domingo, 11 de enero de 2009

Acerca del antisemitismo_VII

Sobre el “holocausto”.

Por Adrian Salbuchi (*)

Resulta también necesario aclarar que si el “antisemitismo” es una de las herramientas en esta suerte de “terrorismo intelectual” esgrimido por el sionismo, entonces la otra es lo que el escritor e investigador judío-norteamericano Norman Finkelstein denomina “La Industria del Holocausto”(1) debido, según él, a la manera vergonzosa como las dirigencias sionistas y el Estado de Israel lo utilizan como instrumento para captar apoyo entre la opinión pública mundial. Este uso ilegítimo Finkelstein lo denomina “la explotación del sufrimiento judío”, palabras textuales del subtítulo de su obra.
Ese apoyo luego se concreta en enorme asistencia económica, política, financiera, diplomática y militar, especialmente del gobierno de Estados Unidos y de las organizaciones pro-Israel –tanto judías como no-judías– de todo el mundo.
Nadie duda que el así denominado “holocausto judío” conforma una de las grandes y terribles persecuciones y matanzas del siglo XX, pero no fue ni la única ni la mayor. Cabe recordar asesinatos masivos como el genocidio armenio a manos de los turcos entre los años 1915 y 1917; la destrucción de 3.000.000 de campesinos kulaks por los comisarios políticos soviéticos de José Stalin; los 5.000.000 de camboyanos masacrados por el terrorismo de Estado de Pol Pot y el Khmer Rouge en Camboya entre 1975 y 1979; los 2.000.000 de vietnamitas muertos durante las invasiones de EEUU y China, y los bombardeos norteamericanos entre 1961 y 1975; el millón de civiles muertos en 1945 por los bombardeos norteamericanos sobre las ciudades abiertas de Dresde, Hiroshima y Nagasaki (éstas dos últimas con bombas atómicas); y los 40.000.000 de muertos que se estima costó la revolución comunista china llevada a cabo por Mao Tse-Tung entre 1945 y 1949.
De entre todo este salvajismo monstruoso que en el siglo XX se estima le costó la vida de más de 100 millones de personas de todas las nacionalidades, resulta evidente sin embargo que el así llamado “holocausto” judío tiene una cobertura periodística gigantesca – notas, documentales, películas, dramatizaciones - y hoy, incluso, se lo impone como materia obligatoria en los planes de estudio oficiales primarios y secundarios en Estados Unidos, Canadá, Francia y Alemania, entre otras naciones. Así, el “holocausto” judío pareciera ser el único genocidio que cuenta con una suerte de marca registrada que lo separa de otras matanzas en masa, facilitando así su propagación urbi et orbi, al dársele un carácter sagrado, teológico y único.
Los crecientes llamados para que se investigue la dimensión real del “holocausto” judío con mayor rigor histórico se deben a que el mismo ha sido utilizado como sustento ideológico de la geopolítica del Estado de Israel. Efectivamente, las imágenes del sufrimiento de los judíos europeos entre 1933 y 1945 a manos del nacionalsocialismo alemán, que han sido sistemáticamente grabadas a fuego en el imaginario colectivo de todo el mundo, conforman el poderoso argumentó máximo con el que se ha pretendido justificar la manera como se creó el Estado de Israel en 1948, y la manera como ese Estado y sus dirigencias se comportan hasta nuestros días.
Claramente, si una investigación seria y equilibrada –aún pendiente de realización– llegara a concluir que dicho “holocausto” no fue ni de las características ni de la dimensión que el mito o la “industria del Holocausto” -según palabras de Finkelstein– le atribuyen, entonces amplios sectores de la opinión pública mundial concluirán que el Estado de Israel no se debiera haber fundado de la manera como lo fue: a través de la conquista militar, el terrorismo, el robo de territorios ajenos y la expulsión violenta de sus tierras de millones de palestinos hasta nuestros días.
Así comienzan a ser entendibles las poderosas razones políticas que obligan al sionismo a mantener permanentemente avivada la memoria de aquellas terribles imágenes de persecución de los judíos europeos, y del “antisemitismo” que supuestamente la causara. Hasta hoy, sin embargo, nadie acierta a explicar un hecho absolutamente simple e insólito: si la Alemania de Hitler fue responsable por el genocidio judío, ¿por qué han debido pagar esas culpas alemanas los palestinos, entregando su sangre y su territorio a los sionistas? Claramente, los palestinos jamás tuvieron nada que ver con Hitler y el nacionalsocialismo alemán.
Si realmente se deseara hacer justicia internacional, entonces ¿porqué no re-fundar un Estado sionista independiente en alguna porción de territorio alemán cedida a tal efecto, al tiempo que se devuelve Palestina a los palestinos? Innegablemente, ello conduciría a una rápida pacificación de todo Medio Oriente, amen de representar una reparación histórica justa y sensata, y de ser un paso concreto hacia la paz mundial.
Conclusión: si quedara evidenciado que la realidad del “holocausto” y del “antisemitismo” no concuerdan con lo que las dirigencias sionistas e israelíes pretenden hacernos creer, entonces el Estado de Israel jamás debiera haber sido fundado de la manera como lo fue ni la comunidad internacional debiera tolerar su comportamiento actual.

Conclusiones

Hemos pretendido describir el marco conceptual que permite comprender las razones por las que al “antisemitismo” se lo utiliza como una herramienta o arma dentro de las estrategias amplias y de alcances planetarios orientadas a promover y consolidar los objetivos, intereses y el poder de determinadas organizaciones políticas y Estados extranjeros.
Visto desde esta óptica, se entiende porqué la acusación de “antisemitismo” es utilizada para acallar, censurar y descalificar a quienes pretenden criticar u oponerse a ese conjunto de objetivos e intereses señalados.
Los individuos y las organizaciones que promueven tales intereses y objetivos suelen estar íntimamente ligados a las organizaciones sionistas mundiales y a potencias extranjeras, notablemente el Estado de Israel y Estados Unidos.

NOTAS.
(1) Finkelstein, Norman - profesor de teoría política en la City University of New York, Hunter College, “The Holocaust Industry: Reflections on the Exploitation of Jewish Suffering” (Nueva York, 2000) – Publicado también en castellano bajo el título “La industria del Holocausto: reflexiones sobre la explotación del sufrimiento judío” (Siglo Veintiuno de Argentina Editores, Buenos Aires, 2002).


Bibliografía.
• Carter, Jimmy – Palestine: Peace or Apartheid? Simon & Schuster, Nueva York, 2006
• Dunlop, Douglas Morton – Profesor de Historia de Medio Oriente, Columbia University, “The History of the Jewish Khazars” (1954, Princeton Uiversity Pres.)
• Finkelstein, Norman – profesor de teoría política en la City University of New York, Hunter College, “The Holocaust Industry: Reflections on the Exploitation of Jewish Suffering” (Nueva York, 2000) – Hay versión en castellano: “La industria del Holocausto: reflexiones sobre la explotación del sufrimiento judío” (Siglo Veintiuno de Argentina Editores, Buenos Aires, 2002).
• Herzl, Theodor, “The Jewish State” – Doubleday, Nueva York, 1988
• Koestler, Arthur - The Thirteenth Tribe: The Khazar Empire and its Heritage” – Picador Books, Londres 1977
• Lazare, Bernard - “El Antisemitismo. Su Historia y sus Causas”, Ediciones La Bastilla, Buenos Aires, 1974
• Mearsheimer, John y Walt, Stephen – “The Israel Lobby and US Foreign Policy” - Farrar, Straus and Giroux, New York, 2007
• Poliak, Abraham N – Catedrático de Historia del Medio Oriente, Universidad de Tel-Aviv – “The Khazar Conversion to Judaism” (1941, en el periódico hebreo “Zion”).
• Salbuchi, Adrian – “Bienvenidos a la jungla: dominio y supervivencia en el Nuevo Orden Mundial” – Editorial Anábasis – Córdoba, 2005
• Salbuchi, Adrian – “El cerebro del mundo: la cara oculta de la globalización” – Ediciones del Copista, 4ta edición, Córdoba, 2003.


Fuente:
El Traductor Gráfico, No. 48 - 8 de marzo de 2008
Informe sobre la verdadera realidad nacional e internacional del Proyecto MSRA - Movimiento por la Segunda República Argentina

Investigación y redacción: Adrian Salbuchi
www.eltraductorradial.com.ar
www.asalbuchi.com.ar
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contacto: asalbuchi@infovia.com.ar

© Adrian Salbuchi, Buenos Aires, Marzo 2008

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