes. Son el primer paso para comprender. Porque si no se llama a las cosas por su nombre, se acaba justificando que terroristas con uniforme de Israel practiquen un genocidio en Oriente Medio.”
 
Dice Paolo Flores D'Arcais: “La aniquilación de la verdad y la de la democracia caminan al mismo ritmo, son dos indicadores recíprocos y convergentes: las libertades públicas y las mentiras políticas circulan de forma inversamente proporcional. La tolerancia con la mentira política es indicador de calidad de la democracia. La democracia necesita que sus decisiones sean informadas. Por eso los representantes de los ciudadanos han de ser veraces. Sin esa veracidad pública, el ciudadano no puede decidir con acierto sobre qué candidato representa mejor sus intereses. Y en la medida en que no pueden tomarse esas decisiones, el proceso democrático resulta ilusorio y el poder del pueblo, reducido a mero eslogan". Y añade Joaquín Estefanía, “el control democrático depende de que los ciudadanos dispongan de información verdadera a tiempo. En ocasiones la estrategia de políticos profesionales consiste en manipular para mantenerse en el poder. Este principio de siglo es testigo de la emergencia de la mentira y la manipulación informativa como armas políticas. La democracia es incompatible con la mentira. El político que miente es enemigo de la democracia, aunque haya sido elegido”.
 
Decir las cosas por su nombre en voz alta es la primera respuesta de resistencia.
 
- Xavier Caño Tamayo es Periodista y escritor

martes, 23 de marzo de 2010

Einstein y la religión del futuro.

La religión del futuro será una religión cósmica.
Deberá trascender al Dios personal y evitar el dogma y la teología. Tendrá que abarcar tanto lo natural como lo espiritual, y deberá estar basada en un sentido religioso que surja a partir de la experiencia de todas las cosas, naturales y espirituales, como una unidad significativa.
El budismo responde a esta descripción.
Si existe alguna religión que pueda satisfacer las necesidades científicas modernas, ésa es el budismo.

Albert Einstein

sábado, 20 de marzo de 2010

Psicología y religión en la película “Avatar”


Lo que los ojos no ven
 
por Salvador Harguindey


Indudables son los méritos estéticos, los valores éticos de una visión naturista-ecológica y los efectos emocionales y sociológicos que está produciendo el fenómeno cinematográfico “Avatar” a lo largo y ancho de este planeta. Sin embargo, la profunda simbología, el trasfondo psicológico y las connotaciones religioso-espirituales de la película merecen consideración aparte. Por lo tanto, tratemos ahora de ver en Avatar “lo que no se puede ver con los ojos”. En otras palabras, ese “Yo te veo” interiorizado y espiritualizado de la película de James Cameron.

El concepto original de la palabra “Avatar”, proveniente de la literatura mitológica hindú, se refiere a la reencarnación de Dios en una divinidad que posee el poder de la luz, la iluminación espiritual. Así, cada Avatar es una manifestación de la Divinidad, un elegido, una reencarnación y descenso de una deidad sobre la tierra. En esta película, uno que sobre la tierra de los místicos bosques del planeta Pandora corre descalzo hacia lo desconocido. La palabra o concepto de “Avatar” también se utiliza para referirse a encarnaciones de Dios en maestros muy influyentes de otras religiones aparte del hinduismo, como cuando se trata de explicar personajes como Cristo.

“Avatar” representa principalmente un “viaje iniciático”, es decir, la historia de una experiencia profunda en la que un individuo se encuentra en situaciones hostiles que harán que su personalidad cambie después de que toma conciencia de sí mismo, de la realidad externa o de poseer una importante misión en la vida. A lo largo de dicho viaje su carácter y espíritu se van modificando logrando una mejora en su persona después de lograr superar una serie de situaciones casi imposibles de superar humanamente. Este tipo de experiencias, físicas pero sobre todo psíquicas y anímicas, una vez superadas, harán que el personaje logre concluir su misión a la vez que completa un proceso de transformación de su conciencia. El término hace asimismo referencia a aquel viaje que conduce al individuo a la iniciación espiritual, lo que hace que estos viajes siempre tengan un horizonte, una meta, estando sus etapas bien delimitadas a través de diversos ritos de pasaje de creciente dificultad. Una tercera acepción de este concepto lo define como un viaje de conocimiento, en el que una persona desconoce, ya sea bien algún lugar hasta entonces inexplorado a una más amplia perspectiva o significado de la vida, y a través de un viaje iniciático lo descubre. Es un viaje sólo para héroes, sean reales o ficticios.

La crisis de la transformación de la conciencia del soldado Jake Sully en “Avatar”, evolucionando desde la de un marine parapléjico hasta convertirse en el Avatar de una nueva era para el pueblo Na’vi, constituye el proceso seguido por todo viaje iniciático. Sin embargo, este sistemáticamente conlleva y exige una necesaria y dolorosa caída en una profunda crisis, hasta cierto punto chamánica, con sus conocidos estadios de ruptura, caída, separación, soledad, lucha, regreso, superación y ascenso hasta llegar al éxtasis, triunfo y trascendencia final. Lo que a pesar de todo en ocasiones acaba en la muerte del héroe o personaje en cuestión. Casi lo primero que hay que hacer es acopio de valor para adentrarse, físicamente y sobre todo a nivel de la conciencia en la peligrosa selva de lo desconocido. Por eso una de las primeras cosas que la princesa Neytiri le dice al clon avatar de Jake es:“Tú no tienes miedo. Sígueme.” Palabras con las que da a entender que Jake ha superado esa segunda prueba, la superación del miedo, y está en condiciones de proseguir adentrándose en la jungla de su propio viaje iniciático, que es, físicamente, lo que hace: jugarse la vida siguiendo a Neytiri y sus peligrosas correrías en la selva y precipicios que la rodean.

Dicho proceso iniciático recuerda la estructura de otros grandes episodios épicos de la literatura universal que siguen esa misma dinámica psicológica, tales como el Ulises de Homero, el Paraíso Perdido de Milton, el Fausto de Goethe, el Hamlet de Shakespeare, la Divina Comedia de Dante, etc. Y como sabemos que “ninguna crisis se supera al mismo nivel que se originó”, según dijo Einstein, una vez que el clon Jake es expulsado del pueblo Na’vi, ello le obligará a presentarse de nuevo ante él y ante su amada Neytiri desde una posición espiritual más elevada que la anterior que le permita recuperar la antigua credibilidad ahora perdida. Para ello ha de domeñar al “Gran Dragón escarlata”, otro sinónimo bíblico del Diablo, del que, por si fuera poco, se nos dice que representa “la última sombra”. Después de someterlo/la, Jake retorna, sin sombra alguna ya, como espíritu iluminado y alma pura, ante el clan de los Omitacaya, que inmediatamente le reconocen y veneran como su Avatar y redentor.

Mientras, la confrontación, lucha y guerra en “Avatar” surge inevitablemente del cortacircuito que estalla entre dos estadios de la conciencia cuya interacción ha teñido de sangre la faz de la tierra al menos desde hace veinte siglos. El primero es el estadio III, o llamado del “ego”, con sus valores autoritarios y patriarcales: ego-céntricos, egó-latras, ego-ístas, megalómanos y narcisistas. Este estadio es el que conforma el nivel evolutivo de la conciencia de las violentas religiones dualistas y oficiales de Occidente que han originad tanta crueldad humana (cristianismo /catolicismo medieval, judaísmo e Islam), siendo el nivel de conciencia, individual y global, que caracteriza a la inmensa mayoría de una civilización (?) cada vez más incivilizada. Desde una perspectiva religiosa, este nivel de la conciencia humana, “meme”, estadio III, o personal, egoico, dualista y convencional, exige la existencia de un concepto de Dios asimismo personal y antropomórfico, un ente separado y trascendente que premia a los buenos y castiga a los malos, poseedor además de una voluntad paralela a la de los hombres. Concepto éste que el mismo Einstein denostó como infantil, incomprensible e inaceptable, y cuya creación en la mente humana a consecuencia del miedo probablemente, al menos si analizamos las consecuencias, ha constituido el mayor dislate de toda la historia de la humanidad, originando y siendo la causa primordial de la mayoría, si no todas, sus guerras a lo largo y ancho de la historia de este sangriento planeta.

En “Avatar” este estadio de conciencia lo representan, en terminología Na’vi, unos invasores llamados “demonios venidos del cielo”, que ahora campan y acampan a sus anchas en una base militar norteamericana situada en un satélite del planeta Polifemo llamado Pandora. La razón: un material precioso (valorado en 20 millones de dólares el kilo, casi nada), conocido como el “unobtanium” (del inglés “unobtainable”, o sea, algo difícil o imposible de conseguir), cual paralelismo del tristemente famoso “coltán”. De este tesoro escondido debajo del Árbol Madre, hogar del clan Omitacaya de la raza Na’vi, se ha dicho que representa una clara referencia a la ambición norteamericana por el petróleo ajeno que motivó la guerra de Irak. Para apropiarse del precioso mineral, el rudo e insensible jefe se seguridad de la base, el coronel Quaritch, cual nuevo bárbaro y primitivo salvaje siempre dispuesto y deseoso de poder llevar a cabo las actuaciones más crueles y violentas posibles, justifica una guerra que sucede cuando alguien tiene algo que tú quieres y se niega a dártelo y que “al terror se le responde con el terror”. Como evidente alter-ego o reencarnación psicológica del infame teócrata George Bush, el personaje de Quaritch nos recuerda demasiado, lamentablemente, a su patético antecesor en la vida real.

Muy al contrario, la civilización de humanoides Na’vi del planeta Pandora, nos confunde, afortunadamente, ya que siéndonos inicialmente presentados como una tribu de salvajes primitivos e indiferenciados, nos muestran por el contrario una actitud vital y religiosa mucho más espiritual, ecológica, elevada, compasiva e integrada en la vida y en la naturaleza (estadio IV, adualista, transpersonal, supraegoico y postconvencional), propia de una conciencia individual y global más evolucionada y ascendida, a la vez que portadora de claras reminiscencias jainistas, pero sobre todo budistas, donde incluso a los animales se le otorga un espíritu cuando, refiriéndose a un animal cazado y muerto por necesidad, el clon Na’vi de Jake dice: “Ahora su espíritu está con Aiwa. Su cuerpo formará parte del pueblo”. Para añadir Neytiri:“Una muerte limpia. Ahora estás preparado”. Palabras con las que da a entender que Jake ha superado la prueba de pureza y está en condiciones de acceder al inicio de un viaje iniciático.

A este estadio superior de la religiosidad se le conoce como “panenteísmo místico”, término que expresa que “toda la Naturaleza está viva e integrada en Dios, o en la Diosa”, sin dualismo alguno ni separación en el tiempo ni en el espacio. Hay que aclarar que “pan-en-teísmo” (significa: toda la naturaleza-en-Dios) es un concepto muy diferente de un “pan-teísmo” ateo puro y duro, que defiende que “la totalidad de la naturaleza es Dios”. El Dios del panenteísmo es el creador y la energía vital del universo, así como la fuente de la ley natural. La religiosidad Na’vi se mueve a ese nivel, lo que Goethe denominó “La Religión de la Naturaleza”, siguiendo a su vez la terminología del filósofo Espinoza para definir el estado más elevado posible de sentimiento religioso. Un estadio que se halla un escalón, ¡y vaya escalón!, por encima del de toda religión monoteísta y oficial de cualquier Iglesia ortodoxa, todas presas y estancadas hasta el día de hoy en el dualismo más feroz (ver: Goethe, en: “Conversaciones con Eckermann”, 11 de marzo de 1832). Incluso Einstein dijo que esta integración entre cuerpo-mente-espíritu constituye la única religión posible, el estadio más elevado y evolucionado del espíritu, así como la única esperanza racional a tanto desvarío evolutivo. Más recientemente, un concepto paralelo denominado “espiritualidad integral” ha sido acuñado por el filósofo norteamericano Ken Wilber, quien a su vez coincide en que si hay una razón para la existencia de la religión, o de las religiones, es la de ayudar a los seres humanos a evolucionar a través de sus conciencias en orden a conseguir ascender en espíritu a los niveles más elevados posibles hasta llegar a la unidad indivisible con una Divinidad inmanente-trascendente (como enseñan las cosmovisiones espirituales más pacíficas y pacificadoras de las religiones no-dualistas, tales como el Hinduismo, Budismo, Taoísmo, Advaita Vedanta, aparte de Plotino, Espinoza, Schopenhauer, Panikkar, San Juan de la Cruz, e incluso ese “Dios y yo somos uno” de Jesús de Nazaret, etc.). Y es que “nuestro enemigo es el dualismo”, ha aseverado certeramente Raimon Panikkar.

Ciertos conceptos de la Psicología Transpersonal ayudan a una interpretación simbólica más profunda desde la escena inicial entre el clon de Jake y el caballo pandoriano, que al principio derriba a su montura, o mejor sería decir, a su “montura y a su ego”, tal como a un nuevo Pablo de Tarso camino de Damasco. Algo similar sucede en la doma de ese gran pajarraco que lo elegirá a él para que sólo Jake pueda montarlo el resto de su vida. Pero Neytiri le avisa que antes de permitir montarle y domarlo “tratará de matarte”. ¿Y que es eso que llevamos encima los seres humanos durante toda la vida y que intenta matarnos, esa fiera que debemos primero domar y luego superar y trascender? …El maldito ego. Una vez superada esa nueva prueba iniciática y rito de paso, la unión final de caballo y hombre, en cuerpo y mente, conformará el “Centauro”, o lo que es lo mismo dos seres en uno ya para siempre, sin separación alguna ni restos de dualismo. Precisamente, dicho nivel de la conciencia no-dual, o adual, ha sido denominado “centáurico” por Ken Wilber, ya que existe “más allá del ego” propio, y definido por el mismo Wilber como “el gran nivel de la integración de la mente, el cuerpo y las emociones en una unidad del más elevado orden, una ‘totalidad profunda’”. Es ese momento crucial de salto psíquico y superación de la crisis personal/transpersonal lo que lleva a Pablo de Tarso, ahora más comprensiblemente, a decir: “Ya no soy yo sino Cristo que vive en mí”. Paralelamente, Jake Sully ya no es el Jake anterior sino que desde ese momento ha comenzado la transferencia de su ser y personalidad al Avatar Na’vi que vive en él y en el que él vive, y al que por su pureza “eligen” los espíritus más puros del Árbol sagrado en forma de blancas, semitransparentes e innocuas medusillas volantes.

El gran problema en muchos seres humanos surge cuando para ascender del violento y competitivo estadio dominante de la egocéntrica conciencia III al más benévolo, integral, compasivo y post-convencional estadio IV, se nos exige atravesar una gran crisis personal, tanto a nivel físico como de conciencia, incluso experimentar una “muerte psicológica” como gran exigencia y crucial rito de paso. En este sentido, la psicología moderna nos ha enseñado que antes de renacer es necesario morir; pero de forma similar también sabemos, gracias a la psicología y filosofía iniciática, así como propuesta simbólica, mística y parabólica del Nuevo Testamento, que “el que quiera salvar la vida la perderá y el que la pierda la ganará”. Esa es la demanda, insoslayable, pero ahora también más comprensible, de la ceremonia de paso y gran prueba crítica, tal como le ocurre al héroe Jake Sully en la película. Todo ello refleja lo que es conocido como “la crisis del ego narcisista”, en la terminología de la Psicología Transpersonal.

Al ascenso hacia el despertar de una nueva conciencia, al que Jake Sully se refiere literalmente al principio de la película con un subliminal “en algún momento hay que despertar”, el malvado jefe de seguridad de la estación espacial “Puerta del Infierno” lo llama “traición a tu raza”. Desde ahora la inevitable guerra entre dos estadios de conciencia evolutivamente diferentes, y por ello psicológicamente confrontados, está servida. A partir de ese instante no hay vuelta atrás, se ha llegado a un punto de no-retorno. Desde ese momento, para volar en las naves espaciales sólo podremos utilizar VFR, por “visual flying rules”, o reglas de vuelo visual, o como nos lo traduce informalmente la piloto Trudi Chacón, vete por donde veas. El brusco cambio evolutivo que sufre desde ese momento la perspectiva vital de la conciencia del parapléjico Jake - junto con los bemoles que ha de tener todo aspirante a héroe para ascender de un estadio al otro -, hace que el soldado Sully nos imbuya, mientras se va imbuyendo a sí mismo sin darse cuenta, de algunos de los conceptos claves del Budismo, tales como la reencarnación, cuando dice: “Una vida acaba y otra comienza”, o, en el momento que su mente y espíritu van a trasferirse a los de su clon: “Será como volver a nacer”. Esto coincide a la perfección con la aseveración de Wilber para definir el concepto de “héroe”, de “sanador herido”, como “aquel que intenta saltar al próximo estadio de la conciencia”. Y es que todo viaje iniciático, por muy héroe que uno sea o se crea, es un ascenso muy difícil, peligroso y solitario hacia su cumbre. Por fin, en la escena final de “Avatar” se llega a una transmigración completa del espíritu o alma de Jake al de su Avatar. Jake, el ser humano, muere, dando su vida cual salvador de “la humanoidad Na’vi”, pero resucita, a modo del símbolo de la resurrección de Cristo o de una reencarnación búdica al lograr trasmigrar totalmente - ahora ya no depende de la máquina transportadora de su mente humana a la del Avatar Na’vi -, reviviendo autónomamente en su cuerpo clonado al abrir los ojos en el instante final, mientras su cuerpo humano yace inerte a su lado, muerto.

Desafortunadamente, la botánica Grace Augustine, interpretada por Sigourney Weaver, no consigue sobrevivir a sus heridas, pero su alma es integrada en el Árbol de los Antepasados-Árbol de las Almas, que está en íntimo contacto con la Diosa Madre Aiwa, y a través del que se manifiesta la trascendencia del espíritu. Y es que la sabiduría divina verdadera (mágica) siempre se nos ha mostrado escondida en un espléndido Árbol con un gran contenido simbólico colocado por la Divinidad en cualquier maravilloso Paraíso. En Pandora es el Árbol de las Almas de la Diosa matriarcal y en el mito de Edén es el Árbol de Dios Padre patriarcal (un Dios personal que los hombres interpretarán y al que darán vida como “un alguien” cada vez más sojuzgador, autoritario y hasta vengativo). Finalmente, al menos desde el punto de vista estético, los polvorientos escombros de la destrucción del matriarcal Árbol Madre en “Avatar” a algunos espectadores les han recordado a los del World Trade Center durante aquel maldito 11 de Septiembre de aquellas fálicas Torres Gemelas, hasta entonces símbolos del imperialismo, la fuerza, el poder y el dinero patriarcal. ¿Casualidad o guiño intencionado? Habrá que preguntárselo al director de la película.

Posteriormente, Jake se vinculará al Árbol sagrado para tratar de trasmitir sus oraciones y rogar por la protección del pueblo Na’vi a través de la intersección del alma o espíritu trascendido de la fallecida Grace con la deidad de la Madre Naturaleza Eywa. Jake pide ayuda al mimso tiempo que se reconoce como “el elegido de la Divinidad”. La conexión no es una falacia o invención, ni un primitivo vudú, se nos dice en el film mientras segumos luchando con las incómodas gafas de 3D. “¡Funciona!”. ¡Y vaya que si funciona!, añaden/añadimos algunos gnósticos. Un hecho que se demuestra o comprueba en el film cuando la princesa Neytiri grita exaltada y exultantemente a Jake: ¡Eywa te ha oído”!”, al tiempo que todos los animales salvajes de Pandora se ponen de parte del pueblo en su batalla de Harmagedón contra “los demonios venidos del cielo”. Ahí, en las triunfantes y flotantes “Montañas Aleluya”, en cuyos parajes y cumbres tendrá lugar “la salvación” en una apocalíptica y milagrosa victoria final contra el Mal. Eywa, la deidad de la que Neytiri nos había dicho que “no toma partido, sino que sólo mantiene el equilibrio de la Naturaleza” (una Naturaleza deificada a lo Rousseau, aunque mejor a lo Goethe o a lo Lao Tse, por aquello de no caer en la famosa “Falacia Pre-Trans”), por fin se ha puesto del lado del Bien. El cuento de Hadas en el que el príncipe azul vence al Dragón y lo mata para liberar a la princesa de sus garras y luego casarse con ella, está llegando al final. Y colorín, colorado…

Aparte de la influencia que sobre el director de “Avatar” parece que hayan podido tener la sabiduría de los escritos antropológicos de un Mircea Eliade, en una reciente entrevista Cameron ha manifestado: “He procurado seguir la Biblia al pie de la letra”. ¡Evidentemente es así! Sólo hay que darse cuenta, ¡qué casualidad!, que en su revolucionaria, o mejor dicho, “evolucionaria” película, la estación espacial de los militares americanos se llame “La puerta del Infierno” (“Hell´s Gate”). ¿Y qué es lo único que se supone que puede salir de la puerta del infierno? Pues el Diablo, claro; en este caso con la forma de una aterradora nave nodriza comandada por el coronel Quaritch, junto con sus naves escoltas de ángeles caídos, una lanzadera curiosamente llamada “Dragón”. Otra “casualidad” ésta, si se tiene en cuenta que “dragón” es la palabra repetidamente empleada en la Biblia para definir al Diablo (“Fue arrojado el dragón grande, la antigua serpiente, llamada Diablo y Satanás, y fue precipitado a la tierra y sus ángeles fueron con él precipitados” (Apocalipsis 12:9). La Biblia también denomina al Diablo: “el Dragón escarlata venido del cielo” (Apocalipsis 12:3). Coinciden hasta los colores con el Gran Dragón que doma el clon Jake para dejar atrás y debajo suyo, o sea, superada, “la última sombra” que pudiera oscurecer su espíritu. La metáfora es que al montarlo y domeñarlo, Jake ha vencido, aunque todavía sólo interior y espiritualmente, al Diablo, al Maligno. Ahora es el Avatar elegido por la Providencia, y así se lo reconoce el clan Na´vi al retornar Jake con ellos.

Por fin el Bien ha vencido al Mal, al menos en el ficticio planeta Pandora. Pero por algo se empieza, no desesperemos. En un momento del film el Na’vi Jake había dicho a la diosa Ewya: “Yo soy el elegido”, otra conocida denominación de Cristo como elegido de Dios (o hijo simbólico). Así se constituirá, merced a la actividad mística de la Ley Natural (llámese el wu-wei taoísta o el èlan vital de Henri Bergson) en el redentor y salvador de la “humanoidad” Na’vi.

Es de esperar que el Avatar Jake y la conciencia Na’vi también contribuyan a corto-medio plazo a que esa humanidad en la que el hombre moderno del Mundo Feliz de Huxley ha perdido el alma, la compasión, la unidad, el respeto por el planeta, y en su ansia fáustica por dominar la siempre invencible naturaleza aun al precio de destruirla y destruirse a sí mismo, casi ha acabado con toda la vida en general, humana, animal y vegetal. “En la tierra han acabado con todo lo verde”, dirige un último mensaje “Avatar” a lo que queda de esa civilización occidental que se ha transformado en poco más que una “incivilización accidental”. “La humanidad tendrá lo que la humanidad merezca”, comenta al respecto el eco de las palabras de Albert Einstein desde el más allá, aunque él no creyera en eso, al menos en el plano personal. Al final, a los vencidos, humillados e inhumanos seres humanos de Pandora se les obliga a retornar, merecidamente vencidos a “su planeta moribundo”. Y es que ha sido la humanidad “civilizada”, en Oriente y Occidente, la que hace tiempo que ha abierto la mítica Caja de Pandora liberando todos los males y desgracias humanas: la avaricia, el crecimiento insostenible, el egoísmo y materialismo desenfrenados, la explotación, la pobreza, la polución, la vejez, la enfermedad, la fatiga, la locura, el vicio, la pasión, las tragedias ecológicas, la crueldad con los animales, la violencia política e interétnica, el crimen, etc. Todo, menos la esperanza. Aunque, tal vez, todavía no esté todo perdido. Tal vez aún tengamos una segunda oportunidad. Tal vez encontremos algún resquicio para salir de este creciente infierno. Tal vez...


Salvador Harguindey es Director del Instituto de Biología Clínica. Oncología Médica y Endocrinología. Miembro, Sociedades Norteamericana y Española de Psicología Transpersonal.
http://salvadorharguindey.blogspot.com

jueves, 18 de marzo de 2010

¿El Sur le debe al Norte?

   

Una mirada diez años después de la Consulta Social por la Abolición de la Deuda Externa

por Esther Vivas

 
El pago de la deuda externa de los países del Sur es uno de los principales instrumentos de sometimiento de éstos a la globalización neoliberal en manos de las elites políticas y económicas globales y nacionales. Se trata de un lastre que condena a la pobreza a centenares de miles de personas que ven como los bienes y los recursos naturales de sus países son expoliados, privatizados, exportados... en aras de pagar una deuda que para nada repercute en el bienestar de la población.
 
Un monto que aumenta día a día. Si sumamos el dinero transferido por parte de estos países desde los años 80 hasta la actualidad, observamos como la suma inicial de la deuda ha sido pagada con creces, diez veces más, pero, paradójicamente, estos países están cinco veces más endeudados. Es lo que el movimiento contra la deuda externa ha llamado “la espiral de la deuda”, una lógica de dependencia Sur-Norte que reporta importantes beneficios tanto a instituciones internacionales como nacionales. En el año 2005, por ejemplo, los países del Sur transfirieron al Norte en concepto del pago de la deuda casi 551 mil millones de dólares, cinco veces lo que los países del Norte les prestaron como Ayuda Oficial al Desarrollo, unos cien mil millones de dólares.
 
El aniversario, estos días, de los diez años de la organización de la Consulta Social por la Abolición de la Deuda Externa, que tuvo lugar el 12 de marzo del 2000, y que movilizó a miles de personas en el Estado español recogiendo un millón de votos contra el pago de la deuda, nos recuerda que hoy, como antes, es necesario seguir exigiendo la anulación incondicional de esta deuda ilegítima. Así como reivindicar el fin de las condicionalidades impuestas por las Instituciones Financieras Internacionales y plantear el pago de una deuda ecológica, social e histórica que los países del Norte deben al Sur fruto de siglos de expolio y explotación de sus recursos naturales.
 
El movimiento contra la deuda externa lleva más de diez años denunciando el impacto del pago de esta deuda en las poblaciones más desfavorecidas de los países del Sur y desde sus orígenes hasta hoy ha conseguido mucho y muy poco a la vez. En el terreno de lo simbólico se han hecho avances importantes: deslegitimar a las instituciones internacionales e identificarlas, junto con los países miembros del G8, como los máximos responsables de la situación de endeudamiento actual; situar la cuestión de la deuda en la agenda política; y sensibilizar a amplias capas de la población sobre su impacto en los pueblos del Sur.
 
En lo que se refiere a logros concretos, el balance es mucho más exiguo. A pesar de las declaraciones de buenas intenciones realizadas en distintas cumbres internacionales, los países del G8 prácticamente no han realizado acciones concretas de condonación. En la cumbre de Colonia, en junio de 1999, los jefes de estado de los países más ricos del planeta se comprometieron a anular el 90% de la deuda bilateral y multilateral de los 42 países más endeudados. Pero, a pesar de estas afirmaciones, las cifras del comunicado del G7, setenta mil millones de dólares, equivaldrían tan solo a un 3% de la deuda total de los países del Sur. En reuniones anteriores, los líderes del G8 ya habían realizado promesas en la misma dirección: en la cumbre de Nápoles, en 1994, prometieron la anulación del 67% de la deuda; en la cumbre de Lyon, en 1996, del 80%; y, posteriormente, en la cumbre de Gleneagles (Escocia), en 2005, llegaron a prometer la cancelación del 100% de la misma. Pero las cifras hablan por sí solas: desde 1999 la deuda global de los 42 Países Pobres Altamente Endeudados lejos de reducirse ha seguido aumentando.
 
Esta contradicción, entre promesas y realidad, pone de relieve el interés de los países del G8 para seguir siendo acreedores de esta deuda y mantener un mecanismo permanente de transferencia de riqueza del Sur a los capitalistas del Norte. Los países que ocupen una posición geoestratégica relevante o que se muestren más dóciles seguirán recibiendo medidas de reducción de la deuda, pero que no les servirán de nada para liberarse del yugo neoliberal. La deuda es un claro ejemplo de la dominación Norte-Sur y las elites políticas y económicas no renunciarán fácilmente a ella.
 
Pero se han abierto oportunidades políticas para el movimiento contra la deuda. En América Latina, gobiernos como el de Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador han llevado a cabo unas políticas de ruptura parcial con el imperialismo y el neoliberalismo, devolviendo al Estado un mayor papel de regulador social y con un aumento del control público sobre los recursos naturales, recuperando el concepto de soberanía nacional. En concreto, los pasos dados por gobiernos como Correa en Ecuador son ejemplos de que es posible decir “no” al pago de la deuda, como hizo en su momento Argentina después de la crisis del 2001. La denuncia de las deudas odiosas e ilegítimas y la suspensión del pago de las mismas es un acto legítimo que todo gobierno soberano debería estar dispuesto a realizar en favor de sus pueblos.
 
- Esther Vivas es autora de En pie contra la deuda externa (El viejo topo, 2008).
+ info: http://esthervivas.wordpress.com

¿Hacia dónde va la xenofobia en España?



Jubenal Quispe


Según el último informe titulado “Evolución del Racismo y la Xenofobia en España, 2009” del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (OBERAXE), adscrito a la Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración, 3 de cada 4 españoles encuestados piden leyes más drásticas contra la inmigración. La muestra fue de 3000 encuestados.

Si para el año 2000, el 36% de españoles y españolas pedía el endurecimiento de las leyes inmigratorias, para el 2004, este porcentaje subió a 56%. Pero ahora, sólo cinco años después, el 75% exige mayor rigidez legal con la inmigración. ¿Qué ocurre con esta España cuya historia está hilvanada de idas y vueltas migratorias en diferentes direcciones y épocas? ¿No es España el Estado democrático moderno, ilustrado y asentado en los derechos fundamentales del ser humano? ¿Cómo explicar esta pre modernidad en una sociedad “posmoderna”? En sus más de 350 páginas, el informe indica que el racismo contra las y los inmigrantes crece de manera alarmante.

Evidencia, por ejemplo, la animadversión generalizada contra africanos del norte por el color de la piel, el idioma y la religión. Los latinoamericanos, en su mayoría, son rechazados, aunque en menor medida, pero los argentinos, por sus rasgos físicos y culturales, son aceptados. Las rumanas, aceptadas por el color de la piel, sólo hasta cuando el acento idiomático los traiciona. Y así. El informe arroja la triste realidad de: si en España eres blanco, tienes plata y hablas inglés o alemán, no importa que seas extranjero. ¡No eres inmigrante! Si eres de otro color, tienes que jugar fútbol o ir a la ajena guerra en Afganistán para ser aceptado.

Veamos quiénes son este 75% del cual habla el informe. El documento señala que las personas de más edad, de bajo nivel de estudios, de ocupaciones laborales de escasa cualificación, ideológicamente posicionadas hacia la derecha, y que se declaran creyentes muy practicantes, son las más reacias a la inmigración (p.43). Pero también están los ambivalentes, personas más jóvenes, que han experimentado desempleo, de situación socio laboral más precaria, de nivel de estudios medio, ideológicamente de izquierda y con creencia y práctica religiosa.

Quienes toleran la inmigración, son personas de un nivel elevado de estudios, al igual que su posición económica y profesional, de alta especialización y nivel de renta. Lo que les sitúa en una posición “más privilegiada” ante la inmigración, y les distancia de la competencia con inmigrantes (acceso a puestos de trabajo, a ayudas y prestaciones sociales). De ideología de centro izquierda y religiosamente poco practicantes (p. 361). Éste colectivo es una minoría frente a los dos anteriores que representan el 75% de las y los encuestados.

Los resultados del informe indican varias verdades de fondo. Primero, España continúa siendo una sociedad aprisionada por estereotipos y barnizada por la modernidad. La democracia y la ilustración europea no sólo llegaron tardías al país, sino que en grandes nichos sociales son aún desconocidas. La España moderna, integrada a la Europa culta, sólo fue un barniz que ahora se diluye al ritmo de la crisis financiera y el paro galopante. El país continúa siendo el reino de los estereotipos, supersticiones y casería de brujas.

Podríamos definir estereotipo como una “imagen convencional y sin reflexión que se ha acuñado para un grupo de gente” (Quin y McMahon, 1997: 137). Se trata por lo tanto de una forma simple de pensar sobre un conjunto de personas que facilita el comunicar nuestras ideas, y nuestra mente los utiliza con frecuencia y de forma inconsciente. Los estereotipos son recursos que evitan el esfuerzo mental para analizar, comprender y explicar cada realidad. Es un mecanismo para desviar la responsabilidad moral. Y ante todo es la manifestación de un auto odio. En este sentido, los estereotipos son patologías excluyentes con la racionalidad ilustrada (Roca, 2006). Se odia al inmigrante porque éste es la reminiscencia de la nefasta historia nómada de España que las y los españoles no termina de digerir.

Los datos indican que la xenofobia contra las y los inmigrantes comenzó a tomar fuerza atizados por discursos políticos conservadores. Slogans como: “no cabemos todos en el barco”, “avalancha de africanos”, “migrante es más propenso a delinquir”, “las leyes son permisivas”, “inmigrantes al asecho”, etc., emitidos por políticos y difundidos por los medios de información masiva, fueron ganando adeptos en una sociedad nerviosa, sacudida por la crisis financiera y sumida en uno de los paros laborales más altos del mundo (cerca al 20%).

Se toma a inmigrantes como chivos expiatorios para todos los problemas irresueltos del país. Por qué hay desempleo, por inmigrantes. Por qué hay delincuencia, por inmigrantes. Por qué el malestar del Estado de bienestar, por inmigrantes. Por qué hay xenofobia y racismo, por inmigrantes. Hasta incluso el cambio climático es por inmigrantes. ¡Si tan sólo hiciésemos el mínimo esfuerzo de pensar! ¡Si tan sólo intentáramos imaginar una España sin inmigrantes, tan solo por un día!

Con políticos incapaces de aceptar sus limitaciones en condicionar las instituciones del Estado a las nuevas realidades sociales y con una sociedad ahoga en el espejismo de la modernidad y pertenencia a la Unión Europea, es explicable la arremetida de la xenofobia, pero jamás justificable.

La sociedad española tiene que entender que los más de 5.2 millones de nuevos vecinos residentes no se irán de España. Todas las políticas de retorno voluntario han fracasado en el intento. ¿Qué queda? ¡Aprender a convivir juntos! ¡Soñar juntos y juntas para idear la nueva España que queremos después de esta debacle!

 Las y los nuevos vecinos tienen mucho que aportar para salir de la situación financiera y laboral del país porque en sus países de origen vivieron en una permanente crisis. No es con más policías en los metros que se garantiza la convivencia pacífica. No es con animadversión que se expulsa a los que ya están aquí. No es con miradas, muecas y comentarios arcaicos que se construyen relaciones básicas hacia una sociedad intercultural. Todo pasa por aceptar que las y los nuevos vecinos ya están aquí. Reconocer sus derechos a existir como ciudadanos es una tarea ineludible. Tratarlos como semejantes/prójimos es el único sendero. La vía de la xenofobia y el racismo es la autopista al despeñadero, y el informe de OBERAXE es sólo una señal de alerta.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Un rotundo no de los islandeses al capital financiero


por Alejandro Teitelbaum


El 6 de marzo el pueblo islandés rechazó en un referendum el pago de una deuda a Gran Bretaña y a Holanda.

Los resultados fueron, con un 62,7% de participación, 93,2% por no pagar la deuda y 1,8% a favor de pagarla.

En octubre de 2008, en plena crisis financiera internacional, Icesave, un Banco islandés privado en línea, filial del banco Landsbankinn, quebró y numerosos clientes ingleses y holandeses perdieron sus inversiones especulativas.

Los Gobiernos británico y holandés reembolsaron a sus nacionales y le reclamaron a su vez al Gobierno islandés que les reembolsara el monto pagado, unos 3900 millones de euros, aproximadamente la mitad del PBI nacional islandés.

El 30 de diciembre de 2009 el Parlamento islandés aprobó por un escaso margen de votos un acuerdo del Gobierno con Gran Bretaña y Holanda para reembolsar la suma en cuestión.

Inmediatamente comenzaron las protestas populares y una petición contra la ley fue firmada por un quinto de la población. Entonces el presidente de Islandia, Olafur Ragnar Grimsson decidió no promulgar la ley, es decir vetarla y convocar a un referéndum popular   sobre la misma con el resultado indicado más arriba.

Seguramente se iniciarán otras negociaciones entre los Gobiernos, pero esta vez el Gobierno islandés estará respaldado por el pronunciamiento casi unánime de su pueblo.

lunes, 8 de marzo de 2010

Vivir sin supermercados


por Esther Vivas


Ir a comprar al supermercado se ha convertido en una práctica cotidiana. De hecho, un 80% de nuestras compras se llevan a cabo en grandes cadenas de distribución como Carrefour, Alcampo, Eroski, Corte Inglés y Mercadona, etc. Aunque comemos y consumimos diariamente, y muy a menudo lo hacemos mediante la compra en supermercados, pocas veces nos detenemos a pensar en las consecuencias que este modelo tiene por todos aquellos que participan en la cadena de comercialización: campesinos, trabajadores, consumidores, comercio local. Ahora puede ser un buen momento para plantearnos estas cuestiones.

Algunos impactos

La concentración empresarial en cada uno de los tramos de la cadena agroalimentaria va en aumento y el sector de la distribución no es una excepción. La dinámica en Europa, por ejemplo, apunta a una tendencia ascendente. En Suecia, tres cadenas de supermercados controlan el 95,1% de la cuota de mercado, en Dinamarca tres cadenas monopolizan el 63,8%, y en Bélgica, Austria y Francia unas pocas compañías dominan más del 50%. Cada día tenemos menos puertas de acceso a los alimentos, a la vez que el productor tiene menos opciones para llegar a nosotros. El poder de la industria agroalimentaria es total y nuestra alimentación ha quedado supeditada a sus intereses económicos.
 
Este modelo de distribución al detalle, que se ha generalizado en los últimos cincuenta años en el Estado español, comporta un empobrecimiento generalizado de la actividad campesina, la homogeneización de aquello que consumimos, la precarización de los derechos laborales tanto en sus centros comerciales como en aquellos que les proveen, la pérdida del comercio local, la promoción de un modelo de consumo insostenible e irracional. Veamos algunas cifras.

El diferencial entre el precio en origen de un producto (pagado al campesino) y en destino (lo que pagamos en uno 'súper') es una media del 490%, según cifras del sindicato campesino COAG, pero en algunos alimentos éste puede llegar a superar con creces el 1.000%, como es el caso de las patatas, los tomates, los pepinos o las zanahorias. Mientras, la gran distribución es quien se lleva el beneficio. Esta situación comporta un creciente empobrecimiento de la población campesina, con una disminución anual de su renta del 26% en los últimos cinco años. Con estos datos no nos tendría que sorprender que cada tres minutos en Europa desaparezca una explotación agraria, según datos de La Vía Campesina, ya que los pequeños productores no pueden competir con la agroindustria.

En el ámbito laboral, el trabajador está sometido a ritmos de trabajo intensos, tareas repetitivas y poca autonomía de decisión, que comportan enfermedades, como el estrés, el agotamiento, los dolores crónicos en la espalda y cervicales, etc. Además, los horarios laborales altamente flexibles, en función de los intereses productivos de la empresa, dificultan la conciliación de la vida laboral con la social y familiar, haciendo que el trabajador llegue a perder incluso el control sobre su tiempo libre.
 
El impacto en el pequeño comercio es devastador. Si el año 1998 había en el Estado español 95 mil tiendas, en el 2004 esta cifra se había reducido a 25 mil. El comercio tradicional de alimentos ha sufrido una erosión constante e imparable desde los años 80, llegando a ser a día de hoy casi residual.

Alternativas

¿Sin embargo, podemos vivir sin supermercados? Los grupos y las cooperativas de consumo agroecológico, la compra directa al campesino, el comercio local, las cestas a domicilio, ir al mercado... son algunas opciones alternativas que implican un modelo de comercialización de proximidad, estableciendo una relación directa y solidaria entre el campesino/el campo y el consumidor/la ciudad. Se trata de opciones de compra que van en aumento. Si antes del año 2000 en Cataluña tan sólo existían diez grupos de consumo ecológico, hoy en día esta cifra llega casi al centenar.

Esta acción colectiva en el ámbito del consumo es fundamental para empezar a cambiar dinámicas y llegar a más gente. A menudo se nos habla de nuestro poder individual como consumidores, pero aunque la acción individual aporta coherencia y es demostrativa, por sí sola bien pocas cosas podrá cambiar. La perspectiva política es clave. Por ejemplo, yo puedo formar parte de una cooperativa de consumo y optar por la compra de alimentos ecológicos, pero si no se prohíben los transgénicos llegará día en que tanto la agricultura convencional como la ecológica estará contaminada, fruto de una coexistencia imposible. Por lo tanto, hace falta movilizarnos, salir a la calle y exigir que queremos unas políticas agrícolas y alimentarias que garanticen un consumo saludable, respetuosas con la naturaleza y que tengan en cuenta los derechos del campesinado y los trabajadores.
 
La lógica capitalista que impera en el actual modelo agrícola y alimentario es la misma que afecta otros ámbitos de nuestras vidas: la privatización de los servicios públicos, la especulación con la vivienda, la deslocalización empresarial, la precariedad laboral. Cambiar el actual sistema agroalimentario implica un cambio radical de paradigma. Y para hacerlo la acción política y la creación de alianzas con otros actores sociales (campesinos, trabajadores, ecologistas, feministas...) es imprescindible.
(*) Esther Vivas es coautora del libro Supermercados, no gracias (Icaria editorial, 2007). Artículo publicado en el semanario La Directa, nº 171. [ http://esthervivas.wordpress.com ]

BRASIL: Clase media en un país injusto

por Frei Betto

La población brasileña es hoy de 190 millones de personas, divididas en clases según el poder adquisitivo. Pertenecen a las clases A y B las de un ingreso superior a US$ 1,800, los ricos del Brasil.
 
1,800 dólares no es un salario como para dar tranquilidad financiera a nadie. El alquiler de un apartamento de dos piezas en la capital paulista consume ya la mitad de ese valor. Pero entre los ricos muchos reciben remuneraciones astronómicas, además de que poseen un patrimonio envidiable. En las grandes empresas de São Paulo el salario mensual de un director varía entre US$ 15,400 y US$ 23,000.
 
Un reciente análisis de la Fundación Getúlio Vargas, divulgado en febrero pasado, revela que integran ese segmento privilegiado apenas el 10.42 % de la población, o sea 19.4 millones de personas, que concentran en sus manos el 44 % de la renta nacional. Mucha riqueza para poca gente.
 
La clase C, conocida como media, posee un ingreso mensual de entre US$ 430 y US$ 1,800. Ha crecido en los últimos años gracias a la política económica del gobierno de Lula. En el 2003 abarcaba el 37.56 % de la población, con un total de 64.1 millones de brasileños. Hoy incluye 91 millones -casi la mitad de la población del país (49.22 %)-, que se distribuyen el 46 % de la renta nacional.
 
En la clase D -los pobres- están 43 millones de personas, con un ingreso mensual de US$ 295 a 430, obligados a compartir apenas el 8 % de la riqueza nacional. Y en la clase E -los miserables, con un ingreso de hasta US$ 295- se encuentran 29.9 millones de brasileños (16.02 % de la población), condenados a repartir entre sí apenas el 2 % de la renta nacional.
 
A pesar de que la distribución de la renta en el Brasil continúa escandalosamente desigual, se constata que el brasileño, como diría La Fontaine, comienza a ser más hormiga que cigarra. Gracias a las políticas sociales del gobierno, como Bolsa Familia, jubilaciones y créditos otorgados, hay un nítido aumento del consumo. Por eso a la Bolsa Familia le falta encontrar, como dice el economista Marcelo Néri, la puerta de entrada al mercado formal de trabajo.
 
De los 91 millones de brasileños de clase media, el 58.87 % tienen computador en casa; el 57.04 % van a escuelas privadas; el 46.25 % estudian algún curso superior; el 58.47 % viven en casa propia; y otro dato interesante: el aumento del ingreso familiar se debe a la entrada de mayor número de mujeres al mercado de trabajo.
 
Ya pasó la época en que el hombre trabajaba (patrimonio) y la mujer cuidaba de la casa (matrimonio). Del 2003 al 2008 los salarios de las mujeres crecieron un 37 %, mientras que entre los hombres un 24.6 %, aunque ellos continúan siendo mejor remunerados que ellas.
 
Según la Fundación Getúlio Vargas, el gobierno de Lula sacó de la pobreza a 19.3 millones de brasileños y promovió a otros 32 millones a grados superiores de la escala social, insertándolos  en las clases A, B y C. Desde el 2003 se crearon 8.5 millones de nuevos empleos formales, aunque es verdad que la mayoría de baja remuneración.
 
A comienzo de los años 90 el 15 % de nuestros niños de 7 a 14 años no iban a la escuela; hoy son menos del 2.5 %. El aumento de la escolaridad facilita la inserción en el mercado de trabajo, a pesar de que el Brasil tiene una enseñanza pública de mala calida y una enseñanza privada cara.
 
En cuanto a la educación, están insatisfechas con su calidad el 40 % de las personas con enseñanza superior, el 59 % de las que tienen enseñanza media, el 63 % de las que tienen enseñanza fundamental y el 69 % de los semiescolarizados (ver “La clase media brasileña”, Amaury de Souza y Bolívar Lamounier, SP, Campus, 2010).
 
La escuela hace como que enseña, el alumno finge que aprende, y los niveles de capacitación profesional y cultural son vergonzosos comparados con los de otros países emergentes. ¡Ojalá que en el Brasil hubiera tantas librerías como farmacias!
 
Hoy hay más consumo en el país, lo que los economistas llaman fuerte demanda de bienes y servicios. Proceso, sin embargo, amenazado por la inestabilidad del empleo y el crecimiento de la insolvencia: la clase media tiende a gastar más de lo que gana, atraída fuertemente por la adquisición de productos superfluos que simbolizan ascenso social.
 
La clase media ascendente aspira a tener su propio negocio. Pero la iniciativa en el Brasil se ve dificultada por la falta de crédito, de conocimiento técnico y capacidad de gestión. Y demasiadas exigencias legales y laborales, sumadas a una pesada carga tributaria, multiplican las carencias de pequeñas y medianas empresas y amplían el mercado informal de trabajo.
 
Aunque la clase media tiene en sus manos un poderoso capital político, tiene dificultad para organizarse, para crear redes sociales, para establecer vínculos de solidaridad. Prácticamente sólo se asocia cuando se trata de religión. Además demuestra aversión hacia la política, especialmente debido a la corrupción.
 
No creyendo en la capacidad del gobierno y del poder judicial para combatir la criminalidad y la corrupción, la clase media se vuelve vulnerable a los “salvadores de la patria” –figuras caudillescas que le prometen acción enérgica y castigos sin piedad. Ése fue el caldo de cultivo que permitió el ascenso de Hitler y Mussolini.
 
Reducir la desigualdad social, asegurar una educación de calidad para todos y aumentar el poder de organización y de movilización de la sociedad civil: he aquí los mayores desafíos del Brasil actual. (Traducción de J.L.Burguet)
 
Frei Betto es escritor, autor de “Calendario del Poder”, entre otros libros.

jueves, 4 de marzo de 2010

Belo Monte: ¿la vuelta triunfante de la dictadura militar?




 El Gobierno Lula tiene méritos innegables en el campo social. Pero en la cuestión ambiental es de una inconsciencia y de un atraso palmarios. Al analizar el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) tenemos la impresión de que volvemos al siglo XIX. Es la misma mentalidad, que ve la naturaleza como mera reserva de recursos, como una base para programar proyectos faraónicos, llevados adelante a sangre y fuego, dentro de un modelo de crecimiento sobrepasado que favorece a las grandes empresas a costa de la depredación de la naturaleza y de la creación de mucha pobreza.
Este modelo está siendo cuestionado en el mundo entero por desestabilizar el planeta Tierra como conjunto, y aun así, es asumido por el PAC, sin ningún escrúpulo. La discusión con las poblaciones afectadas y con la sociedad fue ridícula. Impera la lógica autoritaria: primero se toma la decisión, después se convoca la audiencia pública. Pues esto es exactamente lo que está ocurriendo con el proyecto de la construcción de la Central Hidroeléctrica de Belo Monte, en el río Xingú, en el Estado de Pará, Brasil.
Todo está siendo llevado a la brava, atropellando procesos, ocultando el importante parecer 114/09 de diciembre de 2009, emitido por el IBAMA (órgano que cuida de las cuestiones ambientales) contrario a la construcción de la central, así como la opinión de la mayoría de los ambientalistas nacionales e internacionales, que dicen que este proyecto es una grave equivocación, de consecuencias ambientales imprevisibles.
El Ministerio Público Federal, que encaminó procesos de embargo, llevando eventualmente la cuestión a foros internacionales, sufrió la amenaza de la Abogacía General de la Unión (AGU), con el apoyo público del Presidente, de procesar a los procuradores y promotores de estas acciones por abuso de poder.
Este proyecto viene de la dictadura militar de los años 70. Bajo presión de los indígenas apoyados por el cantor Sting en colaboración con el cacique Raoni, fue archivado en 1989. Ahora, con la licencia previa concedida el 1º de febrero, el proyecto de la dictadura puede volver triunfalmente, presentado por el Gobierno como la mayor obra del PAC.
En este proyecto todo es megalómano: inundación de 51.600 ha. de selva, con un espejo de agua de 516 km2, desvío del río con la construcción de dos canales de 500 m de anchura y 30 Km de longitud, dejando 100 km de cauce seco, sumergiendo la parte más bella del Xingú, Volta Grande, y un tercio de Altamira, con un costo de entre 17 y 30 mil millones de reales, desalojando cerca de 20 mil personas, y atrayendo para las obras cerca de 80 mil trabajadores, para producir 11.233 Mw de energía en el tiempo de las crecidas (4 meses) y solamente 4 mil Mw en el resto del año, para, finalmente, trasportarla hasta a 5 mil Km de distancia...
Este gigantismo, típico de mentes tecnócratas, roza la insensatez, pues, dada la crisis ambiental plantetaria, todos recomiendan obras menores, valorando matrices energéticas alternativas, basadas en el agua, e viento, el sol y la biomasa. En Brasil tenemos todo eso en abundancia. Considerando las opiniones de los especialistas, podemos decir: la central hidroelectrica de Monte Belo es técnicamente desaconsejable, exageradamente cara, ecológicamente desastrosa, socialmente perversa, perturbadora de loa selva amazónica, y una grave agresión al sistema-Tierra.
Este proyecto se caracteriza por la falta de respeto: a las decenas de etnias indígenas que viven allí have millares de años y que ni siquiera han sido escuchadas; falta de respeto a la selva amazónica, cuya vocación no es producir energía eléctrica, sino bienes y servicios naturales de gran valor económico; falta de respeto a la conciencia ecológica que debido a las amenazas que pesan sobre el sistema de la vida, piden extremo cuidado para con las selvas; falta de respeto al Bien Común de la Tierra y de la Humanidad, la nueva centralidad de las políticas mundiales.
Si hubiese un Tribunal Mundial de Crímenes contra la Tierra -como está siendo proyectado por un grupo altamente cualificado que estudia la reinvención de la ONU bajo la coordinación de Miguel D’Escoto, expresidente de la Asamblea (2008-2009)- seguramente los promotores de la hidroeléctrica Belo Monte estarían en la mira de ese tribunal.
Aún hay tiempo para frenar la construcción de esta monstruosidad, porque hay alternativas mejores. No queremos que se realicen las palabras del obispo dom Erwin Kräutler, defensor de los indígenas y contrario a Belo Monte: «Lula entrará en la historia como el gran depredador de la Amazonia y el enterrador de los pueblos indígenas y ribereños del Xingú».

P.S.
Escriban a estos correos oficiales, sea de la Presidência da República, o del Ministério do Meio Ambiente, o del IBAMA y demás autoridades, para reforzar a campaña de suspensión del proyecto de construcción de la Central Hidroeléctrica de Belo Monte en el Xingú, por amor a los pueblos indígenas, a la Amazonia y a la Madre Tierra.

martes, 2 de marzo de 2010

De súbditos a ciudadanos, la gran transición

por FEDERICO MAYOR ZARAGOZA (*)
 
"Escribo sobre un naufragio /
... sobre lo que hemos destruido
ante todo en nosotros...
Pero escribo también desde la vida...
de un tiempo venidero".


José Ángel Valente en Sobre el tiempo presente.


La solución a los gravísimos desafíos que enfrentamos es más democracia, mejor democracia. Y ello exige participación activa y conocimiento profundo de la realidad, que se dan especialmente en los "educados", es decir, los que actúan en virtud de sus propias reflexiones y nunca al dictado de nadie. Educación -no me canso de repetir esta inmejorable definición de Francisco Giner de los Ríos- es "dirigir con sentido la propia vida". Tener las alas sin lastres, adherencias, adicciones, para volar a contraviento, para plantar cada día, aun en tiempo desapacible, semillas de futuro, para avizorar, vigías del mañana, el porvenir, para procurarlo menos sombrío.

El artículo primero de la Constitución de la UNESCO establece que el resultado del proceso educativo deben ser personas "libres y responsables". Educación para todos a lo largo de toda la vida. Para todos, no para unos cuantos. Y todos es muy peligroso, porque los educados no permanecerán impasibles, resignados, sometidos. No serán espectadores, sino actores. No receptores adormecidos, distraídos, atemorizados, sino emisores. No permanecerán silenciosos ni silenciados. Expresarán, con firmeza y perseverancia pero pacíficamente, sus puntos de vista.

Con ciudadanos educados ya no habrá dogmatismo, extremismo, fanatismo, ya nada será "indiscutible" ni se obedecerá de forma inexorable. La educación vence la apatía, induce a la acción.

Sí, la educación es la solución. No hay democracia genuina si no se participa, si los gobernantes y parlamentarios no son, de verdad, la "voz del pueblo". Educación, pues, para la ciudadanía mundial, teniendo siempre presente el artículo 21/3 de la Declaración Universal: "La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público".

Hoy se premia a quien mayor esplendor mediático aporta; se promueve a deportistas, escuderías, etcétera, con desmesuradas cantidades y deificantes actos de presentación por el más desmesurado todavía retorno audiovisual; se patrocinan acontecimientos según aconsejan los cálculos de las compensaciones previsibles..., y los ciudadanos, sin tiempo para pensar y promover sus verdaderas opciones, siguen como espectadores indulgentes los espectáculos que se les presentan.

Tan acomodados llegan a sentirse como espectadores y receptores, tan obcecados, que pueden conocer sin inmutarse noticias sobre corrupción, sobre asimetrías intolerables, sobre hambre o niños-soldado.

Para movilizarse, para implicarse, para involucrarse es imprescindible tener tiempo para reflexionar. Cada ser humano único, capaz de crear, capacidad distintiva de la especie humana

. Capaz de participar, rehusando las ridículas "obligaciones de la pertenencia", que hacen que muchos apoyen "porque sí" a determinados líderes o ideologías que, bien pensado, no tienen nada que ver con sus preferencias. En el preámbulo de laDeclaración Universal de los Derechos Humanos se dice que su ejercicio liberará a la humanidad del "miedo y de la miseria". La historia de la humanidad va unida al temor: temor al poder, temor a los dioses, en lugar de amor. Es preciso vencer al miedo con la palabra.

Es esencial "escuchar" el mundo. Observarlo, que es mucho más que verlo y que mirarlo. Tener esta visión planetaria, esta consciencia del conjunto de la humanidad, que es lo que nos permitirá reaccionar sin esperar a tsunamis que nos emocionen, que nos pongan en marcha.

Junto a la grave degradación medioambiental, la marginación de valores no sólo ha conducido a la deshumanización, sino a una competición en la que todo vale, sin límites, que busca afanosamente, sea cual sea el precio social y las condiciones laborales, la producción menos costosa. China, la fábrica del mundo, ha resultado ser, de este modo, el país comunista-capitalista que todos cortejan. Pero 1.300 millones de habitantes son muchos millones para imaginar indefinidamente la sumisión. Mejor prevenir...

Los plutócratas (G-6, G-7, G-8, ... G-20) han pretendido -y algunos todavía insisten- convertir el mundo en un gran zoco donde todo, empezando por la gente, forma parte de transacciones mercantiles. Los principales responsables de las crisis presentes (social, económica, medioambiental, alimenticia, democrática, ética) pretenderán tomar de nuevo el volante... si es que realmente se ha logrado que lo suelten. Controlan las finanzas, ocupan altas posiciones públicas y manipulan los medios de comunicación. Pero es posible -ojalá consigamos que sea pronto probable- que, como sucede ya en algunos países, la movilización ciudadana, la resistencia por fin manifiesta, lo impidan.

Los poderosos, que han ahuyentado desde siempre a los ciudadanos que, con mayor atrevimiento, ocupaban el estrado, no contaban con la "revolución virtual". La capacidad de participación no presencial (por telefonía móvil. SMS, Internet...) modificará los actuales procedimientos de consulta y elecciones. En síntesis, la democracia.

La decepción ciudadana al ver la incapacidad de los Estados para llevar a la práctica unos Objetivos del Milenio ya muy menguados y, más recientemente, hacer frente a las responsabilidades globales que supone el cambio climático, ha ido acompañada de la perplejidad e indignación que ha producido el "rescate" de las corporaciones financieras, responsables en buena medida de la grave situación que encaramos.

¿Y la gente? ¿Cuándo se "rescatará" a la gente? Es indispensable un multilateralismo eficiente, con instituciones internacionales dotadas de los medios de toda índole que requieren para el ejercicio de su misión.

Se terminaría así con los tráficos y mafias que hoy disfrutan de la mayor impunidad gracias a los paraísos fiscales, que deberían ser clausurados de inmediato y sin contemplaciones, ya que a ellos se debe en gran parte la proliferación de corruptos, y de los que son todavía peor, los corruptores, en el espacio supranacional.

Un Sistema de Naciones Unidas que no permita la explotación por grandes consorcios multinacionales que siguen empobreciendo a países potencialmente ricos, esquilmando caladeros, yacimientos, minas...

Unas Naciones Unidas que favorezcan la rápida interposición de los Cascos Azules cuando, como en los casos de Camboya o Ruanda, tienen lugar, al amparo de la "soberanía nacional", violaciones masivas de los derechos humanos o -Somalia es un buen ejemplo- cuando no existen "interlocutores gubernamentales" y el país se halla en manos de unos cuantos "señores de la guerra".

Y, sobre todo, la acción rápida y coordinada para reducir el impacto de las grandes catástrofes naturales (huracanes, ciclones, inundaciones, incendios, terremotos...) o provocadas, ante las que hoy vemos carencias increíbles, especialmente cuando se trata de países que tienen grandes arsenales bélicos.

Y la transición de una economía especulativa, virtual y de guerra (3.000 millones al día en gastos militares al tiempo que mueren de hambre más de 60.000 personas) a una economía de desarrollo sostenible global, que amplíe progresivamente el número de personas que pueden acceder a los servicios y bienes.

Un desarrollo que permita compartir, partir con los demás aquello de lo que disponemos, incluidos los conocimientos; que aumente la producción de alimentos, de agua, de energía renovable; que cuide y procure la buena salud de los humanos y de la Madre Tierra; que propugne el transporte eléctrico; unas viviendas ecológicas...

El porvenir está por hacer. El futuro debe inventarse venciendo la inercia de quienes se obstinan en querer resolver los problemas del mañana con las recetas de ayer. Muchas cosas deben conservarse. Pero otras deben cambiarse. Y hay que atreverse.

Las instituciones académicas y científicas, de intelectuales, artistas, creadores en general, están llamadas a liderar el cambio de época, la "rebelión" orteguiana para que sea realidad lo que lúcidamente establece el preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas: "Nosotros, los pueblos"... Los pueblos no pueden permanecer -teniendo tantos conocimientos y experiencia acumulados-, como testigos impasibles. Deben ser faro y vigía.

¡Ahora es el momento de la sociedad civil! De la fuerza a la palabra, al encuentro, a la conciliación. De súbditos a ciudadanos, la gran transición.

(*) Federico Mayor Zaragoza es presidente de la Fundación Cultura de Paz.

Fuente: http://www.elpais.com/articulo/opinion/subditos/ciudadanos/gran/transicion/elpepiopi/20100211elpepiopi_4/Tes/