martes, 30 de octubre de 2012

Mexico lindo: Muertos sin nombre


por Salvador del Río (*)

Basada en el concepto economicista del mercado como el motor del desarrollo, la administración que asumirá el poder el próximo 1 de diciembre se propone “recuperar” el liderazgo que México ocupó durante décadas en América Latina, una preponderancia jamás pregonada por los gobiernos que la detentaron como consecuencia de la reconocida autoridad moral de una política que de lo interno trascendía a lo internacional con los principios de soberanía y autodeterminación que la significaron.

La aspiración a convertir al país en líder de la América desde el sur del Río Bravo hasta los confines del Continente contempla, como es obligado, el recurso de las alianzas estratégicas, los tratados de libre comercio y el uso de las cifras estadísticas para mostrar la primacía en la apertura económica y el libre mercado. Sólo que no todos los números de la realidad mexicana apuntan a una supuesta bonanza que justificara, con datos duros, esa intención de preponderancia.

La administración que encabezará Enrique Peña Nieto como presidente de la República recibirá, además de las cifras del desempleo creciente, la pobreza rayana en la miseria en aumento o el siniestro saldo de más de sesenta mil muertos, la herencia de otros números no menos significativos de un mentís a esa aspiración de liderazgo.

El diario mexicano Milenio ha dado a conocer las cifras de un trabajo periodístico que intenta hacer un recuento del número de los muertos llamados sin nombre alguno, hacinados en las fosas comunes de los cementerios que en muchos lugares de la República están saturados e imposibilitados para recibir más cuerpos anónimos víctimas de la violencia desatada en la guerra contra el narcotráfico y el llamado crimen organizado declarada por el gobierno de Felipe Calderón. Son, según los datos que el estudio pudo recabar, 24 mil muertos sin identificación acumulados entre los años 2007 y 2011, cifra que, admiten los investigadores, está lejos de la realidad, pues en muchos casos los gobiernos de los estados y los municipios, o no poseen los registros de los muertos sin nombre, o se niegan a revelarlos. Frente al crimen organizado, un gobierno desorganizado incapaz de completar el registro macabro de sus muertos anónimos.

Como en todos lo países del mundo, hay muertos cuya identidad se pierde en la indigencia de las víctimas o en su condición de desparecidos sin familiares que reclamen sus despojos. Pero la comparación entre las cifras de restos destinados a las fosas comunes en años anteriores y las registradas desde el comienzo de la guerra calderonista lleva a la conclusión de que miles de esos desconocidos son delincuentes muertos sin juicio por las policías y las fuerzas armadas, o bien desaparecidos, secuestrados o víctimas inocentes de acciones violentas, cuyos familiares los han buscado infructuosamente sin lograr encontrarlos o para identificarlos aun sin vida.

 El siniestro recuento del trabajo periodístico, aunque incompleto, desmiente las afirmaciones oficiales que atribuyen al sensacionalismo de la prensa la imagen que México tiene en el exterior, de violencia sin freno, de crimen y represión del Estado con abusos de poder y violaciones a los derechos humanos denunciados en los foros internacionales. Una imagen que corresponde a una lamentable realidad que en nada contribuye al deseo de  mostrarse como ejemplo en una América Latina que lucha en otros terrenos por alcanzar el desarrollo con respeto a la dignidad humana.

(*) Salvador del Río, periodista y escritor mexicano. 

jueves, 4 de octubre de 2012

Panfleto para una re-evolución permanente


Mientras tú sueñas con ángeles,
un hombre de negro está
robando la pensión de tus padres;
mientras se te cae la baba contemplando a tu gurú,
un hombre de negro está
recortando el seguro de desempleo de tus amigos
o el tuyo mismo;
mientras tú gritas goooooool al borde del infarto,
un hombre de negro está
preparando tu despido sin indemnización;
mientras tú cultivas el “pensamiento positivo”,
un hombre de negro está
cavando la tumba de tu felicidad;
mientras tú pasas de lo que está pasando,
un hombre de negro está
haciéndote pasar por donde no quieres pasar;
mientras tú duermes,
un hombre de negro está
poniendo códigos de barras a tus sueños;
mientras tú estás mirando el escaparate,
un hombre de negro está
desahuciando una familia sin recursos;

¿En qué mundo vives?
¡Despierta y ponte en pie!



No dejes que los hombres de negro
te esposen y te aten al yugo de su noria.
No permitas  que tus padre no puedan envejecer y morir en paz
después de toda una vida de sacrificios y esfuerzos.
No consientas que pongan grilletes
a tus hijos no nacidos aún.

¡Levántate y dí NO!
Ahora es el momento de decirlo.
Mañana, será tarde ya.

Si no despiertas ahora de tus sueños de algodón,
mañana la pesadilla será interminable
y aunque quieras salir de ella
los hombres de negro la habrán sellado
para varias generaciones.

¡Levántate y lucha por tu derecho a ser!

Lucha
con la firmeza de la roca,
con la templanza del hielo,
con la fuerza del huracán,
con la velocidad del viento,
con el poder transformador del fuego,
con la lucidez de las estrellas,
con la perseverancia del océano,
con la gracia y la belleza de la flor,
con la sagacidad del leopardo,
con la furia de los rayos y de los truenos…

con la inocencia del niño.

Invoca el espíritu de Gandhi,
llama a Luther King a tu lado,
trae a Nelson Mandela a tu corazón,
pídele a Thich Nhat Hanh que camine contigo,
acoge a Aung San Suu Kyi en tus filas
y conviértete juntos a otros como tú
en la fuerza que mueve el tiempo
y cambia el curso de la historia.

¡En pie, pueblos y naciones!

Ocupemos el lugar que siempre nos ha pertenecido.
Expulsemos a los mercaderes del templo
con el látigo de nuestra presencia callada.
Que nuestra presencia silenciosa en las calles
sea un clamor que haga temblar
los cimientos de las fortalezas en la que se refugian
los ladrones de sueños .

Nosotros somos los pueblos de la Tierra
y como pueblo y como ciudadanos
decimos ¡YA BASTA!
¡Ha llegado nuestra hora!

No hemos venido a herir ni a destruir.
No queremos alimentar el fuego de la cólera vana.
No vamos a pelear contra los que son como nosotros,
- aunque los hombres de negro los hayan vestido
de peones anónimos y los hayan armado y aleccionado
para que nos golpeen y nos infundan miedo.
¡Ellos no son nuestros enemigos!

El poder de la convicción
manifestado con la fuerza interna del silencio
y la no violencia
una profunda marea oceánica es,
y ningún dique podrá nunca detenerla.

¡Adelante mujeres y hombres!
¡Adelante jóvenes, maduros y ancianos!
¡Adelante funcionarios y amas de casa!
¡Adelante estudiantes, parados, subempleados!
¡Adelante mileuristas!
¡Adelante desahuciados!
¡Adelante padres de familia desempleada!
¡Adelante sindicalistas y políticos honrados!

Que nuestros brazos se trencen marchando juntos
hacia el presente y el futuro que tratan de arrebatarnos.

Sin miedo.
Sin ira.
Sin retroceso.

Tenemos una cita con la Historia,
con nuestra Historia,
y nadie va a impedir
que estemos
donde tenemos que estar
en el momento justo
afirmando:
¡Aquí estamos, nosotros, los pueblos de la Tierra!

¡En pie, ciudadanos de Grecia!
¡En pie, ciudadanos de Portugal!
¡En pie, ciudadanos de España!
¡En pie, ciudadanos de Francia!
¡En pie, ciudadanos de Alemania!
¡En pie, ciudadanos de Europa entera!
¡El pie, pueblos de todas las latitudes!

Los mercaderes de vidas humanas
se refugian en sus fortalezas acristaladas
y hasta ellos han de llegar nuestras voces calladas
como un terremoto sordo generado
por nuestra presencia en las calles del mundo.

¡No somos mercancías en manos de banqueros!
¡No queremos políticos a sueldo de la avaricia!

No somos carne de yugo,
ni aceptamos ya ser mas humillados que bellos.

Por eso el poeta nos dijo:

“A la calle que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo".

¡Anunciamos algo nuevo
y aquí están ya los dolores del parto!

¡Adelante jóvenes sin futuro, sin curro, sin casa!
¡Adelante parados sin ayuda!
¡Adelante licenciados fregaplatos!
¡Adelante trabajadores despreciados!
¡Adelante agricultores minusvalorados!

¡Somos legión
y decimos NO al negocio de la codicia!
¡NO a los políticos corruptos!
¡NO a la esclavitud del Dios Mercado!
¡NO al intento de acallar nuestras voces!

Somos los pueblos de la Tierra,
los ciudadanos de un nuevo mundo.

Oíd bien, mercaderes del templo:
¡Hemos venido para quedarnos!

Los tiempos han cambiado
y nada podrá detener
los vientos de la Historia que nos empuja.

Panfleto para una re-evolución permanente



Panfleto para una re-evolución permanente

Mientras tú sueñas con ángeles,
un hombre de negro está
robando la pensión de tus padres;
mientras se te cae la baba contemplando a tu gurú,
un hombre de negro está
recortando el seguro de desempleo de tus amigos
o el tuyo mismo;
mientras tú gritas goooooool al borde del infarto,
un hombre de negro está
preparando tu despido sin indemnización;
mientras tú cultivas el “pensamiento positivo”,
un hombre de negro está
cavando la tumba de tu felicidad;
mientras tú pasas de lo que está pasando,
un hombre de negro está
haciéndote pasar por donde no quieres pasar;
mientras tú duermes,
un hombre de negro está
poniendo códigos de barras a tus sueños;
mientras tú estás mirando el escaparate,
un hombre de negro está
desahuciando una familia sin recursos;

¿En qué mundo vives?
¡Despierta y ponte en pie!



No dejes que los hombres de negro
te esposen y te aten al yugo de su noria.
No permitas  que tus padre no puedan envejecer y morir en paz
después de toda una vida de sacrificios y esfuerzos.
No consientas que pongan grilletes
a tus hijos no nacidos aún.

¡Levántate y dí NO!
Ahora es el momento de decirlo.
Mañana, será tarde ya.

Si no despiertas ahora de tus sueños de algodón,
mañana la pesadilla será interminable
y aunque quieras salir de ella
los hombres de negro la habrán sellado
para varias generaciones.

¡Levántate y lucha por tu derecho a ser!

Lucha
con la firmeza de la roca,
con la templanza del hielo,
con la fuerza del huracán,
con la velocidad del viento,
con el poder transformador del fuego,
con la lucidez de las estrellas,
con la perseverancia del océano,
con la gracia y la belleza de la flor,
con la sagacidad del leopardo,
con la furia de los rayos y de los truenos…

con la inocencia del niño.

Invoca el espíritu de Gandhi,
llama a Luther King a tu lado,
trae a Nelson Mandela a tu corazón,
pídele a Thich Nhat Hanh que camine contigo,
acoge a Aung San Suu Kyi en tus filas
y conviértete juntos a otros como tú
en la fuerza que mueve el tiempo
y cambia el curso de la historia.

¡En pie, pueblos y naciones!

Ocupemos el lugar que siempre nos ha pertenecido.
Expulsemos a los mercaderes del templo
con el látigo de nuestra presencia callada.
Que nuestra presencia silenciosa en las calles
sea un clamor que haga temblar
los cimientos de las fortalezas en la que se refugian
los ladrones de sueños .

Nosotros somos los pueblos de la Tierra
y como pueblo y como ciudadanos
decimos ¡YA BASTA!
¡Ha llegado nuestra hora!

No hemos venido a herir ni a destruir.
No queremos alimentar el fuego de la cólera vana.
No vamos a pelear contra los que son como nosotros,
- aunque los hombres de negro los hayan vestido
de peones anónimos y los hayan armado y aleccionado
para que nos golpeen y nos infundan miedo.
¡Ellos no son nuestros enemigos!

El poder de la convicción
manifestado con la fuerza interna del silencio
y la no violencia
una profunda marea oceánica es,
y ningún dique podrá nunca detenerla.

¡Adelante mujeres y hombres!
¡Adelante jóvenes, maduros y ancianos!
¡Adelante funcionarios y amas de casa!
¡Adelante estudiantes, parados, subempleados!
¡Adelante mileuristas!
¡Adelante desahuciados!
¡Adelante padres de familia desempleada!
¡Adelante sindicalistas y políticos honrados!

Que nuestros brazos se trencen marchando juntos
hacia el presente y el futuro que tratan de arrebatarnos.

Sin miedo.
Sin ira.
Sin retroceso.

Tenemos una cita con la Historia,
con nuestra Historia,
y nadie va a impedir
que estemos
donde tenemos que estar
en el momento justo
afirmando:
¡Aquí estamos, nosotros, los pueblos de la Tierra!

¡En pie, ciudadanos de Grecia!
¡En pie, ciudadanos de Portugal!
¡En pie, ciudadanos de España!
¡En pie, ciudadanos de Francia!
¡En pie, ciudadanos de Alemania!
¡En pie, ciudadanos de Europa entera!
¡El pie, pueblos de todas las latitudes!

Los mercaderes de vidas humanas
se refugian en sus fortalezas acristaladas
y hasta ellos han de llegar nuestras voces calladas
como un terremoto sordo generado
por nuestra presencia en las calles del mundo.

¡No somos mercancías en manos de banqueros!
¡No queremos políticos a sueldo de la avaricia!

No somos carne de yugo,
ni aceptamos ya ser mas humillados que bellos.

Por eso el poeta nos dijo:

“A la calle que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo".

¡Anunciamos algo nuevo
y aquí están ya los dolores del parto!

¡Adelante jóvenes sin futuro, sin curro, sin casa!
¡Adelante parados sin ayuda!
¡Adelante licenciados fregaplatos!
¡Adelante trabajadores despreciados!
¡Adelante agricultores minusvalorados!

¡Somos legión
y decimos NO al negocio de la codicia!
¡NO a los políticos corruptos!
¡NO a la esclavitud del Dios Mercado!
¡NO al intento de acallar nuestras voces!

Somos los pueblos de la Tierra,
los ciudadanos de un nuevo mundo.

Oíd bien, mercaderes del templo:
¡Hemos venido para quedarnos!

Los tiempos han cambiado
y nada podrá detener
los vientos de la Historia que nos empuja.

Panfleto para una re-evolución permanente



Panfleto para una re-evolución permanente

Mientras tú sueñas con ángeles,
un hombre de negro está
robando la pensión de tus padres;
mientras se te cae la baba contemplando a tu gurú,
un hombre de negro está
recortando el seguro de desempleo de tus amigos
o el tuyo mismo;
mientras tú gritas goooooool al borde del infarto,
un hombre de negro está
preparando tu despido sin indemnización;
mientras tú cultivas el “pensamiento positivo”,
un hombre de negro está
cavando la tumba de tu felicidad;
mientras tú pasas de lo que está pasando,
un hombre de negro está
haciéndote pasar por donde no quieres pasar;
mientras tú duermes,
un hombre de negro está
poniendo códigos de barras a tus sueños;
mientras tú estás mirando el escaparate,
un hombre de negro está
desahuciando una familia sin recursos;

¿En qué mundo vives?
¡Despierta y ponte en pie!



No dejes que los hombres de negro
te esposen y te aten al yugo de su noria.
No permitas  que tus padre no puedan envejecer y morir en paz
después de toda una vida de sacrificios y esfuerzos.
No consientas que pongan grilletes
a tus hijos no nacidos aún.

¡Levántate y dí NO!
Ahora es el momento de decirlo.
Mañana, será tarde ya.

Si no despiertas ahora de tus sueños de algodón,
mañana la pesadilla será interminable
y aunque quieras salir de ella
los hombres de negro la habrán sellado
para varias generaciones.

¡Levántate y lucha por tu derecho a ser!

Lucha
con la firmeza de la roca,
con la templanza del hielo,
con la fuerza del huracán,
con la velocidad del viento,
con el poder transformador del fuego,
con la lucidez de las estrellas,
con la perseverancia del océano,
con la gracia y la belleza de la flor,
con la sagacidad del leopardo,
con la furia de los rayos y de los truenos…

con la inocencia del niño.

Invoca el espíritu de Gandhi,
llama a Luther King a tu lado,
trae a Nelson Mandela a tu corazón,
pídele a Thich Nhat Hanh que camine contigo,
acoge a Aung San Suu Kyi en tus filas
y conviértete juntos a otros como tú
en la fuerza que mueve el tiempo
y cambia el curso de la historia.

¡En pie, pueblos y naciones!

Ocupemos el lugar que siempre nos ha pertenecido.
Expulsemos a los mercaderes del templo
con el látigo de nuestra presencia callada.
Que nuestra presencia silenciosa en las calles
sea un clamor que haga temblar
los cimientos de las fortalezas en la que se refugian
los ladrones de sueños .

Nosotros somos los pueblos de la Tierra
y como pueblo y como ciudadanos
decimos ¡YA BASTA!
¡Ha llegado nuestra hora!

No hemos venido a herir ni a destruir.
No queremos alimentar el fuego de la cólera vana.
No vamos a pelear contra los que son como nosotros,
- aunque los hombres de negro los hayan vestido
de peones anónimos y los hayan armado y aleccionado
para que nos golpeen y nos infundan miedo.
¡Ellos no son nuestros enemigos!

El poder de la convicción
manifestado con la fuerza interna del silencio
y la no violencia
una profunda marea oceánica es,
y ningún dique podrá nunca detenerla.

¡Adelante mujeres y hombres!
¡Adelante jóvenes, maduros y ancianos!
¡Adelante funcionarios y amas de casa!
¡Adelante estudiantes, parados, subempleados!
¡Adelante mileuristas!
¡Adelante desahuciados!
¡Adelante padres de familia desempleada!
¡Adelante sindicalistas y políticos honrados!

Que nuestros brazos se trencen marchando juntos
hacia el presente y el futuro que tratan de arrebatarnos.

Sin miedo.
Sin ira.
Sin retroceso.

Tenemos una cita con la Historia,
con nuestra Historia,
y nadie va a impedir
que estemos
donde tenemos que estar
en el momento justo
afirmando:
¡Aquí estamos, nosotros, los pueblos de la Tierra!

¡En pie, ciudadanos de Grecia!
¡En pie, ciudadanos de Portugal!
¡En pie, ciudadanos de España!
¡En pie, ciudadanos de Francia!
¡En pie, ciudadanos de Alemania!
¡En pie, ciudadanos de Europa entera!
¡El pie, pueblos de todas las latitudes!

Los mercaderes de vidas humanas
se refugian en sus fortalezas acristaladas
y hasta ellos han de llegar nuestras voces calladas
como un terremoto sordo generado
por nuestra presencia en las calles del mundo.

¡No somos mercancías en manos de banqueros!
¡No queremos políticos a sueldo de la avaricia!

No somos carne de yugo,
ni aceptamos ya ser mas humillados que bellos.

Por eso el poeta nos dijo:

“A la calle que ya es hora
de pasearnos a cuerpo
y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo".

¡Anunciamos algo nuevo
y aquí están ya los dolores del parto!

¡Adelante jóvenes sin futuro, sin curro, sin casa!
¡Adelante parados sin ayuda!
¡Adelante licenciados fregaplatos!
¡Adelante trabajadores despreciados!
¡Adelante agricultores minusvalorados!

¡Somos legión
y decimos NO al negocio de la codicia!
¡NO a los políticos corruptos!
¡NO a la esclavitud del Dios Mercado!
¡NO al intento de acallar nuestras voces!

Somos los pueblos de la Tierra,
los ciudadanos de un nuevo mundo.

Oíd bien, mercaderes del templo:
¡Hemos venido para quedarnos!

Los tiempos han cambiado
y nada podrá detener
los vientos de la Historia que nos empuja.