lunes, 8 de febrero de 2010

Economía de la usura


por Albert Recio
 
I

Habitualmente entendemos la usura como la fijación de un tipo de interés excesivo cuando se presta dinero. Una especie de precio monopolístico. Pero si nos limitamos a esta percepción, perdemos de vista algunos de los rasgos más importantes de la cuestión. Muchos de los préstamos usurarios son en verdad impagables. Por ejemplo, esto es lo que ha ocurrido en muchas sociedades agrarias donde agricultores pobres toman préstamos de usureros locales. Basta cualquier incidente imprevisto para que el préstamo no pueda retornarse. Ahí es donde se pone en marcha el verdadero mecanismo de la usura, el que convierte un crédito temporal en una obligación vitalicia del prestatario respecto al prestamista. En la antigüedad clásica este camino podía llegar a la esclavitud. En la sociedad feudal y en otras muchas sociedades precapitalistas este ha sido uno de los mecanismos básicos en el sometimiento de los pobres a los intereses privados de una minoría. Alguien sujeto a un préstamo irretornable deberá pasar toda su vida transfiriendo una parte de su renta al prestamista y/o obligándose a otro tipo de prestación (trabajo gratuito, sometimiento político, dependencia personal...). Tan importante es el nivel del tipo de interés como la incapacidad de liberar el crédito en un plazo razonable. La usura se sostiene asimismo en un régimen institucional en el que el prestamista tiene más poder para imponer sus intereses e impedir que la deuda se salde por la vía del impago. 

El neoliberalismo ha generado un nuevo modelo de usura a una escala inimaginable. Hace muchos años que lo saben los habitantes de muchos países en desarrollo que han experimentado en sus carnes la crisis de la deuda. Una crisis que casi siempre ha tenido su origen en la llegada masiva de flujos financieros al país, flujos con los que se ha financiado gastos públicos inadecuados (especialmente armamento) e inversiones privadas insensatas o meramente especulativas. Después ha tenido lugar algún suceso catastrófico (derrumbe del precio de los productos de exportación, crisis política, etc.) que han generado una crisis de pagos. Y al final, ésta se ha saldado con la imposición de un plan de ajuste, casi siempre con un paquete de ingredientes parecidos: conversión de la deuda privada en obligación pública, recortes drásticos del gasto público y de los salarios, medidas de liberalización exterior, etc.. Es una historia harto conocida. Durante bastante tiempo se atribuían todos los males a la corrupción y mala gestión de las élites de estos países, una coartada moral que permitía a las élites bienpensantes de los países ricos desentenderse del sufrimiento y la injusticia ajena. 

II

Culpar de sus males a los países pobres impedía reconocer los mecanismos que, también en los países ricos, estaban conduciendo a la generación de una situación de usura global. A mi entender, en este proceso se han combinado diferentes factores que han generado una estructura económica peculiar. En primer lugar, cambios importantes en la distribución de la renta nacidos esencialmente de las mutaciones de la organización empresarial y de transformaciones en el mercado laboral. La fragmentación de las grandes estructuras empresariales del pasado mediante los mecanismos estudiados de deslocalizaciones, externalizaciones, subcontratación, etc., así como el debilitamiento de las organizaciones sindicales (no sólo en términos de afiliación, también en su capacidad de promover alternativas) ha jugado en ello un papel esencial. También los cambios en la organización de muchos mercados laborales específicos en los que la pérdida de mecanismos de seguridad ha estado asociada al reforzamiento de incentivos para unos pocos. Las desigualdades han crecido sustancialmente entre capital y trabajo y entre una élite de empleados de "éxito" y el conjunto de la masa laboral. En segundo lugar, la crisis fiscal del estado, especialmente ligada a la generalización de políticas orientadas a contener o reducir el peso de los impuestos y el sector público. Una situación que se ha producido en casi todos los países desarrollados con independencia de sus niveles de impuestos (la misma tendencia anti-impuestos ha tenido lugar en países como Suecia, España o Estados  Unidos, con pesos muy inferiores de la fiscalidad). Esta presión constituye un freno a la expansión del sector público, pero puede convertirse fácilmente en endeudamiento cuando las mismas demandas sociales exigen mayor gasto público, o cuando los gobiernos se embarcan en aventuras de elevado coste (como es el caso del sostenimiento de una guerra imperial en Oriente). En tercer lugar, los desequilibrios entre naciones como resultado de la globalización del comercio internacional han generado nuevas tendencias al endeudamiento perpetuo de aquellas economías caracterizadas por déficits persistentes en la balanza de pagos. Y, dominando todo ello, la desregulación e hiperdesarrollo de un sistema financiero que ha sido el gran promotor y el gran beneficiado de esta economía del endeudamiento global. En parte ha permitido el funcionamiento de una economía donde proliferaban las personas, empresas y estados endeudados. En parte han actuados como promotores del endeudamiento con ofertas de todo tipo de créditos (hipotecas, tarjetas de crédito, préstamos colectivos…). En la burbuja inmobiliaria, ésta es una de las cuestiones que más ha favorecido este nivel de endeudamiento, su papel de pirómanos parece fuera de dudas: no sólo han sido generosos en la concesión de hipotecas a los compradores privados de vivienda sino que la suculenta financiación a los promotores está en la base del desaforado precio del suelo que alimentaba todo el proceso. 

Sin duda, la bóveda de esta estructura se encuentra en el entramado de organismos internacionales y normas reguladoras que han acompañado todo el proceso. Un elemento crucial, puesto en evidencia en las primeras crisis de la deuda de los 80 era la introducción de un régimen que impedía saldar las deudas con pérdidas para los prestamistas. La conversión masiva de deuda privada en deuda pública que tuvo lugar en Latinoamérica, diseñada para evitar la quiebra de la banca prestamista, dejaba claro que, al igual que en la usura medieval, el poder estaba en manos del prestamista. Y, en consecuencia, que la crisis de la deuda tiende a perpetuar la dependencia. 

III 

Lo novedoso de la crisis actual es que su estallido ya no se ha producido en un país remoto, presumiblemente controlado por un Gobierno y unas élites corruptas, sino que ha tenido lugar en el centro mismo de las economías capitalistas. Y, aún con plazos y fórmulas específicas, la pauta de respuesta parece seguir la lógica de una economía usuraria. En la primera fase se ha tratado de evitar que la crisis de la deuda (esto y no otra cosa es la crisis de las "subprime" y de las empresas inmobiliarias incapaces de "colocar" en el mercado promociones a precios desorbitados) se ha tratado de salvar a los prestamistas mediante ayudas públicas directas y la asunción por el Estado de los "paquetes" de créditos fallidos. Y también con una política de gasto público orientada a mantener algo de la demanda evaporada con la crisis financiera. 

Con ello se ha salvado del desastre al sector financiero y se ha reducido parte del desempleo potencial que se podía crear. A cambio se ha producido un elevado déficit fiscal en muchos países. Un déficit que genera una nueva fase de endeudamiento en la que los grupos financieros que lo han provocado (y los grupos sociales enriquecidos que representan) vuelven a estar en la posición fuerte de los prestamistas con los que la colectividad está entrampada. 

Estamos entrando en la segunda fase de la crisis. Si en la primera el principal coste social ha sido el desempleo masivo, en la actual a este factor se le sumarán los intentos de recortes del gasto público justificados por el elevado endeudamiento de muchos estados. No deja de ser sorprendente que las mismas entidades de evaluación de riesgos (Standard & Poors, Fitch, Moodys) que tan laxas fueron en la evaluación de los riesgos del sector financiero, se están erigiendo en los más acerados críticos de la deuda pública. Y están consiguiendo que los Gobiernos reaccionen con propuestas de políticas de austeridad que pueden significar tanto nuevos aumentos del desempleo como graves deterioros de servicios sociales básicos. Un proceso que ya está afectando a los planes más drásticos de ajuste como el de Letonia o el que se está elaborando en Grecia, pero que pronto llegará a otras poblaciones atrapadas en el drama de la crisis fiscal y la economía de la usura. España tiene bastantes puntos acumulados para figurar en la próxima tanda de países sujetos a planes de ajuste. Si alguien dudaba de la persistencia del modelo de usura global, solo hay que prestar atención al caso islandés, donde la población va a ser sometida a indemnizaciones a los especuladores anglo-holandeses que creyeron las promesas de alta rentabilidad ofrecidas por Landsbanki. La quiebra de este banco se ha convertido en una deuda obligatoria para toda la ciudadanía de su país de origen. Y esto que se decía que en la época de la globalización el capital no tenía patria.

IV  

Están en el aire las posibles reformas del sistema financiero que cada dos por tres prometen algunos líderes mundiales. Curiosamente Rodríguez Zapatero, el paladín de la socialdemocracia europea, es de los menos activos en este terreno. Quizás porque sabe del enorme poder que tiene la banca española y la capacidad de mecanismos en los que influye. Aunque la crisis ha dejado "tocada" la imagen del sistema financiero mundial, gran parte de su poder político, económico y cultural sigue intacto y puede esperarse que desarrollen una resistencia feroz a los intentos serios de minar su poder. El endeudamiento público y el desempleo van a ser argumentos que van a utilizar como defensa frente a un sector público presentado como derrochador, incapaz o ineficiente.

El deterioro de lo público ha sido una de las grandes victorias del neoliberalismo. Que ha contado entre sus aliados a gran parte de las élites políticas e intelectuales. Casi nadie ha sido capaz, o siquiera lo ha intentado, de hacer una defensa razonada y una batalla cultural en defensa de lo público. Ni siquiera en la actual crisis mundial, donde se ha puesto de manifiesto el fallo sistémico del mercado, y especialmente del mercado financiero. Y donde lo único que ha evitado el desastre ha sido, con todas sus imprecisiones e incongruencias, la intervención pública.   

Nadie ha discutido la economía de la usura en la que estamos inmersos. Puesto que para ello hace falta replantear muchos aspectos del modelo dominante. Y nadie, incluso en el mundo del espacio alternativo que trata de defender, organizar y mejorar la condición de la mayoría de la población, ha sido capaz de articular una respuesta en defensa de la público audaz y efectiva. Pronto conoceremos los efectos de la economía de la usura cuando empiecen los recortes en serio de gastos públicos básicos. De momento ya ha empezado el goteo. Basta preguntar a cualquier gestor de entidades sociales para tener noticia de recortes de subvenciones, pagos que no llegan, servicios que se deterioran. Pero ni en los sindicatos, ni en las ONGs., ni en los partidos de izquierda nadie parece dispuesto a lanzar un movimiento social que para la gangrena. Que como menos sirva para enfrentar la predominante economía de la usura con la necesidad de una economía al servicio de la colectividad, donde lo público debe jugar necesariamente un papel destacado. 

(*) Albert Recio es profesor de Economía Aplicada en la Universitat Autònoma de Barcelona
 

fuente: mientrastanto, febrero 2010

domingo, 7 de febrero de 2010

Los Diez Mandamientos de la Ley del Dios Mercado



La religión del mercado se basa en leyes, explícitas o tácitas, cuya obediencia es impuesta a todos:

Primera Ley: El máximo beneficio económico (capital, objetos materiales, servicios, riqueza material) es el paraiso en la Tierra.

Segunda Ley: La economía de mercado es el orden natural del mundo, la verdad objetiva, la palabra de dios.

La economía de mercado es presentada como la única realidad posible, la expresión de una voluntad sobrehumana emanada de una autoridad incuestionable. Es decir, la economía de mercado es una nueva forma de monoteismo. Toda intervención humana es considerada contraproducente, inútil, una amenaza para el orden natural de las cosas y por lo tanto para el bienestar de la humanidad, ya que el dios mercado nunca se equivoca. Es omnisciente.

Por lo tanto, la economía de mercado es siempre justa y correcta y sus dictados son mandamientos que están por encima de cualquier otra  moral o valor.

Tercera Ley: La vida humana es tiempo de trabajo, capacidad productiva
Eres según lo que produces y según la cantidad de lo que produces.  El trabajo es valorado según la oferta y la demanda y es considerado como un coste en los intercambios económicos. No trabajas para vivir, vives para trabajar.

Cuarta Ley: La naturaleza no es más que una reserva de recursos necesarios para el proceso de producción o una masa de tierra con la que especular. 
La naturaleza no es más que un conjunto de objetos inertes cuya unica utilidad es ser explotados hasta la extinción.

Quinta Ley: El patrimonio social, cultural y espiritual es capital fungible que puede ser comprado o vendido.

Sexta Ley: El valor de las cosas sólo está representado por el precio.

Séptima Ley: El individuo, considerado sobre todo como productor-consumidor, es el objeto principal de la economía de mercado
El individuo tiene la libertad y el deber de consumir todo lo que produzca la Economía de Mercado.

Octava Ley: Debes tener fe en el Progreso, entendido como crecimiento económico (material) ilimitado
En el futuro se producirán más y mejores bienes materiales y podrás consumir más y acumular más beneficios.

Novena Ley: El deseo de consumir más y de acumular cada vez más bienes te permitirá alcanzar el paraiso terrenal (la máxima felicidad).

Décima Ley: Sólo vence el más fuerte. 
Para consumir hay que acumular. La competitividad es la regla de oro. Principios éticos tales como compasión, altruismo, solidaridad, generosidad deben ser considerados supersticiones del pasado.








ZEN EN LA PLAZA DEL MERCADO
Dokushô Villalba
Aguilar, Madrid, 2008

La Iglesia Católica, principal responsable de la opresión de los indígenas

Crónica de una utopía con monseñor Proaño en el horizonte(1)

por Juan José Tamayo (2)

"Quedan los árboles que sembraste", es éste un verso del bello poema que escribiera Leonidas Proaño el 4 de marzo de 1984. Cuatro años después fallecía a los 78 años dejando un testamento oral a su más estrecha colaboradora Nidia Arrobo, quien, contra viento y marea, ha asumido la hermosa y titánica tarea de mantener viva la memoria del obispo de los indios del Chimborazo, de todos los indios del Ecuador, de todos los indios de Abya-Yala y, con ellos, de todos los condenados de la tierra, y de activar su herencia liberadora. Un testamento dolorido, dramático, amargo, sin concesiones al triunfalismo, que señala con el dedo a la propia Iglesia como responsable de la opresión que viven los pueblos originarios. 

Taita Proaño se expresaba de esta guisa poco antes de morir: "Nidia, tengo una idea, me sobreviene una idea, de que la Iglesia es la principal responsable de la situación de opresión de los indígenas... ¡Qué dolor! ¡Qué dolor! Y yo estoy cargando con ese peso de siglos. ¡Qué dolor! ¡Qué dolor!".

Él, que tanto luchó por la dignidad y los derechos de los indígenas y de la Pachamama, él, que repartió centenares de hectáreas pertenecientes a la diócesis de Riobamba entre las comunidades indígenas, precisamente él quiso cargar con ese dolor, con ese peso de siglos como hiciera el Siervo de Yahvé de los Cantos de Isaías, de quien Taita Proaño fue la más viva y auténtica encarnación. ¿Recordáis el Canto primero? Vamos a leerlo juntos todos los árboles ya dispersos por nuestros pueblos:  

"He puesto mi espíritu sobre él: 
dictará la ley a las naciones. 
No vociferará ni alzará el tono. 
Y no hará oír en la calle su voz. 
Caña quebrada no partirá, 
y mecha mortecina no apagará. 
Lealmente hará justicia; 
no desmayará ni se quebrará 
hasta implantar en la tierra el derecho, 
y su instrucción atendrán las islas… 
Yo Yahvé, te he llamado en justicia, 
te así de la mano, te formé; 
te he destinado a ser alianza de los pueblos 
y luz de las gentes para abrir los ojos a los ciegos, 
para sacar del calabozo a los presos, 
para abrir los ojos a los ciegos. 
Para sacar del calabozo a los presos y de la cárcel 
a los que viven en tinieblas"  
(Isaías 42,1-4.6-7).

La inter-identidad como nueva forma de afirmar nuestra identidad
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La propia figura y el estilo de vida de monseñor Proaño y de los indígenas con quienes compartió su suerte, el Sumak Kawsay (bien vivir, vida en plenitud, que poco tiene que ver con vivir mejor o darse a la buena vida) responden a la descripción que del Siervo de Yahvé hiciera el cuarto Canto de Isaías: 

"¿Quién dio crédito a nuestra noticia (del Sumak Kawsay) creció como un retoño delante de él, como raíz de tierra árida. No tenía apariencia ni presencia; le vimos y no tenía aspecto que pudiésemos estimar. Despreciado, marginado, ser doliente y enfermizo… Un Don Nadie. ¡Y con todo eran nuestras dolencias las que él llevaba y nuestros dolores los que soportaba!" (Isaías 53,1-4).

Para celebrar el 100 cumpleaños de Proaño nos reunimos en Quito, del 27 al 31de enero de 2010, 250 árboles sembrados por él a lo largo y ancho del Planeta. Árboles que no han logrado ser abatidos ni por el huracán de la globalización, ni por la actual involución de las iglesias, ni por el fundamentalismo político (religión del Imperio), ni por el fundamentalismo económico (religión del Mercado), ni por el fundamentalismo cultural (religión de Occidente). Éramos, somos, árboles de todos los pueblos y naciones de Abya Yala, también de Haití, presente en nuestro recuerdo a través de la solidaridad efectiva, de varios países de Europa, del Norte de América, de África. Cada uno con nuestra propia savia, con nuestras ramas autóctonas, con nuestras raíces, con nuestros propios nombres.

Ninguno de los árboles allí convocados por Taita Proaño tuvimos que renunciar a nuestras raíces profundas, a nuestras identidades conformadas desde siglos y milenios. Eso sí, eran todas raíces e identidades en comunicación y sintonía, en convergencia y armonía con otras raíces e identidades, hasta tejer la inter-identidad en red, que es nuestra verdadera identidad. Así hacíamos nuestras las palabras de Sygmunt Bauman: "La identidad es como un mosaico al que le falta una tesela". La inter-identidad es la verdadera identidad de los pueblos, de los originarios y ancestrales y de los surgidos posteriormente.

La interdependencia y la intercomunicación, la fraternidad y la sororidad, la solidaridad inter-humana y la cosmicidad fue lo que nos mantuvo unidos a los hombres, las mujeres, los pueblos y la naturaleza durante los últimos cinco días de enero en la Universidad Andina Simón Bolívar de Quito. ¿Con qué finalidad? ¿Con qué intención? Para conmemorar la efemérides de la "resurrección" de monseñor Proaño, obispo de los indios, símbolo de resistencia contra el capitalismo, despertador de las conciencias adormecidas, educador popular siguiendo el método jocista del "ver, juzgar y actuar" y la pedagogía de la concientización de Paulo Freire, profeta que denunció las injusticias estructurales y anunció una nueva sociedad igualitaria, poeta y cantor de la solidaridad y de la esperanza, "el jilguero de Pucahuaico", como le llama el cantante Ataulfo Tovar, el más universal, al tiempo que el más local, de todos los ecuatorianos y ecuatorianas.

La herencia de los obispos-profetas frente a la involución eclesiástica

Vivimos tiempos de involución eclesial, mejor eclesiástica, y no podemos dilapidar la herencia que nos legaron los obispos-profetas que en Abya-Yala han sido durante los últimos cuarenta años: los chilenos Manuel Larraín (1900-1966) y Raúl Siva Enríquez (1907-1991), los mexicanos Sergio Méndez Arceo (1907-1991) y Samuel Ruiz (nacido en 1924), el salvadoreño Oscar Arnulfo Romero (1917-1980), los brasileños Helder Cámara (1909-1999), Pablo Evaristo Arns (nacido en 1921), Antonio Fragoso (1920-2002), Pedro Casaldáliga (nacido en 1928) y Aloys Lorscheider (1924-2008), el argentino asesinado Enrique Angelelli (1923-1976), el guatemalteco Juan Gerardi (1922-1998), el ecuatoriano Leonidas Proaño y otros que harían esta lista interminable, muchos de ellos fallecidos y otros eméritos. Pero todos ellos portadores de luz y utopía en tiempos oscuros y anti-utópicos. Tenemos una responsabilidad histórica con ellos: continuar el trabajo que iniciaron, pero no de manera mimética, sino creativamente, cada uno en su lugar, en su tiempo, en su comunidad, en su cultura, en su religión, en su actividad política; responder a los nuevos desafíos que nos plantea la globalización neoliberal, incluyendo a quienes ésta excluye. Los obispos de Abya-Yala citados y otros que caminaron por la misma senda son, como los llama José Comblin, los nuevos padres de la Iglesia latinoamericana que pusieron la primera piedra de la Iglesia de los pobres e inauguraron un nuevo magisterio social al servicio de los excluidos.

Ellos pusieron en práctica un nuevo modelo episcopal alejado de la pura gestión administrativa y comprometido con la evangelizadora liberadora y concientizadora mediada políticamente. Sí, la política como mediación necesaria para hacer realidad el reino de Dios en la historia. Por eso la acusación a monseñor Proaño de hacer política, lejos de ser un insulto, era un elogio, un piropo, como demuestra el título de uno de sus libros más emblemáticos: Evangelización, concientización y político. Nosotros, los árboles sembrados por el obispo de los indios, tampoco consideramos un insulto la acción política. Todo lo contrario es nuestro timbre de honor. Los cristianos y cristianas, dijo Frei Betto en su conferencia, somos seguidores de un condenado político. Si no hiciéramos política, estaríamos desviándonos del camino de Jesús de Nazaret. Pero, ¿qué política? La del Reino, no la del Imperio, la de Jesús de Nazaret, no la del César, la de las Bienaventuranzas, no la del joven rico, la de Lázaro, no la del rico Epulón, la de de los alterglobalizadores, no la de los globalizadores neoliberales.

Aquellos obispos eran todos amigos y muchas veces los acogió Taita Proaño en la residencia de Santa Cruz, donde en una ocasión fueron detenidos y apresados. "Ningún proyecto humano puede salir adelante, dice el Dalai Lama, líder del budismo tibetano, si no está basado en la amistad". Amistad, confianza mutua, fe en un proyecto, compromiso de hacerlo realidad: ésas eran las bases del trabajo colectivo del grupo de obispos que había ido forjando su amistad desde la Conferencia de Medellín (Colombia) en 1968.

Todos ellos tenían en común una serie de valores que les convertía en una comunidad viva y los diferenciaba de otros colegas en el episcopado que, quizá con la mejor voluntad, se limitaban a ser "funcionarios de Dios". 

El primero y principal fue la libertad, que ejercieron venciendo el miedo a la represión política a la que se vieron sometidos por las dictaduras militares y los gobiernos autoritarios de sus países, y resistiendo frente a las amenazas de sanciones eclesiásticas de que fueron objeto. 

El segundo fue la opción por los pobres, que se tradujo en la denuncia de las estructuras injustas y la lucha por su transformación, en el trabajo por la paz fundada en la justicia y la ubicación de los marginados en el centro de sus preocupaciones. 

El tercero fue la persecución por el poder político y por la propia Iglesia-institución en sus distintas modalidades: fueron acusados de comunistas por los poderosos, de "malos obispos" por los sedicentes católicos, de sembrar división en la Iglesia, de defender la lucha de clases. Lo recordaba monseñor Helder Cámara:  

"Si doy de comer a un pobre dicen que son una persona caritativa, pero si pregunto por qué existe la pobreza me llaman comunista". 

El cuarto fue el ecumenismo con otras iglesias cristianas, religiones y movimientos sociales; ecumenismo que no buscaba el entendimiento y el acuerdo en la doctrina, en los ritos, en la moral, sino en el territorio común de la acción liberadora.

(1) "A los pueblos originarios de Aby-Yala de ayer, de hoy y de mañana, adoradores del Sol como fuente de vida y primeros ecologistas de la historia, en recuerdo de la experiencia cósmico-fraterno-sororal compartida del 27 al 31 de enero, siempre en mi memoria y en mi vida, con respeto y agradecimiento".

(2) Juan José Tamayo es teólogo, autor de "La teología de la liberación en el nuevo escenario político y religioso" (Tirant Lo Blanc, Valencia, 2009)
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Fuente: http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?boletim=1〈=ES&cod=44895


 

sábado, 6 de febrero de 2010

El Dios Mercado

 
Quizá los hechos que caracterizan la situación global del Planeta Tierra en este siglo XXI sean:

- El derrumbe de los grandes sistemas ideológicos y, en particular, la pérdida creciente de influencia de las grandes tradiciones religiosas, incapaces ya de mostrar qué es la realidad y cuál es la función del ser humano en ella .
- Una degradación ecológica sin precedente en la historia y en constante ascenso.
- Una injusticia social sangrante que ensancha cada vez más la desigualdad entre pobres y ricos, tanto en el seno de una misma nación como entre las naciones de los dos hemisferios.
- El aumento de la violencia en la vida cotidiana y la persistencia de la violencia, de las guerras y de los conflictos armados que nos sitúan periódicamente al borde de un conflicto armado a gran escala.
- El llamado fenómeno de la globalización que se manifiesta principalmente en una red mundial por la que circula libremente la información, el capital y las mercancias (las personas aún no).
- El crecimiento continuado de la población.

Aunque esto es así, lo que realmente caracteriza el momento histórico que vivimos es la emergencia y la expansión de un nuevo sistema de valores y de creencias, cuya función religiosa queda oculta tras el envoltorio secular con el que se presenta. El auténtico fenómeno global, la única religión verdaderamente mundial, que se ha extendido desde el Norte al Sur, desde el Este al Oeste, impregnando la práctica totalidad de las instituciones colectivas y las conciencias de los seres humanos es la religión del Dios Mercado.

El mercado es el nuevo dios de los tiempos modernos. La economía es su teología y los economistas sus teólogos. Los publicistas y medios de comunicación son sus mejores predicadores y la mayor parte de los políticos sus relaciones públicas. La producción-consumo constituye su rito religioso central y la acumulación de beneficios, en forma de capital, objetos o riquezas, su paraiso en la tierra.
   
No importa a qué religión tradicional se pertenezca, no importa cómo se llame el dios al que se reza o el templo en el que se rece. No importa a qué etnia o cultura se pertenezca. No importa siquiera que se sea pobre o rico, que se viva en una gran metrópolis o en lo más profundo de la selva más remota. Lo queramos o no, nos demos cuenta o no, nuestras vidas cotidianas tienen lugar en el seno de un culto que rinde tributo al dios mercado. Vivimos según las interpretaciones que hacen los sumos sacerdotes de la voluntad del dios mercado. Aunque nunca hayamos hecho una profesión de fe formal para ingresar en esta religión, nos han ingresado en ella sin pedirnos nuestra opinión y, lo que es más grave, sin que ni siquiera nos demos cuenta.

No ha habido en toda la historia de la Humanidad un fenómeno de manipulación de masa tan grande, tan eficaz, y tan taimado como éste, dado que la manipulación perfecta es aquella que no aparece como manipulación, sino como el Orden Natural del Mundo.

La religión del mercado es la religión moderna que proporciona el sistema de valores más atractivo para la mayor parte de la población mundial. La mayor parte de la gente, aunque se confiese cristiano, musulmán, budistas, ateo, hinduista, judío, etc., ha adoptado y asumido estos valores como expresión de la Unica Realidad Verdadera y como el Orden Natural del Mundo.

La religión del mercado es, como veremos, una religión totalitaria que está devastando no sólo las sociedades humanas, el medio ambiente y los grandes valores de las civilizaciones a los que se han llegado después de muchos siglos de evolución, sino que también está pulverizando los principios y las prácticas espirituales que enseñan todas las demás religiones, las cuales, hoy por hoy, no han sido capaces de hacer frente ni contrarestar el poder de sedución y la influencia de este uuevo totalitarismo.

Aunque las guerras y los conflictos han existido desde siempre en la historia de la Humanidad, y muchos de ellos han sido y son de origen religioso, hoy día, basta con estudiar la génesis y el desarrollo de la mayor parte de las guerras, de los conflictos armados, de la degradación ecológica, del desmembramiento de las sociedades para darse cuenta que en la base de casi todos ellos se encuentra la religión del mercado

Sería largo detenerse en las causas y en el proceso histórico mediante el cual ha aparecido esta nueva religión y no es éste el tema central de este libro.  El hecho es que la religión del dios mercado está aquí, ahora, ampliamente expandida. Sus tentáculos se han inflistrado en el corazón mismos de nuestras instituciones, en nuestro sistema político, en nuestra familia, en nuestras relaciones y en nuestro sistema individual de valores, es decir, en nuestra percepción del mundo y de nuestra función en él.

Tenemos la responsabilidad individual y el imperativo histórico de tomar conciencia de la realidad en la que vivimos, de la crisis global que estamos atravesando. Necesitamos indagar en sus causas y poner en pie un nuevo sistema de valores que nos permita una existencia realmente humana.

Tenemos que reconocer que, lo sepamos o no, hemos sido convertidos a una nueva religión. Esta religión, aunque sea de origen europeo y tenga sus raices en la ética protestante, se ha extendido mundialmente. Su nombre completo podría ser Religión Individualista de la Economía y del Mercado, pero abreviando, la llamaré Religión del Mercado.

La religión del mercado es una ideología totalitaria. Convence por la fuerza. Primero por la fuerza de la persuasión y del engaño (publicidad, medios de comunicación); después por la fuerza de la presión económica (si no lo haces como te digo no podrás sobrevivir) y, por último,  por la fuerza de los poderosos ejércitos e industria armamentista que trabajan para ella (en el caso de que alguien se obstine en no aceptar sus principios).

La religión del mercado está basada en un sacramento doble: la producción y el consumo. Lo que espera de sus adeptos es que produzcan cuanto más mejor (aunque lo que produzcan no sea de ninguna utilidad real para la vida) y que consuman cuanto más mejor (aunque lo que consuman no sea de ninguna utilidad real). Aquellos que cumplan con este sacramento, son considerados miembros de pleno derecho y obtienen el visado al paraiso del beneficio ilimitado destinado a los elegidos.

La persuación de los propagadores de la religión del mercado es tan sutil y eficaz que no nos damos cuenta de que estamos siendo obligados a comulgar con sus ritos. Es más, ni siquiera nos damos cuenta de que estamos siguiendo sus ritos y creemos que lo que hacemos es el resultado de nuestro libre albedrío. Si alguien intenta salirse del ritual impuesto por el dios mercado se encontrará marginado, sin trabajo, sin dinero para pagar la comida o un techo, sin tarjeta de crédito, sin crédito … proscrito … como lo están millones de seres humanos en el Planeta Tierra que aún no han sido iniciados en este ritual moderno.

Según este sistema de valores, producir y consumir es pues el gran sacramento: lo único que tienes que hacer para conseguir el Cielo del máximo bienestar.

Zen en la plaza del mercado
Dokushô Villalba
Aguilar, Madrid, 2008

viernes, 5 de febrero de 2010

Están contra los pobres, no contra la pobreza

Emigrantes españoles esperando el tren con destino Alemania, años 50.
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por Xavier Caño Tamayo


Silvio Berlusconi ha afirmado que “reducir los inmigrantes clandestinos significa que habrá menos criminalidad”, equiparando inmigración y delincuencia. Su gobierno ha decretado que ser inmigrante sin permiso de residencia en Italia es un delito y los inmigrantes irregulares pueden ser retenidos hasta un año y medio. O condenados a penas de seis meses a cuatro años de cárcel.
 
El Berlusconi que equipara inmigración sin permiso de residencia con crimen es el mismo con varios procesos judiciales por diversos delitos en marcha en los últimos años. Procesos de los que se ha escapado y escapa reformando las leyes italianas con su mayoría absoluta para conseguir retrasos, prescripción, inmunidad, archivo precipitado de causas que deviene impunidad...
 
Es el mismo Berlusconi públicamente acusado de relaciones con la Mafia por el arrepentido Spatuzza. El mismo del que Massimo Ciancimino (hijo del ex-alcalde mafioso de Palermo, Vino Ciancimino) ha revelado ante los jueces cómo se benefició de que su padre y otros capos de la Mafia invirtieran dinero en su macro proyecto inmobiliario Milano 2, negocio con el que Berlusconi empezó a enriquecerse.
 
Ese Berlusconi que convierte en delincuentes a inmigrantes irregulares ignora los datos del Istat (instituto nacional italiano de estadística). Esos inmigrantes nunca han delinquido más que los nacionales, pero si hoy se les puede atribuir más delitos es porque no tener permiso de residencia se ha convertido en delito para el gobierno de Berlusconi, no porque esos inmigrantes cometan más robos, agresiones, homicidios, estafas u otros delitos contra las personas, contra la propiedad o el patrimonio.
 
En España, uno de los países de la Unión Europea que más inmigración ha recibido (hasta un 10% del total de población), ha cambiado la actitud sobre la inmigración de buena parte de ciudadanos. De un 8% que desconfiaba de los inmigrantes o sentía  algún rechazo se ha pasado a un 32%. Por miedo. Miedo que la crisis favorece. Miedo atizado por políticos irresponsables y miserables.
 
Un estudio de 2008 de la Confederación de Cajas de Ahorro de España desmonta la falsedad sobre inmigración del incremento de delincuencia por aumento de inmigrantes. Entre 2002 y 2006, el número de delitos cometidos en España se redujo un 22%, pero en ese mismo período la población inmigrante creció un 85%. Por tanto es falso relacionar inmigración y delincuencia. Ahora, los poderosos irresponsables y codiciosos nos han precipitado en una grave crisis. Y las crisis aumentan la desigualdad, el desempleo y la pobreza. Empujan a la desesperación. Pero la indeseable situación de pobreza y desesperación, que puede generar delincuencia, no la sufren sólo los inmigrantes.
 
Josep Oliver, director del departamento de economía aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, nos recuerda que tenemos que estar agradecidos a los inmigrantes, porque cuando un país no pare hijos suficientes necesita inmigrantes. O se consume. El profesor Oliver también nos recuerda que la balanza fiscal de la inmigración ha beneficiado a España, porque muchos inmigrantes son jóvenes, trabajan, cotizan y recurren poco al Estado. No tienen edad para cobrar pensiones y, por no ser ancianos, no suelen recurrir a la sanidad pública. Datos contra tópicos y lugares comunes falsos. La realidad.
 
Y no vale esa actitud xenófoba disimulada de quienes dicen que inmigrantes sí, pero con papeles, porque los ‘sin papeles’ son los ‘malos’. Los españoles (que han emigrado por millones durante todo el siglo XX hasta prácticamente los ochenta) dicen que ellos emigraban con papeles. Es falso. Los españoles emigraban a Suiza, Alemania u otros países europeos prósperos sin papeles ni contrato de trabajo, como turistas. Y, una vez allí, se buscaban la vida. Igual que tantos latinoamericanos, marroquíes, paquistaníes, chinos o africanos subsaharianos hoy. Porque la mayoría no ha llegado en pateras.
 
Un dato esclarecedor. Según el PNUD (departamento de desarrollo de Naciones Unidas) la envejecida Unión Europea necesita multiplicar por dos el número de inmigrantes que se calculaba  hasta 2050. Muchos millones de inmigrantes. ¿Por qué ponerle entonces puertas al campo?
 
Los políticos como Berlusconi, que estigmatizan la inmigración y atizan miedos y bajos instintos, en el grado que sea, son dignos representantes de un sistema egoísta, miope y miserable que, como escribe Eduardo Galeano, está en guerra contra los pobres y no contra la pobreza.
  
(*) Xavier Caño Tamayo es periodista y escritor
Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS), España -
http://ccs.org.es/

miércoles, 3 de febrero de 2010

Contra el desaliento

por Howard Zinn

En 1963, el historiador Howard Zinn fue despedido del Spelman College de Atlanta, en el estado norteamericano de Georgia, donde oficiaba como catedrático en el Departamento de Historia, a causa de su activismo en torno a los derechos civiles. En el año 2005, fue invitado a regresar para pronunciar el discurso de graduación. Este es el brillante y conmovedor texto de su discurso, pronunciado el 15 de mayo de ese año, y que reproducimos en Sin Permiso como homenaje al gran historiador y luchador político que desapareció la pasada semana a los 87 años.  

Me siento profundamente honrado por haber sido invitado a volver a Spelman después de 42 años. Me gustaría dar las gracias al cuerpo docente y los miembros del Consejo que votaron a favor de esta invitación que se me hace, y especialmente a su presidenta, la doctora Beverly Tatum. Además, es un privilegio especial estar aquí con Diahann Carroll y Virginia Davis Floyd.

Pero un día como este es vuestro: hoy os licenciáis como estudiantes. Para vosotros y vuestras familias es un día feliz. Sé que tenéis vuestras esperanzas para el futuro, de modo que puede ser un tanto presuntuoso deciros cuáles son las esperanzas que tengo yo depositadas en vosotros, pero son exactamente las mismas que tengo en el caso de mis nietos.
 
La primera esperanza que tengo es que no os veáis desalentados por el aspecto que presenta el mundo en este momento. Es fácil sentirse desanimado, porque nuestra nación se encuentra en guerra, — otra guerra más, guerra tras guerra — y nuestro gobierno parece determinado a extender su imperio aun a costa de las vidas de decenas de miles de seres humanos. En este país hay pobreza, y personas sin techo, y gente que carece de atención médica, y aulas abarrotadas, pero nuestro gobierno, que tiene a su disposición billones de dólares, se gasta su opulencia en guerras. Hay un millar de millones de personas en África, Asia, América Latina y Oriente Medio que necesitan agua limpia y medicinas para combatir la malaria, la tuberculosis y el SIDA, pero nuestro gobierno, que dispone de miles de armas nucleares, sigue experimentando con armas nucleares aun más mortíferas. Sí, resulta fácil descorazonarse con todo esto.

Pero permitidme deciros por qué, pese a lo que acabo de describir, no debéis sentiros desanimados.

Quiero recordaros que hace cincuenta años la segregación racial estaba tan fuertemente arraigada aquí en el Sur como lo estaba el apartheid en Sudáfrica. El gobierno nacional, aun con presidentes liberales como Kennedy y Johnson en el poder, miraba hacia otro lado mientras se golpeaba, se asesinaba y se negaba la oportunidad de votar a las personas negras. De modo que las personas negras del Sur decidieron que tenían que hacer algo por sí mismas. Iniciaron boicots, sentadas, piquetes y manifestaciones, y fueron golpeadas y encarceladas, y algunas fueron asesinadas, pero sus gritos de libertad se oyeron por todo el país y en todo el mundo, y el Presidente y el Congreso hicieron finalmente lo que antes no habían conseguido: aplicar las enmiendas número 14 y 15 de la Constitución. Mucha gente había dicho: el Sur nunca cambiará. Pero sí que cambió. Cambió porque la gente corriente se organizó y se arriesgó y desafió al sistema y no cejó. Fue entonces cuando la democracia revivió.

Quiero recordaros también que cuando se estaba librando la Guerra de Vietnam, y los jóvenes norteamericanos iban muriendo y volvían a casa paralizados, y nuestro gobierno bombardeaba las aldeas vietnamitas — dejando caer bombas sobre escuelas y hospitales y matando gente normal en gran número — parecía que no hubiera esperanza de detener la guerra. Pero como en el caso del movimiento del Sur, la gente empezó a protestar y enseguida la protesta prendió. Se trataba de un movimiento de toda la nación. Los soldados regresaron y denunciaron la guerra, los jóvenes se negaron a ingresar en el ejército, y la guerra tuvo que terminar.

La lección que esa historia entraña es que no debemos desesperar, que si tienes razón y te empeñas, las cosas cambiarán. Puede que el gobierno intente engañar a la gente, puede que los diarios y la televisión hagan lo propio, pero la verdad siempre halla el modo de salir a la luz. La verdad tiene un poder mayor el que de cien mentiras. Sé que tenéis cuestiones practicas que atender: conseguir un empleo, casaros, tener niños. Puede que alcancéis una próspera posición y se juzgue que habéis tenido éxito según la definición de éxito de nuestra sociedad, por riqueza, posición o prestigio. Pero eso no basta para una buena vida.

Recordemos el relato de Tolstoi, La muerte de Ivan Ilich. Un hombre reflexiona sobre su vida en su lecho de muerte, sobre cómo obró correctamente en todo, obedeció las normas, se hizo juez, se casó, tuvo hijos, y se le consideró un éxito. Sin embargo, en sus últimas horas, se pregunta por qué se siente fracasado. Después de convertirse en célebre novelista, el mismo Tolstoi decidió que eso no bastaba, que debía hablar contra el trato que se daba a los campesinos rusos, que debía escribir contra la guerra y el militarismo.   

Tengo la esperanza de que sea lo que sea que hagáis por conseguir una buena vida  — ya seáis profesores, trabajadores sociales, gentes de empresa, abogados, poetas o científicos —dediquéis una parte de vuestra vida a hacer de éste un mundo mejor para vuestros niños, para todos los niños. Tengo la esperanza de que vuestra generación exija la terminación de la guerra, que vuestra generación haga algo que no se ha hecho todavía en la historia y borre las fronteras que nos separan de otros seres humanos sobre esta Tierra.

No hace mucho vi una foto de portada del New York Times que no me puedo quitar de la cabeza. Mostraba a varios norteamericanos corrientes sentados en sillas en la frontera meridional de Arizona con México. Sostenían escopetas a la busca de mexicanos que pudieran intentar cruzar el límite con los Estados Unidos. Esto me resultó horrendo: el darme cuenta de que en este siglo XXI de lo que llamamos "civilización," hemos recortado lo que decimos que es un solo mundo en doscientas entidades creadas artificialmente a las que llamamos "naciones" y estamos dispuestos a matar a cualquiera que cruce una frontera.
¿No es el nacionalismo — esa devoción a una bandera, a un himno, a una frontera, tan feroz que conduce al asesinato — uno de los grandes males de nuestro tiempo, junto al racismo, junto al odio religioso? Estas formas de pensar, cultivadas, nutridas, adoctrinadas desde la infancia en adelante, han sido útiles a quienes están en el poder, mortales para quienes no están en él.   

Aquí en los Estados Unidos nos educan de modo que creamos que nuestra nación es diferente de las demás, una excepción en el mundo, de una moralidad única; para que nos extendamos por otras tierras a fin de llevar la civilización, la libertad, la democracia. Pero si sabéis algo de historia, sabéis que no es verdad. Si sabéis algo de historia, sabéis que masacramos a los indios de este continente, que invadimos México, enviamos ejércitos a Cuba y las Filipinas. Asesinamos a un número ingente de personas, y no les llevamos democracia o libertad. No fuimos a Vietnam a llevar democracia; no invadimos Panamá para acabar con el narcotráfico; no invadimos Afganistán e Irak para detener el terrorismo. Nuestros objetivos eran los objetivos de todos los demás imperios de la historia del mundo: mayores beneficios para las empresas, mayor poder para los políticos.   
Nuestros poetas y artistas parecen tener una comprensión más clara de la enfermedad del nacionalismo. Quizás los poetas negros están menos cautivados por las virtudes de la "libertad" y la "democracia", habiendo disfrutado tan poco de ellas su propio pueblo. El gran poeta afroamericano Langston Hughes se dirigió a su país de este modo:  

You really haven't been a virgin for so long.

It's ludicrous to keep up the pretext.
You've slept with all the big powers

In military uniforms,

And you've taken the sweet life

Of all the little brown fellows.
Being one of the world's big vampires,

Why don't you come on out and say so

Like Japan, and England, and France,

And all the other nymphomaniacs of power.

(Lo cierto es que no has sido virgen tanto tiempo. / Es ridículo seguir con el pretexto. / Te acostaste con todas las grandes potencias / Con uniformes militares, / Y arrebataste la dulce vida / De todos los hombrecillos morenos. / Siendo uno de los grandes vampiros mundiales, / Por qué no sales y lo dices / Igual que Inglaterra, Japón, Francia / Y todas las demás ninfómanas del poder.)

Soy veterano de la Segunda Guerra Mundial, considerada como "una guerra de las buenas", pero he llegado a la conclusión de que la guerra no soluciona ningún problema fundamental y sólo conduce a más guerras. La guerra envenena la mente de los soldados, les lleva a matar y torturar, y corrompe el alma de la nación.

Tengo la esperanza de que vuestra generación exija que sus hijos se críen en un mundo sin guerra. Si queremos un mundo en el que la gente de todos los países sean hermanos y hermanas, si consideramos a los niños del mundo como niños nuestros, entonces la guerra,  —en la que los niños son siempre las mayores víctimas — no puede aceptarse como medio de resolver problemas.  
Pasé siete años como miembro del cuerpo docente del Spelman College, entre 1956 y 1963. Fue una época reconfortante, pues los amigos que hicimos en aquellos años lo han seguido siendo todos estos años. Mi mujer, Roslyn, y yo y nuestros dos hijos vivíamos en el campus. Y a veces cuando íbamos a la ciudad, los blancos nos preguntaban: ¿cómo se vive entre la comunidad negra? Era difícil explicarlo. Pero una cosa sí sabíamos: que en el centro de Atlanta nos sentíamos como en terreno extraño, y cuando volvíamos al campus de Spelman, nos sentíamos en casa.

Aquellos años en Spelman fueron los más emocionantes de mi vida, desde luego los más educativos. Fueron los años del gran movimiento sureño contra la segregación racial, y yo me comprometí con él en Atlanta, en Albany, Georgia, en Selma, Alabama, en Hattiesburg, Mississippi, y en Greenwood e Itta Bena y Jackson.

Aprendí algo sobre la democracia: que no viene del gobierno ni llega de lo alto, viene de la gente que se une y lucha por la justicia. Aprendí algunas cosas sobre la raza, aprendí algo de lo que cualquier persona inteligente se da cuenta en un cierto momento: que la raza es algo fabricado, una cosa artificial, y aunque la raza importa  (tal como ha escrito Cornel West), importa sólo porque cierta gente quiere que importe, del mismo modo que el nacionalismo es algo artificial. Aprendí que lo que realmente importa es que todos nosotros — de cualquiera de las llamadas razas y las llamadas nacionalidades — seamos seres humanos y nos apreciemos unos a otros.

Tuve la suerte de estar en Spelman en un momento en el que pude ser testigo de una maravillosa transformación en mis alumnos, tan corteses, tan sosegados, y que de pronto comenzaron a salir del campus e ir a la ciudad y participar en sentadas, ser detenidos, y a salir de la cárcel llenos de fuego y rebeldía. Podéis leerlo en en el libro de Harry Lefever Undaunted By The Fight: Spelman College and the Civil Rights Movement, 1957-1967.

Cierto día, Marian Wright (hoy Marian Wright Edelman), que era alumna mía en Spelman, y fue una de las primeras detenidas en las sentadas de Atlanta, vino a nuestra casa del campus para mostrarnos una petición que iba a fijar en el tablón de anuncios de su residencia. El encabezamiento resumía la transformación que se estaba produciendo en el Spelman College. Marian comenzaba así la petición: "Señoritas que quieran participar en piquetes, por favor firmar aquí".

Tengo la esperanza de que no os contentéis sólo con tener éxito del modo en que la sociedad mide el éxito; que no obedezcáis las reglas cuando las reglas son injustas, que saquéis fuera el valor que sé que está dentro de vosotros. Hay gente magnífica, blancos y negros, que nos servirán de modelo. Y no me refiero a afroamericanos como Condoleezza Rice, o Colin Powell, o Clarence Thomas, que se han convertido en servidores de los ricos y los poderosos. Me refiero a W.E.B. DuBois y Martin Luther King y Malcolm X y Marian Wright Edelman, y James Baldwin y Josephine Baker y ltambién a la buena gente blanca, que desafío el orden establecido para trabajar en pro de la paz y la justicia.

Otra de mis alumnas de Spelman, Alice Walker, que, al igual que Marian, ha seguido siendo amiga nuestra todos estos años, procedía de una familia de arrendatarios rurales de Eatonton, en Georgia, y se convirtió en una escritora célebre. En uno de sus primeros poemas publicados, escribió:  

It is true — 


I've always loved
 
the daring
 ones

Like the Black young
man

Who tried
to crash

All barriers
at once,
  
wanted to swim

At a white
beach (in Alabama)

Nude.

(Es verdad: / Me han gustado siempre / los atrevidos / Como el joven negro / Que trató / de romper / Todas las barreras / de una vez, / quiso nadar / en una playa blanca (en Alabama) / Desnudo.)


No estoy sugiriendo que lleguéis tan lejos, pero podéis ayudar a derribar barreras, desde luego las de raza, pero también las del nacionalismo; que hagáis lo que podáis hacer, no tenéis que hacer nada heroico, solamente algo, unidos a otros millones que harán solamente algo, porque todos esos "algo" se juntan, en ciertos momentos de la historia, y mejoran el mundo.
  
La maravillosa escritora afroamericana Zora Neale Hurston, que no quería hacer lo que la gente blanca quería que ella hiciera, que insistía en ser ella misma, contaba que su madre le dio este consejo: Da un salto a por el sol; puede que no llegues, pero al menos te levantará del suelo.

Al estar aquí hoy, estáis ya sobres los pies, listos para dar el salto. Espero que tengáis una buena vida.

Traducción para www.sinpermiso.info Lucas Antón

lunes, 1 de febrero de 2010

La IV Flota en acción

Un portaaviones llamado Haití

por Raúl Zibechi

La reacción de Estados Unidos de militarizar la parte haitiana de la isla luego del devastador terremoto del 12 de enero, debería enmarcarse dentro del contexto generado a raíz de la crisis financiera y económica y el ascenso de Barack Obama a la presidencia. Las tendencias de fondo ya estaban presentes pero la crisis las ha acelerado de modo que han ganado visibilidad. Se trata de la primera intervención de envergadura de la IV Flota, restablecida poco tiempo atrás.
 
Con la crisis haitiana, la militarización de la relaciones entre Estados Unidos y América Latina avanza un paso más, como parte de la militarización de toda la política exterior de Washington. De ese modo, la superpotencia en declive intenta retardar el proceso que la convertirá en una potencia entre otras seis o siete en el mundo. La intervención es tan desembozada, que el periódico oficialista chino Diario del Pueblo (21 de enero) se pregunta si Estados Unidos pretende incorporar a Haití como un estado más de la unión.
 
El diario chino recoge un análisis de la prestigiosa revista Time, donde se asegura que “Haití ya se ha convertido en el 51º estado de los Estados Unidos, y aún cuando no lo sea es por lo menos su patio trasero”. En efecto, en apenas una semana el Pentágono había movilizado hacia la isla un portaaviones, 33 aviones de socorro y numerosas naves de guerra además de 11 mil soldados. La MINUSTAH, misión de la ONU para la estabilización de Haití, tiene apenas 7 mil soldados. Según Folha de Sao Paulo (20 de enero) Estados Unidos desplazó a Brasil de su lugar de dirección de la intervención militar en la isla, ya que en pocas semanas tendrá “doce veces más militares que Brasil en Haití”, llegando hasta los 16 mil efectivos.
 
El mismo Diario del Pueblo, en un artículo sobre el “efecto estadounidense” en el Caribe, asegura que la intervención militar de ese país en Haití tendrá influencia en su estrategia en el Caribe y en América Latina donde mantiene una importante confrontación con Cuba y Venezuela. Esa región es, en la lectura de Beijing, “la puerta de su patio trasero”, a la que busca “controlar estrechamente” para “continuar alargando el radio de su influencia hacia el sur”.
 
Todo esto no es demasiado nuevo. Lo importante es que se inscribe en una escalada que se inició con el golpe militar en Honduras y con los acuerdos con Colombia para la utilización de siete bases en ese país. Si a eso se le suma el uso de las cuatro bases que el presidente de Panamá Ricardo Martinelli cedió a Washington en octubre, y las ya existentes en Aruba y Curaçao (islas próximas a Venezuela pertenecientes a Holanda), existen un total de trece bases rodeando el proceso bolivariano. Ahora, además, consigue un enorme portaaviones en el medio del Caribe.
 
Según Ignacio Ramonet, en Le Monde Diplomatique de enero, “todo anuncia una agresión inminente”. No parece ese por cierto el escenario más probable, aunque sí pueden concluirse dos cuestiones: que Estados Unidos optó por el militarismo para paliar su declive y que necesita del petróleo de Colombia, Ecuador y sobre todo de Venezuela para afianzar su situación hegemónica o, por lo menos, hacer más lento el declive. Sin embargo las cosas no son tan simples.
 
Para el mensuario francés, “la clave está en Caracas”. Sí y no. Sí porque, en efecto, el 15% de las importaciones de petróleo de Estados Unidos provienen de Colombia, Venezuela y Ecuador, porcentaje que iguala la cantidad importada de Oriente Medio. Además, Venezuela va camino de convertirse en la mayor reserva de crudo del planeta luego que se certifiquen las reservas de la Faja del Orinoco descubiertas recientemente. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, serían el doble de las de Arabia Saudí. Todo esto sería suficiente para que Washington deseara, como desea, sustituir a Hugo Chávez al frente del proceso bolivariano.
 
A mi modo de ver, el problema central para la hegemonía estadounidense en el “patio trasero” es Brasil. El petróleo bajo tierra es una riqueza importante. Pero hay que extraerlo y transportarlo, lo que demanda inversiones, o sea estabilidad política. Brasil es ya una potencia global, el segundo de los países del BRIC (Brasil, Rusia, India, China) en importancia detrás de China. De los diez mayores bancos del mundo, tres son brasileños (y cinco chinos), pero ya ninguno procede de Estados Unidos ni de Inglaterra. Brasil tiene las sextas reservas de uranio del mundo (cuando sólo el 25% de su territorio ha sido investigado) y estará entre las cinco mayores reservas de petróleo cuando se termine la prospección en la cuenca de Santos. Las multinacionales brasileñas figuran entre las mayores del mundo: Vale do Rio Doce es la segunda minera y la primera en mineral de hierro; Petrobras es la cuarta petrolera del mundo y la quinta empresa global por su valor de mercado; Embraer es la tercera aeronáutica detrás solo de Boeing y Airbus; JBS Friboi es el primer frigorífico de carne vacuna del mundo; Braskem es la octava petroquímica del planeta. Y se podría seguir largo rato.
 
A diferencia de China, Brasil es autosuficiente en materia de energía y será un gran exportador. Su mayor vulnerabilidad, la militar, está en vías de ser superada gracias a la asociación estratégica con Francia: en la década que acaba de comenzar, Brasil fabricará aviones caza de última generación, helicópteros de combate y submarinos ya que Francia le transferirá las tecnologías necesarias. Hacia 2020, si no antes, será la quinta economía del planeta. Y todo eso sucede en las narices de Estados Unidos.
 
Allí Brasil ya controla buena parte del Producto Bruto Interno de Bolivia, Paraguay y Uruguay, tiene una presencia muy firme en Argentina, de la que es un socio estratégico, así como en Ecuador y Perú, que le facilitan la salida al Pacífico. Ahí está el hueso más duro para la IV Flota. Véase que el Pentágono ha diseñado para Brasil la misma estrategia que le aplica a China: generarle conflictos en sus fronteras para impedirle despegar. Corea del Norte, Afganistán y Pakistán, además de la desestabilización de la provincia de mayoría musulmana de Xinjiang.
 
En Sudamérica, un rosario de instalaciones militares del Comando Sur rodea Brasil por la región andina y el sur. La tenaza se cierra con el conflicto Colombia-Venezuela y Colombia-Ecuador. Ahora contará con el portaaviones haitiano, desplazando de esa isla la importante presencia brasileña al frente de la MINUSTAH. Es una estrategia de hierro, fríamente calculada y rápidamente ejecutada.
 
El problema que enfrentan las naciones y los pueblos de la región, es que las catástrofes naturales serán la moneda corriente en las próximas décadas. Esto es apenas el comienzo. La IV Flota será la porción militar más experimentada y mejor preparada para intervenciones “humanitarias” en situaciones de emergencia. Haití no será la excepción sino el primer capítulo de una nueva serie pautada por el posicionamiento militar en toda la región. Dicho de otro modo: los latinoamericanos estamos en serio peligro, y es hora de que vayamos tomando nota.

Filias y fobias políticas de los medios de comunicación en Bolivia: el caso de PRISA


por Tania Martínez Portugal


La reciente salida de Bolivia de la transnacional española PRISA responde a las dificultades financieras que atraviesa el grupo empresarial, [1] pero también a la pérdida del favor gubernamental del que gozaba en el país hasta la llegada de Evo Morales a la presidencia. Según denunciaba el periodista Ricardo Bajo H. en su artículo “¿Se va PRISA de Bolivia?”, el grupo deseaba irse del país desde 2005, debido a que tanto económicamente como políticamente su permanencia era “deficitaria”. ¿Cuáles eran entonces las ventajas políticas de las que gozaba hasta entonces PRISA en el país? ¿Quiénes fueron sus aliados políticos?, ¿a cambio de qué? Para dar respuesta a estos interrogantes es necesario realizar un esbozo previo que nos introduzca a la realidad de los medios de comunicación en Bolivia, un entramado de agrupaciones político-mediáticas propiedad de las familias de la oligarquía tradicional. Con tentáculos en diferentes rubros y detentoras de cargos políticos durante los diferentes regímenes conservadores y dictatoriales, las élites tradicionales bolivianas han colaborado históricamente con el capital extranjero con el único fin de enriquecerse y asegurar su permanencia en el poder.
 
Los agrupamientos político-mediáticos en Bolivia
 
Bolivia, uno de los países más pobres de toda América Latina, aúna en sí mismo todos los males de los que ha adolecido la región: exclusión, desigualdad, racismo, abuso de poder por parte de las élites reaccionarias, corrupción, persecución política, expolio de sus recursos por parte de multinacionales extranjeras, vulneración de derechos humanos y sociales y, además, la distorsión de la realidad social y política por parte de los medios de comunicación. No en vano, Bolivia ocupa el segundo puesto de corrupción en “medios de comunicación” en Latinoamérica, según un estudio realizado el pasado año por la organización Transparencia Internacional (TI). [2]
 
El pasado año, Edgar Ramos Andrade, periodista e investigador social, presentó un estudio [3] en el que analiza el comportamiento de los medios privados (más del 80% en total) y desteje los hilos del entramado político económico que se encuentra detrás de cada agrupación mediática. En total son 12 los grupos o redes de sistemas mediáticos privados detectados por el autor.
 
El de mayor envergadura, Grupo El Deber, pertenece a la familia Rivero-Jordán. Pedro Rivero, uno de los propietarios junto con su mujer Rosa Jordán, fue funcionario de Gobierno como Embajador de Bolivia ante la República de Francia y ante la UNESCO de 2001 a 2002, durante las gestiones presidenciales de Hugo Bánzer (el que fue dictador y posteriormente reelegido democráticamente), Jorge “Tuto” Quiroga, Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos Mesa.
 
La familia Rivero-Jordán es propietaria de 9 diarios, 2 radio emisoras, el canal de televisión TV Mayor, y de acciones en la Red Satelital PAT. El grupo manifiesta en los editoriales de su diario insignia, El Deber (Santa Cruz) y en otros de la misma agrupación, un apoyo explícito a la denominada “institucionalidad cruceña”, es decir, a la elite económica y social blanca del oriente boliviano con una cultura muy racista hacia la población indígena. En los contenidos del diario y de los diferentes medios, se excluyen a los “colonos, collas o indígenas del oriente” como protagonistas de la noticia, resaltando sin embargo “los reforzados vínculos entre personajes de las multinacionales con la neo-oligarquía local”. En su editorial del 4 de febrero de 2005, El Deber se auto calificaba como “uno de los medios que tienen capacidad de influir en las decisiones políticas, económicas, culturales y sociales en el país”.
 
Otro de los grandes grupos es el Grupo Kuljis, al que pertenece el diario El Mundo, y la emisora televisiva Red Uno, entre otros doce canales. Caracterizado por una poco disimulada defensa de sistemas políticos conservadores, este grupo empresarial abarca rubros tan dispares como la agricultura, la ganadería, la banca privada, industria papelera, universidades privadas y supermercados. Su propietario, Ivo Kuljis, fue el fundador del partido político Movimiento Unidad y Progreso (MUP), candidato a Presidente de Bolivia por Unidad Cívica Solidaridad en 1997, y candidato a la Vicepresidencia junto Manfred Reyes Villa (Nueva Fuerza Republicana) en 2002; todos ellos partidos conservadores y ultra-conservadores.
 
El tercer gran grupo mediático es el consorcio que se formó entre los Grupos Garafulic (Bolivia) y PRISA en octubre de 2000, y del que pasaremos a hablar más adelante. El resto, El Grupo Líder (consorcio de las familias Rivero-Canelas), Grupo Asbún- Red Bolivisión, Grupo Canelas, Red PAT, Red Panamericana, Grupo Mega, Red Cadena A, Red Unitel, y el Grupo Fides (éste último pertenece a la oligarquía eclesiástica); repiten el mismo esquema de agrupación empresarial privada con relaciones institucionales vinculadas a la derecha política del país, y con negocios en diferentes sectores estratégicos: partiendo de la industria mediática y hasta la minería, son propietarios o co-propietarios de compañías aéreas, empresas publicitarias, servicios corporativos, editoriales y cadenas de hoteles, entre otros.
 
Al otro lado, y en una desventaja cuantitativa significativa, se encuentran los medios impulsados por el gobierno del MAS. Desde su llegada a la presidencia, Evo Morales ha sufrido una agresiva campaña de desprestigio por parte los medios privados de comunicación, más aún, desde el anuncio de dos medidas vertebrales de su programa gubernamental: el inicio de la nacionalización de los hidrocarburos, y la redistribución de la tierra. De hecho, las empresas de comunicación más hostiles son de propiedad de latifundistas afectados por la política agraria gubernamental. [4]
 
Según una investigación realizada entre el 12 y el 18 de diciembre de 2005, días previos a las elecciones que dieron el triunfo al MAS, Unitel fue el mejor exponente del desequilibrio informativo en días previos a las elecciones. Se monitorearon 144 horas de pantalla de los informativos de Canal 7, ATB, Red Uno, Bolivisión, Unitel, PAT y Cadena A. La línea editorial de casi todos fue decididamente contraria a la candidatura de Morales e incluyó juicios de desvalorización intelectual, política y étnica. Unitel, entrevistó en directo al candidato a Prefecto de La Paz por Podemos y al candidato del MAS le dio un minuto.
 
En Radio Oriental, el locutor Luis Arturo Mendivil Ortiz dirige y conduce un programa de lunes a viernes a partir de las 12:30 (horario de mayor audiencia radiofónica en Bolivia) en el que mediante un discurso abiertamente racista (“colla de mierda”) no duda en dirigir improperios contra el actual presidente, y lanzar arengas a la “Unión Juvenil Cruceñista” para que opten por la violencia como forma de defender sus ideales. En palabras del periodista César Fuentes, “Antes, los medios en general guardaban respeto por la investidura presidencial, pero hoy filtran cualquier declaración, como la de un diputado de “Podemos”, que pedía vacunar a Evo contra la rabia. Golpean duro a Morales, el “colla resentido” que “dice estupideces”...se ha visto jovencitos en la TV hablando mal de la madre del presidente. La palabra “presidente” está desapareciendo de los titulares”. [5]
 
Morales confía en la madurez del pueblo para reconocer las manipulaciones mediáticas: “Vamos a enseñarles como se gobierna sin resentimientos. Seguiremos recibiendo agresiones y provocaciones, pero no nos asustan”. [6] Ante este panorama, no es casualidad que el presidente y los sectores afines al MAS hayan optado por la estrategia de creación y fortalecimiento de medios afines, como la publicación de el diario Cambio, de clara línea pro-gubernamental, o el fortalecimiento de la Red de Radios Comunitarias. “Poco a poco vamos a armarnos. Este año (2006) instalaremos 30 radios comunitarias en Bolivia y luego vamos a saltar a la televisión (...) No sólo los empresarios tienen derecho a instalar una radio o un canal de televisión, sino también los pueblos originarios y los sectores empobrecidos, para decir nuestra verdad, para educarnos, para informarnos”, decía el presidente cumplido un año de su mandato.
 
Grupo PRISA, el extranjero
 
El Gobierno boliviano estableció en el año 2000 políticas para atraer la inversión directa que beneficiaban sobremanera a las multinacionales (venta barata de empresas estatales, reducción de normativa ambiental y laboral, ausencia de impuestos, etc.). Las políticas estaban orientadas para satisfacer las demandas de las instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, los intereses económicos de EEUU y Europa, así como para beneficiar a la elite del país.
 
Precisamente en ese periodo se estaba dando la mayor expansión internacional de las multinacionales españolas. Y su principal destino ha sido América Latina. Aunque Bolivia no ha sido el país que mayor Inversión Extranjera Directa (IED) española ha concentrado sí ha tenido numerosas multinacionales españolas actuando. Dedicadas a operar en diferentes sectores estratégicos para la economía, Repsol YPF, Unión Fenosa, Iberdrola, Agbar, BBVA, Aena, Abertis, Abengoa, etc. [7] acompañaron al grupo PRISA (Promotora de Informaciones S.A) en su llegada a Bolivia. PRISA aterrizaba además de la mano de otra gigante compañía de la información, el Grupo Garafulic.
 
El Grupo Garafulic constituyó hasta el año 2000 el mayor imperio mediático jamás visto en Bolivia. [8] Su “buque insignia”, el diario La Razón, fue fundado en 1990 por un grupo de 10 empresarios, entre ellos, el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y dos empresarios que posteriormente se convertirían en ministros de su gobierno, Fernando Illanes y Fernando Romero. Cinco años más tarde el Grupo Garafulic compró el 50% de las acciones de Comunicaciones EL PAÍS, sociedad que publica La Razón. Finalmente, gracias a una estrategia empresarial ascendente, en la que influyó de manera significativa la amistad que mantenía Raúl Garafulic con el presidente Jorge “Tuto” Quiroga, consiguió hacerse con el resto de las acciones.
 
Siendo embajador boliviano en España del dictador Hugo Bánzer (elegido democráticamente presidente en 1997) Raúl Garafulic conoce a Jesús De Polanco. En octubre de 2000, el Grupo Garafulic y PRISA llegan a un acuerdo de asociación mediante el cual PRISA invierte 10 millones de dólares, garantizados con las rotativas del diario La Razón. Este acuerdo quebró por incumplimientos contractuales de Garafulic, y cuando PRISA se hizo cargo de la gestión descubrió el desvío de más de veinticinco millones de dólares a otras empresas, propiedad del empresario boliviano, destinados a pagar una deuda por la hipoteca de la imprenta rotativa de La Razón. Ante estos hechos, el grupo PRISA decide recurrir en contra de Garafulic ante la Corte Internacional de Arbitraje de la Cámara de Comercio.
 
Ya en manos de PRISA, y en el contexto que acabamos de describir, La Razón comienza a desarrollar una línea editorial afín a los intereses de las multinacionales españolas en el país, con tinte puramente neoliberal. Situación que se agudiza aún más con la llegada al poder del “masismo”, como reacción al proceso de cambio emprendido por el nuevo gobierno. Los últimos años de PRISA en Bolivia, a través de su participación en la cadena ATB, el periódico La Razón, Extra y El Nuevo Día, se deslizan entre los intentos de la multinacional por deshacerse de las inversiones poco rentables, y la continuidad de su actividad periodística de alineación política conservadora y a favor de los intereses de las transnacionales españolas. [9]
 
Sin embargo, en su entrada en Bolivia, PRISA no sólo gozaba del beneplácito de los sectores conservadores bolivianos. El “acompañamiento” que la diplomacia española, con las reiteradas visitas de cargos públicos y del Rey al país, y las políticas económicas del Gobierno español han realizado en favor de los intereses de las empresas estatales, envuelven a PRISA en otra polémica. Y es que a través de un crédito correspondiente al Fondo de Ayuda al Desarrollo concedido en 2001, Santillana, empresa perteneciente al grupo PRISA, fue beneficiada con 1.050.000 dólares destinados al suministro de equipamiento educativo.
 
Los textos de la editorial Santillana, la cual ganó la licitación para la elaboración de textos escolares durante el mandato de Hugo Bánzer, son una herramienta más de colonización cultural. En sus ilustraciones, se obvia la realidad multicultural del país y, según denuncia Alejandro Dausá, [10] el tratamiento de la información obedece a unos valores dudosos: “La fragmentación de información al estilo de la peor televisión: temas complejos se resuelven con un bombardeo de recuadros en los que todo parece tener el mismo valor; contienen opiniones, párrafos entresacados de otros textos, preguntas, afirmaciones taxativas. Todo es mínimo, momentáneo...y descartable”. Valores externos y que poco tienen que ver con las tradiciones, creencias, y procesos culturales de la sociedad indígena y campesina boliviana, que representa más del 60% de la población.
 
En junio del pasado año Evo Morales anunció la pronta salida de la editorial Santillana de Bolivia, “Ustedes saben cómo estaban siendo impuestas normas bajo un estado colonial, normas que venían desde afuera. Nuestro ministro de educación me informaba esta mañana sobre la editorial santillana, una forma de imposición colonial para la formación de nuestros estudiantes”. [11]
 
Tras la paulatina venta de sus negocios menores (el diario El Nuevo Día de Santa Cruz, o su participación en el accionariado de la cadena televisiva ATB), finalmente PRISA consiguió vender el pasado octubre el diario La Razón a una consorcio Venezolano. ¿Qué queda entonces de PRISA en Bolivia? ¿Cuál es la huella que ha dejado? No ha aportado calidad informativa, ni mejorado el derecho a la información, ni contribuido a una mejora de la educación y promoción de la cultura boliviana, sino todo lo contrario, precisamente porque entre sus prioridades como grupo empresarial está el máximo beneficio (propio).

 (*) Tania Martínez Portugal, Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL)
 
Notas:
 
[1] El grupo arrastra una deuda que asciende a cinco mil millones de euros, según denuncia el periodista e investigador Pascual Serrano en su artículo “La crisis golpea a El País”, Le Monde Diplomatique, 18 de febrero de 2009.
 
[2] Transparency International, “Informe sobre el Barómetro Global de la Corrupción de Transparency International 2009”. disponible en Transparency International.
 
[3] El estudio titulado Manipulicidio. Tomo I, Medios de comunicación privados, “discurso perfecto”, lamento político. Bolivia siglo XXI no ha sido aún publicado, por ello agradecemos al autor que proporcionara a OMAL una copia del manuscrito.
 
[4] El dueño de Unitel, del Grupo Monasterio, Osvaldo “Pato” Monasterio, es uno de los principales accionistas del Banco Ganadero, criador de ganado de raza, propietario de más de diez mil hectáreas de tierra y ex senador por el MNR. Ivo Mateo Kuljis, dueño de la cadena de televisión Red Uno, fue tres veces candidato con partidos de derecha, uno de los más importantes accionistas del Banco Económico, y también ganadero.
 
[5] “Evo Morales se declara víctima de los medios”, El juguete rabioso, el 1 de octubre de 2006.
 
[6] Ídem.
 
[7] Alejandro Dausá, "Santillana y el pensamiento único". ALAI, América Latina en Movimiento, 15 de junio de 2009.
 
[8] Myriam Gómez “Historia de la televisión en Bolivia” publicado en un blog sobre estructura de la comunicación.
 
[9] “Repsol califica de difícil la negociación con Bolivia”, La Razón, 24 de julio de 2008; “España pide a Bolivia normas claras para sus inversiones”, La Razón, 11 de junio de 2009; “Repsol, reconocida como mejor empresa energética”, La Razón, el 3 de septiembre de 2009; “El Rey de España y los empresarios piden reglas claras a Evo”, La Razón, 15 de septiembre de 2009.
 
[10] Alejandro Dausá, "Santillana y el pensamiento único". ALAI, América Latina en Movimiento, 15 de junio de 2009.
 
[11] “Bolivia eliminará los libros de texto de la española Santillana”, Reuters, el 17 de junio de 2009


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