martes, 3 de junio de 2008

La Crisis alimentaria global urge la puesta en práctica de un sistema de gobernanza democrática mundial







Los abajo firmantes, a iniciativa del Foro Mundial de Redes de la Sociedad Civil —UBUNTU, queremos mostrar nuestra profunda preocupación y más enérgica protesta por haber llegado a una situación tan grave como previsible en un tema crítico como es el de la alimentación de la población mundial. Dicha situación pone de manifiesto el fracaso — en los aspectos financiero, medioambiental, cultural y moral — del actual sistema económico, que ha sustituido los valores universales por las leyes del mercado, y que refleja la debilidad de las Organizaciones Internacionales, causada por la falta de apoyo de los países más poderosos.

En efecto:
  • En julio de 2002, en un comunicado individual de Federico Mayor emitido en el contexto del Foro UBUNTU tras la celebración de la 2ª Cumbre Mundial sobre la Alimentación Humana —uno de tantos antecedentes de la próxima Cumbre Mundial sobre Seguridad Alimentaria de la FAO en junio de 2008— se decía, entre otras cosas:

    1. Se ha producido una situación que apela a nuestras conciencias: cuando mueren decenas de miles de personas por hambruna todos los días, en esta 2ª. Cumbre Mundial no se lograron adoptar las medidas necesarias para erradicar este auténtico "genocidio silencioso" ni los países más desarrollados mostraron la voluntad política que se requiere para combatir las causas que lo originan. ... ¿Cuántas mujeres, niños y ancianos morirán por las decisiones no tomadas?

    2. Centenares de millones de seres humanos pasan hambre actualmente. Mientras los países más poderosos incrementan las inversiones en armamento, gastos militares y de seguridad internacional, se niega a esta parte tan importante de la Humanidad los recursos de toda índole —incluidas la formación, conocimiento y tecnologías apropiadas- necesarios para su supervivencia.

    3. Mientras las regiones más favorecidas protegen su producción agrícola con enormes recursos financieros, los países empobrecidos se ven forzados a liberalizar sus mercados agrícolas. Las políticas de ajuste del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la liberalización del comercio mundial promovida por la Organización Mundial del Comercio (OMC) han conducido a la mayor parte de estos países a reducir sus aranceles agrícolas y sus subsidios a los productores, afirmando que el mercado debe de ser quien solucione sus problemas.

    4. Ninguna Nación está exenta de responsabilidad: es inadmisible que se transfieran "al mercado" deberes morales y responsabilidades políticas que corresponden a los gobernantes democráticos. La necesidad urgente de unos códigos de conducta mundiales en el marco jurídico - ético de unas Naciones Unidas debidamente reformadas, es, por cuanto antecede, una imperiosa exigencia.
¿Qué venía sucediendo y qué ha sucedido desde entonces?
  • La población mundial no cesa de aumentar — aunque con mayor moderación en los últimos años — y, en consecuencia, sigue y seguirá aumentando en el mundo la necesidad de alimentos. El aumento de población se produce fundamentalmente en el sur, donde mayor es la demanda actualmente y donde, por lo tanto, también lo será en el futuro. A este respecto,

    1. El fuerte crecimiento económico de algunos países emergentes ha producido un lógico y brusco incremento de la demanda de cereales asociada al aumento del consumo de carne, leche, huevos ... , es decir, asociada a un mayor desarrollo. Esta contribución a la demanda global de cereales supone un aumento de presión sobre este mercado, que necesita, claramente y sin demoras, una regulación a escala mundial.

    2. El incremento no satisfecho de la demanda de alimentos en el sur se traducirá, a buen seguro, en más frustración y radicalización, dando pie a nuevas oleadas de emigración.

    3. En cualquier caso, la actual crisis alimentaria denota que se están alcanzando límites de explotación de algunos de los recursos del planeta, hecho que confirma la apremiante necesidad de un cambio radical, principalmente en el norte, de las actuales pautas insostenibles de producción y consumo.

  • La práctica totalidad de la tierra utilizable con fines agrícolas ya se está empleando y, por lo tanto, sólo un aumento de la productividad basado en tecnologías "limpias" y renovables podrá contribuir a incrementar la producción agrícola local y global. Pero en torno a estos aspectos, se han producido fenómenos relevantes que han contribuido a empeorar la situación.

    1. Durante las últimas décadas, la globalización económica neoliberal, guiada por el FMI, el Banco Mundial y la OMC, ha exigido a los países del sur la implementación de políticas de privatización y liberalización de los mercados, en competencia totalmente desigual con los países del norte (que, en cambio, mantenían y mantienen sus subsidios agrícolas, incluidos los relativos a las exportaciones de excedentes), hecho que ha debilitado enormemente las agriculturas del sur del mundo. En el embate, pues, además de perder a escala internacional, se han visto desmanteladas las agriculturas de subsistencia local. El resultado, el peor de los posibles: más hambre local — global. Es hora de pedir responsabilidades políticas por haber originado situaciones de esta naturaleza.

    2. En relación con otra crisis mundial, la de la energía, importantes países productores agrícolas vienen practicando una creciente utilización de tierras y productos agrícolas que no se destinan a fines alimentarios para la obtención de biocombustibles. Los abajo firmantes consideramos que, ante temas de esta naturaleza, la Humanidad debe dotarse de mecanismos globales de arbitraje y decisión, cuyo alcance vaya más allá de los mecanismos en manos de los Estados, dado que se trata de políticas muy proclives a tener impactos de particular sensibilidad a escala planetaria.

  • Los precios de los productos agrícolas han sufrido, sobre todo en estos dos últimos años, un crecimiento espectacular que ha contribuido a empeorar la situación. Los principales motivos pueden resumirse así:

    1. Crisis mundial de la energía, en especial del petróleo, con gran incidencia en los precios de la producción y transporte de alimentos. Además, durante años las grandes compañías petroleras no sólo han ocultado los efectos del excesivo consumo sobre el medio ambiente sino que han puesto todo tipo de cortapisas a las fuentes limpias y renovables de producción de energía. En cualquier caso, los precios seguirán aumentando en la medida en que la deslocalización agrícola forme parte del proceso de globalización. La insostenibilidad del modelo agrícola mundial actual es evidente.

    2. Como efecto colateral, la crisis financiera atrae a los inversores hacia los mercados agrícolas, de mayor estabilidad, obteniendo beneficios gracias a la compra especulativa de contratos de futuro que venden después a precios más caros ante el incremento de la demanda. Dado el encarecimiento actual y futuro de la oferta agrícola, esto genera más hambre en el mundo. Es evidente que, al igual que con la crisis financiera, la regulación política mundial de los mercados globales se hace indispensable.
Ante este panorama desolador y complejo, con múltiples factores interrelacionados e incertidumbres, los abajo firmantes creemos que sólo la urgente puesta en práctica de un sistema de Gobernanza Democrática Mundial puede poner a la Humanidad en condiciones de dirigir democrática y responsablemente su destino en el planeta y, concretamente, de satisfacer sus necesidades básicas de alimentación. Este sistema, de acuerdo con lo que preconizamos desde la Campaña Mundial para una profunda Reforma del Sistema de Instituciones Internacionales, debe contribuir a fortalecer el sistema de Naciones Unidas, refundando las otras organizaciones financieras, económicas y comerciales en su seno, y dotándolas de los recursos humanos y financieros necesarios para poder atender los desafíos que afrontamos en la actualidad. En concreto, es necesario que dicho sistema:
  1. Tenga la capacidad de poner en práctica decisiones globales en un marco realmente democrático. La producción y utilización de biocombustibles, la regulación de los distintos mercados globales, etc., no pueden continuar dependiendo únicamente de decisiones estatales, o peor aún, de los mercados de los países más prósperos y poderosos.

  2. Dé prioridad, discriminando positivamente, a los intereses de los más pobres y necesitados del planeta, que son la inmensa mayoría de los habitantes de la Tierra. Ello supone impulsar un nuevo modelo, mucho más localizado y sostenible — social, ambiental y económicamente — atendiendo en primer lugar a los países menos desarrollados del mundo, en todo lo que se refiere a la producción y comercio agrícola.

  3. Nazca de una profunda reforma de las Organizaciones Internacionales actuales que, entre otras cosas, suponga:

    1. El final de la preponderancia de unas Organizaciones Internacionales (las controladas por los países más ricos del mundo) sobre otras. Así, en el ámbito esencial de la alimentación las políticas del FMI, el Banco Mundial y la OMC no pueden seguir imponiéndose a las de la FAO.

    2. Que los entes competentes de Naciones Unidas — la FAO, el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (IFAD), el Programa Mundial de Alimentos (sobre todo en aquellos aspectos menos relacionados con las emergencias)- tengan la coordinación, el marco competencial y la dotación de recursos necesarios para, en primer lugar, hacer frente a las situaciones de emergencia actuales y, en segundo lugar, poner en práctica las políticas que se requieran, a medio y largo plazo, para resolver los problemas de fondo.

    3. Que no se desaproveche la nueva oportunidad que supone la revisión del Consenso de Monterrey sobre Financiación para el Desarrollo para definir e implementar, justamente y sin mayor dilación, un sistema de financiación para el desarrollo que sea transparente, predecible, sostenible y que permita alcanzar los objetivos de desarrollo que la Humanidad requiere con apremio.
Federico Mayor

Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz
Mario Soares
Susan George
Noam Chomsky
Desmond Tutu, Archbishop Emeritus
Wole Soyinca, Nobel Prize Laureate
Aminata Traoré, ASF - African Social Forum
Ramesh Singh, AAI - Action Aid International
Kumi Naidoo, Civicus - World Alliance For Citizen Participation
Chico Whitaker, Right Livelihood Award; Brazilian Commission Justice and Peace
Kailash Satyarthi, Global March Against Child Labour
Cândido Grzybowski, IBASE - Instituto Brasileiro de Análises Sociais e Econômicas
Roberto Savio, IPS - Inter Press Service
Alexander Likotal, Green Cross International
Tomas Magnusson, IPB - International Peace Bureau
Ricardo Díez Hochleitner, Honorary President Club of Rome
Herman Spanjaard, IPPNW -International Physicians for the Prevention of Nuclear War
Fatma Alloo, DAWN - Development Alternatives with Women for a New Era
Meja Vitalis, AFRODAD - African Forum and Network on Debt and Development
Janet Mbere, MWENGO - Mwelekeo wa NGO
Rajesh Tandon, PRIA - Participatory Research in Asia
Nadia Johnson, WEDO - Woman Environment Development Organitzation
Lois Barber, EarthAction
Paul Ortega, Pax Romana ICMICA/MIIC
Mohammed Fayek, Arab Organization For Human Rights
Ziad Abdel Samad, Executive Director - Arab NGO Network for Development
Lau Kin Chi, CSD - China Social Services and Development Research Centre
Sean O Siochru, CRIS - Communication Rights in Information Society Campaign
Marino Busdachin, UNPO – Unrepresented Nations and Peoples Organisation
Rómulo Torres, LATINDADD - Red Latinoamericana sobre Deuda, Desarrollo y Derechos
Ernesto Lamas, AMARC ALC - Asoc. Mundial Radios Comunitarias - América Latina Caribe
Carlos Tünnermann, ILAEDES – Instituto Latinoamericano de Educación para el Desarrollo
Luz Stella Velásquez, Red Latinoamericana de Estudios Ambientales Urbanos
Carlos Bedoya, Jubileo Perú
Martí Olivella, Alliance for Responsible, Plural and United World
Vicente García, CIVICUS - UN representative
Roberto Papini, Instituto Internazionale Jacques Maritain
Francine Mestrum, AEDH - Agence européenne pour la défense des droits de l'homme
Arcadi Oliveras, Justice and Peace Europe
Jorge Nieto, Centro Internacional para la Cultura Democrática
Markus Brun, FASTENOPFER
Antoni Giró, Rector UPC - Universitat Politècnica de Catalunya
Dokushô Villalba, maestro zen, fundador del templo Luz Serena, Valencia, España.

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