Ilustración de Mónica Carril Bolívar |
por Alejandro Teitelbaum
Cuando Colón llegó en 1492 a la isla que llamó La Española (Haití y Santo Domingo) se encontró con un verdadero vergel ocupado por una gran población nativa que vivía pacíficamente.
Pero desde 1500 comenzó la deforestación de la isla para dar lugar a los cultivos de los conquistadores y también la eliminación física de los nativos que fueron reemplazados por africanos reducidos a la esclavitud. Es así como a comienzos del siglo XXI la superficie de los bosques, que en el momento de la conquista ocupaba el 80 por ciento del territorio, en Haití se ha reducido al 2 por ciento y en Santo Domingo al 30 por ciento, con tremendas consecuencias ecológicas y climáticas. (1)