lunes, 29 de noviembre de 2010

Elecciones catalanas: CiU, PP e Irlanda


por Vicenç Navarro 


Los partidos de sensibilidad conservadora y liberal en España, Convergència i Unió (CiU) y el Partido Popular (PP), han tomado durante muchos años a Irlanda como su modelo de desarrollo económico y fiscal. Ambos partidos consideraron ejemplares las políticas liberales llevadas a cabo por la coalición conservadora-liberal que ha estado gobernando aquel país, responsables de un elevado crecimiento económico (que fue la causa de que el semanario liberal The Economist hablara repetidamente del “milagro económico irlandés”). El periodista Jordi García Soler ha señalado (“CiU y su modelo económico irlandés”) el grado de entusiasmo que los máximos dirigentes de CiU han mostrado por el modelo irlandés. Artur Mas, presidente del CDC y candidato de CiU a la Presidencia de la Generalitat de Catalunya, ha subrayado que Irlanda era un país pequeño “que andaba por la vía de la calidad y de la excelencia, en contraste con Catalunya, mal gobernada por el tripartito”. Duran i Lleida, presidente de Unión Democrática, ha repetido también que Irlanda debiera ser el punto de referencia para el desarrollo de Catalunya. Y David Madí, uno de los dirigentes del CDC más próximos a Artur Mas, escribió en su libro sobre el futuro de Catalunya que “Catalunya debería observar el milagro económico irlandés con mucha atención, porque enseña el cambio de cómo un país puede encontrar en la adaptación a la globalización no sólo su supervivencia, sino incluso un grado de prosperidad y modernidad sorprendentes”. En España, el PP (partido en el que conviven sensibilidades liberales y conservadoras) también ha tomado Irlanda como modelo. Mariano Rajoy ha hablado repetidamente del éxito de Irlanda como consecuencia de la aplicación de políticas liberales (ver la crónica de Mª Jesús Güemes en Público “Cuando Irlanda era un ejemplo para Rajoy”, 21-11-10).
El hecho de que tales partidos (CiU y PP) tomaran el supuesto milagro irlandés como inspiración de sus propuestas económicas y fiscales hace necesario que se conozcan y analicen las políticas llevadas a cabo por el Gobierno irlandés, responsables de aquel supuesto “milagro”, pues la aplicación de tales políticas en España llevaría a los mismos resultados que los que aquellas políticas han tenido en Irlanda. Tales políticas han incluido las siguientes intervenciones.
Una reducción muy marcada de los impuestos. La carga fiscal de Irlanda (medida por el porcentaje que los impuestos representan sobre el PIB) es una de las más bajas de la Unión Europea de los Quince (UE-15). Esta baja carga impositiva es especialmente acentuada en el impuesto de sociedades (12,5%), el más bajo en la UE-15, cuyo promedio es un 24%.
Una consecuencia de la limitada carga fiscal (que representa sólo un 31% del PIB, el más bajo de la UE-15, cuyo promedio es un 42%) es el escaso desarrollo de su sector público, incluido su Estado del bienestar (es decir, las transferencias públicas, como las pensiones y los servicios públicos, como sanidad, educación, servicios sociales, escuelas de infancia y servicios domiciliarios, entre otros). Su gasto público social es el más bajo de la UE-15 (como porcentaje del PIB es un 18%, un promedio mucho más bajo que el de la UE-15, un 27%). El porcentaje de la población adulta que trabaja en el sector público es también el más bajo de la UE-15 (12%), después de España (9%) y Portugal (7%). El promedio de la UE-15 es un 15%.
Otra característica del modelo irlandés es la gran desregulación de los mercados laborales con una gran moderación de los salarios, lo que ha determinado un descenso de las rentas del trabajo como porcentaje de la renta nacional. Esto ha creado un gran endeudamiento de las familias irlandesas que ha facilitado la expansión del sector bancario que, como en España, se ha dedicado a actividades especulativas en los sectores inmobiliarios y de la construcción, causa del “boom económico”. Por otra parte, la limitada carga fiscal explica que el Estado haya tenido que endeudarse para proveer los limitados servicios y transferencias del Estado del bienestar, lo cual ha determinado un elevado déficit y una elevada deuda pública. La suma de la deuda privada y pública ha alcanzado casi el 700% del PIB, una cifra astronómica.
Un resultado de todas estas políticas ha sido un gran crecimiento de las desigualdades sociales. Tal situación se ha acentuado todavía más con la crisis iniciada en 2007. Irlanda fue el primer país donde se inició la crisis financiera y económica, antes incluso que en Grecia. El desempleo se triplicó en tres años. La respuesta del Gobierno fue reducir todavía más el gasto público, recortando un 10% las prestaciones sociales y bajando un 20% el sueldo de los empleados públicos, además de bajar el salario mínimo. Tales medidas, al disminuir la demanda, empeoraron todavía más la situación económica creando un bajón de su PIB (el cual descendió un 11%), el mayor descenso en la UE-15. Las consecuencias de este colapso económico han sido enormes. La renta per cápita de Irlanda ha disminuido un 20% durante los tres años de crisis.
El objetivo de estas políticas públicas de austeridad ha sido reducir los salarios, con la finalidad de salir de la crisis a base de aumentar la competitividad de las empresas irlandesas y aumentar las exportaciones. Esta es la receta neoliberal para todos los países (incluido España) que ha alcanzado su máxima expresión en Irlanda. Estas políticas son enormemente contraproducentes, pues, además de dañar el bienestar y calidad de vida de las clases populares irlandesas, están imposibilitando la recuperación económica, pues la recesión existente en Europa dificulta que los países puedan estimular sus economías a base de incrementar las exportaciones. Estas son, pues, las recetas que están proponiendo CiU y el PP para Catalunya y para toda España.
Vicenç Navarro es catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra y ex catedrático de Economía Aplicada. de la Universidad de Barcelona

Público, 25 noviembre 2010

¡No os quedéis resignados en casa!

Llamamiento del presidente de los sindicatos irlandeses a la gran manifestación popular en Dublín del 27 de noviembre
Jack O'Connor 
 

 

“La democracia consiste en algo más que en votar en las elecciones cada cinco años. No podemos quedarnos quietos esperando a que claven el último clavo de nuestro ataúd. Todavía podemos influir en el resultado saliendo a la calle y sumándonos a la manifestación por Un camino mejor y más justo convocada en Dublín para el sábado 27 de noviembre."
Reproducimos a continuación el llamamiento del presidente de los sindiactos irlandeses a la gran manifestación popular contra la catastrófica política económica del gobierno irlandés que tuvo lugar lugar en Dublín el pasado 27 de noviembre.
El gobierno ha anunciado el presupuesto más duro desde la fundación del Estado como regalo de despedida al pueblo irlandés.
Tal es el resultado de permitir que los especuladores, los banqueros y los constructores inmobiliarios el desbaratamiento, el pillaje y la ruina de nuestra economía.
Lo encubrieron todo al incluir entidades financieras de todo punto inútiles en el esquema de garantías públicas el 19 de septiembre de 2008, hipotecando así el futuro de todos los habitantes de Irlanda.
Se nos dice que el draconiano presupuesto que se nos propone es esencial para convencer a los inversores en los mercados de bonos para que nos presten el dinero necesario para la marcha del país. Es exactamente lo mismo que nos dijeron el año pasado, cuando nos infligieron un recorte de 4 mil millones de euros. El movimiento se demuestra andando. Y la cosa no anda.
Más empresas cerradas, más gente sin trabajo y una economía sin el menor atisbo de crecimiento. Tampoco anduvo la cosa en los mercados de bonos, ni en las tasas de los préstamo, disparadas.
A los compradores de bonos les trae al pairo si en los próximos cuatro años comemos caviar o nos morimos de hambre.
Lo único que les interesa saber es si nuestra economía crecerá para que podamos devolverles su dinero.
Y eso no puede ocurrir sin un plan creíble de inversiones y sin medidas capaces de promover la demanda nacional, no de yugularla.
Lo que anda en juego es nuestra soberanía nacional, amenazada por las políticas del gobierno.
La UE insiste en la reducción del hiato entre nuestros ingresos y nuestros gastos públicos, hasta reducirlo a un 3% en 2014. Ese es un objetivo prácticamente imposible, porque reduce nuestra capacidad de crecimiento.
Sin embargo, si no hacemos caso, hay un peligro real de que el Banco Central Europeo deje de financiar nuestros bancos nacionales, lo que resultaría en un colapso total.
No dejará de presionar para fijar un calendario de ajustes.
Los ideólogos de un libre mercado sin bridas están insistiendo ya en la UE en reestructurar nuestro mercado de trabajo, es decir, en recortar los derechos laborales de la gente, los derechos a prestaciones sociales públicas, etc.
Se nos dice una y otra vez que no hay alternativa, y que por lo mismo que no lahay, no tiene caso protestar.
Eso es completamente falso. Hay un camino mejor y más justo.
El calendario para el ajuste es demasiado corto. Debería extenderse hasta el 2017.
Andan en juego asuntos de importancia crítica.
La economía está por los suelos porque la gente tiene miedo de gastar. Tienen miedo de perder sus trabajos, sus hogares y sus pensiones. La tasa de ahorro se ha más que doblado desde 2007.
La clave para la recuperación pasa por un plan creíble para la creación de puestos de trabajo que inspire esperanza y confianza. Y eso no puede conseguirse sin una estrategia de inversiones inteligente. [...]
La otra gran cuestión que queda por decidir es sobre quién recaerá el coste del ajuste.
En los dos últimos años, el gobierno ha perpetrado recortes por más de 14 mil millones de euros. La parte del león de esos recortes ha recaído sobre las espaldas del pueblo trabajador y de quienes más dependen de los servicios públicos, mientras que los ricos apenas se han visto afectados. Se habla de ampliar la “base fiscal”. En otros países eso significa normalmente un aumento de los impuestos a la riqueza y al capital, pero aquí solo parece querer decir que las familias de ingresos medios y bajos pagarán más. Tenemos que ser capaces de revertir eso.
No puede esperarse que el pueblo se pauperice, mientas quienes más han contribuido a causar el problema salgan del mismo como si nada. Ha llegado la hora de insistir en que pague la codicia y no la necesidad.
Hay más vías para la política presupuestaria que la de esperar hasta el día en que el gobierno tenga a bien comunicar sus decisiones al país. Ese día será sin duda demasiado tarde.
La democracia consiste en algo más que en votar en las elecciones cada cinco años. No podemos quedarnos quietos esperando a que claven el último clavo de nuestro ataúd. Todavía podemos influir en el resultado saliendo a la calle y sumándonos a la manifestación por Un camino mejor y más justo convocada en Dublín para el sábado 27 de noviembre.
Jack O'Connor es el presidente de la unión de todos los sindicatos obreros irlandeses, la ICTUTHE.
Traducción para www.sinpermiso.info: Ricardo Timón

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Hambre, pobreza y desvergüenza.


Dios, no existe para todos

por Víctor J. Sanz



undefinedPorcentaje de población que vive con menos de 2 dólares al día (2007-2008). En los colores cálidos los países en los que Dios no existe.

Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, la pobreza mata a un niño cada 3 segundos y 2.800 millones de personas se ven afectadas directamente por la pobreza, que aumenta cada año sus víctimas en 25 millones de personas más. Es decir, más del 40% de la población mundial malviven con menos de 2 dólares al día; mientras el 20% de la población mundial tiene el 90% de la riqueza.

Según este mismo organismo de Naciones Unidas, para el 2.020 algunos países africanos podrían perder más de una cuarta parte de su población activa por causa del SIDA.

Según el Programa Mundial de Alimentos, quien planea alimentar a más de 100 millones de personas en 2.010 en más de 75 países; la cesta de alimentos básicos en Bangladesh tiene un precio 54% superior a la media de los últimos cinco años. Este aumento ya resultaría difícil de asumir en cualquier economía del mal llamado primer mundo, conque resulta imposible imaginar lo que supone en una economía cuya renta per cápita equivale al 1,5% de la española o al 6% de la argentina.

Según la Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas (FAO, por sus siglas en inglés), el aumento de precios en los mercados internacionales obligará a los países pobres a pagar en 2.010 un 11% más por sus importaciones de alimentos. Yendo más allá, la misma factura para los países dentro del grupo de Países de Bajos Ingresos y con Déficit de Alimentos (PBIDA), aumentará en un 20%. Entre los factores que contribuyen a este aumento se encuentran la inestabilidad de las divisas y la especulación del mercado. El informe augura además, un panorama incierto para los precios de los alimentos hasta 2.012.

Según una campaña de Médicos sin Fronteras, relanzada ahora por vía postal, el brazo de los niños con desnutrición severa mide, como mucho, 36 milímetros de diámetro. En todo el mundo existen 19 millones de niños con desnutrición severa.

Según el propio FMI, en su informe anual para 2010 y en un apartado con el eufemístico título de: “Apoyo a los países de bajo ingreso. Financiamiento concesionario”, este organismo detalla la fuerza financiera con que se estrangulan las posibilidades de los países más pobres del mundo. El apoyo no consiste en planificar la creación de una economía autosuficiente, sino de préstamos, de financiación, de mayor carga sobre países que no pueden hacer frente ni a las deudas antiguas. Ghana, la República Democrática del Congo, Moldavia, Zambia, Mauritania o Haití son los países que sufren el mayor aumento de peso financiero sobre sus maltrechas espaldas. Y dentro del programa que el FMI denomina “Shocks Exógenos”, literalmente “Golpes provenientes del exterior”, es decir, vaivenes del mercado, sacudidas de la especulación salvaje e inhumana…, se encuentran países como Etiopía, Mozambique, Tanzania, Senegal, Maldivas, Kenya o Camerún. Es decir, estos países reciben un préstamo del FMI por si la especulación de un mercado demasiado codicioso y artificial y, por lo tanto manipulable, les situara en dificultades económicas.

Por si esto no dejaba suficientemente al descubierto el espíritu retorcido y maquiavélico del FMI, aún hay más, bajo el título: “Iniciativas de alivio de la deuda” se explica la existencia de la IADM ó Iniciativa de Alivio de la Deuda Multilateral, que apunta a reducir la carga de la deuda externa de los países pobres más endeudados hasta niveles sostenibles. Esto es, hasta unos niveles en los que se pueda mantener en el tiempo tanto la deuda como el cobro de los intereses a los países más necesitados. Sostener una deuda es sostener la situación de pobreza del deudor.

A finales de abril del 2.010 el total de préstamos pendientes de reembolso por 63 países, ascendía a más de 7.700 millones de dólares. Y parece que al garrote vil del FMI le quedan aún muchas vueltas por dar.

No, definitivamente no parece que Dios exista para todos, al menos no en estos países cuyos ciudadanos se encuentran en el corredor de la muerte del Capitalismo. Un Capitalismo que les mantiene artificial y cruelmente en un permanente déficit económico, cultural, social y sanitario, porque ese parece ser uno de sus negocios más rentables.

Si uno mira una serie de televisión o un largometraje, podrá comprobar cómo tiene lugar una intervención divina en cada pequeño acontecimiento de la vida de sus protagonistas, cuyas vidas son por lo general disipadas. Tal vez por ello Dios no tenga tiempo de ocuparse de tantas desgracias como hay por el mundo y que afectan seriamente a miles de millones de seres humanos. No, parece que Dios no existe para todos.

La guerra que viene, coletazo imperial


por Salvador González Briceño


“Sólo hay una guerra que puede permitirse el ser humano: la guerra contra su extinción”
 Isaac Asimov (1920-1992).

 
Maquiavélico el asunto, pero así es. La geopolítica es hija de la guerra; del fin que justifica los medios. Con ella se arman las peores jugadas para contener cualquier presunta amenaza; es decir, se hace uso de todas las posibles variables desde un punto de vista estratégico —la política de la ventaja, claro está—. Y cualquier país considerado “enemigo” puede ser visto como un buen objetivo para hacerle la guerra. Al fin que la movilización militar y la muerte representan un negocio.
 
Enemigo de todos porque sólo ve intereses, el imperio estadounidense se mueve con estrategias geopolíticas y geoeconómicas por el mundo, principalmente desde los tiempos de la llamada Guerra Fría para acá. Porque de la Segunda Guerra emergió como el país más poderoso, el hegemónico de la palestra mundial. Así hace diplomacia y se desplaza militarmente, a la vez que decide cuáles son sus objetivos mediatos e inmediatos.
 
Desde entonces EU ha emprendido más guerras que cualquier otro país del mundo. Y ha orquestado también golpes militares contra gobiernos “enemigos”. Por eso tiene el mayor número de bases militares repartidas en todo el planeta. Con el sofisticado armamento del Pentágono. Arremete también con órganos e instrumentos de inteligencia que sabe cómo utilizar. EU hace política exterior y aplica estrategias económicas, por las buenas o a la mala, en contra de cualquier país bajo la custodia de lo propio.
 
En estos momentos, para el imperio estadounidense la crisis económica representa un gran peligro. No lo dice pero lo es. Una terrible amenaza para su hegemonía. Y no importa que la devastadora crisis haya sido generada en su propia casa y luego propagada al resto del mundo. Eso no interesa. El problema es que la crisis desnuda su fragilidad. Exhibe su debilidad y amenaza con romper los tradicionales esquemas de dominio internacional y los mecanismos antes bajo su control.
 
Eso no le parece y por ello reacciona con virulencia tratando de que otros, todos los países ricos y pobres, hagan lo conducente con políticas económicas restrictivas para que le brinden el apoyo suficiente y así el impacto económico —los costos, mejor dicho— sea prorrateado. Tratando que el sacrificio no sea sólo de la economía estadounidense. Todo porque no puede salir de su propia crisis, y porque tampoco sabe cómo hacerlo. Por eso, EU no busca quién se la hizo sino quién se la pague. Obama es una víctima de las circunstancias, o un pelele en manos de la derecha que decide e impone hacia adentro y afuera. Lo quieran o no los demócratas, son los republicanos quienes dominan los escenarios.
 
Dicho de otra manera, como tal,la justificación de la guerra es parte de la geopolítica. Y ahora más, con la crisis y las amenazas que conlleva para la hegemonía. Porque el imperio no puede, mejor dicho no quiere, darse el lujo de una reestructuración geopolítica mundial. Eso sería como doblegarse o aceptar su inminente derrota. De ahí los coletazos de la fiera herida.
 
Peor tantito porque en el marco de cualquier posible reestructuración o redefinición del poder mundial se asoma ya la supremacía de China. El país que representa una amenaza real porque además de no estar en crisis, avanza poderosamente con los propios mecanismos delcapitalimperialismo, conquistando el mercado global y derribando cualquier tipo de barreras tan sólo con el principio de la competencia en el contexto del mercado libre.
 
Por lo tanto, si no puedes con el enemigo hazle la guerra. A pesar de la crisis o por ella. La violencia como un buen pretexto imperialista. Más ahora, insisto, que es parte de su sobrevivencia. Por ello no hay movimiento de piezas en el ajedrez mundial, sin el apoyo de las armas y de las guerras.
 
Por eso EU con su maquinaria militar-industrial anda en busca de un conflicto. Y parece que ya lo encontró. Resulta que no es en Irán, país contra el cual se había creado un clima de inestabilidad desde la movilización de tropas por mar y tierra, en alianza con la fuerza militar israelí desde los primeros días del Mundial Sudáfrica 2010, bajo el pretexto que su poderío nuclear es amenaza para la región donde Israel domina como un brazo armado gringo.
 
No. Resulta que es Corea del Norte. Uno de los países del mal llamado “eje del mal”, desde el sospechoso atentado terrorista a las Torres Gemelas de Nueva York. Resulta que su vecino, Corea del Sur, es aliado de EU. País donde recién, espaldarazo vil, se realizó la cumbre del G-20.
 
Y el principal amigo de la Corea continental es precisamente China. Y ¡cuidado con el estallido del conflicto!, porque puede derivar en un problema mayor. En otras palabras, ¡cuidado con la guerra porque puede devenir en una conflagración nuclear! Y por ello, no sobra decirlo, muy peligroso.
Así, resulta que no fue siempre Irán el enemigo a vencer sino Corea del Norte. Resulta que en la geopolítica Irán es peligroso. Y hacerle la guerra sería muy costoso y sin grandes ventajas. No así en Corea del Norte, donde entran en juego otras variables como la misma China. EU necesita saber cómo reaccionará el dragón de oriente con una guerra en sus fronteras. Eso será un factor distractor para tratar de debilitar su economía. También, poniéndola en riesgo, medir su capacidad de reacción en todo lo demás. Lo referente a la geopolítica y la economía; como medir cuántos amigos o enemigos tiene. Y eso, como los amigos en la enfermedad, sólo se ve en el peligro. Ese es el escenario más probable con atizarle al conflicto entre las dos Coreas. Como parece que sucedió y más con todo el arsenal que tiene EU en las bases militares de Corea del Sur.
 
Pero de apostarle a la guerra, como parece ser, EU jugará con fuego. Porque, insisto, una siguiente guerra no sería convencional porque las armas atómicas asoman las ojivas. Víctima de sus propias debilidades, defectos y ambiciones imperiales, Estados Unidos está conduciendo al mundo hacia la destrucción. Tenemos que parar eso con llamados de atención desde todas partes del mundo. Las amenazas de guerra entre Corea del Norte y Corea del Sur debe contenerse ya. El desbordamiento de un conflicto será como el principio del fin.
 

Sobre la guerra

por Jiddu Krishnamurti

Pregunta: ¿Cómo podemos resolver, nuestro caos político actual y la crisis del mundo? ¿Hay algo que un individuo pueda hacer para atajar la guerra que se avecina?
Krishnamurti: La guerra es la proyección espectacular y sangrienta de nuestra vida diaria, ¿no es así? La guerra es una mera expresión externa de nuestro estado interno, una amplificación de nuestra actividad diaria. Es más espectacular, más sangrienta, más destructiva, pero es el resultado colectivo de nuestras actividades individuales. De suerte que vosotros y yo somos responsables de la guerra, ¿y qué podemos hacer para detenerla? Es obvio que la guerra que nos amenaza constantemente no puede ser detenida por vosotros ni por mi porque ya está en movimiento; ya está desencadenándose, aunque todavía en el nivel psicológico principalmente. Como ya está en movimiento, no puede ser detenida; los puntos en litigio son demasiados, excesivamente graves, y la suerte ya está echada. Pero vosotros y yo, viendo que la casa está ardiendo, podemos comprender las causas de ese incendio, alejamos de él y edificar en un nuevo lugar con materiales diferentes que no sean combustibles, que no produzcan otras guerras. Eso es todo lo que podemos hacer. Vosotros y yo podemos ver qué es lo que engendra las guerras, y si nos interesa detenerlas, podemos empezar a transformamos a nosotros mismos, que somos las causas de la guerra.
Una señora americana vino a verme hace un par de años, durante la guerra. Me dijo que había perdido a su hijo en Italia y que tenía otro hijo de dieciséis años al que quería salvar; de suerte que charlamos del asunto. Yo le sugerí que para salvar a su hijo debía dejar de ser americana; debía dejar de ser codiciosa, de acumular riquezas, de buscar el poder y la dominación, y ser moralmente sencilla, no sólo sencilla en cuanto a vestidos, a las cosas externas, sino sencilla en sus pensamientos y sentimientos, en su vida de relación. Ella dijo: "Eso es demasiado. Me pide usted demasiado. Yo no puedo hacer eso, porque las circunstancias son demasiado poderosas para que yo las altere". Por lo tanto, resultaba responsable de la destrucción de su hijo.
Las circunstancias pueden ser dominadas por nosotros, porque nosotros hemos creado las circunstancias. La sociedad es el producto de la relación; de vuestras relaciones y las mías, de todas ellas juntas. Si cambiamos en nuestra vida de relación, la sociedad cambia. El confiar únicamente en la legislación, en la compulsión, para la transformación externa de la sociedad mientras interiormente seguimos siendo corrompidos, mientras en nuestro fuero íntimo continuamos en busca del poder, de las posiciones, de la dominación, es destruir lo externo, por muy cuidadosa y científicamente que se lo haya construido. Lo que es del fuero íntimo se sobrepone siempre a lo externo.
¿Qué es lo que causa la guerra religiosa, política o económica? Es evidente que la creencia, ya sea en el nacionalismo, en una ideología o en un dogma determinado. Si en vez de creencias tuviéramos buena voluntad, amor y consideración entre nosotros, no habría guerras. Pero se nos alimenta con creencias, ideas y dogmas, y por lo tanto, engendramos descontento. La presente crisis, por cierto, es de naturaleza excepcional, y nosotros, como seres humanos, o tenemos que seguir el sendero de los conflictos constantes y continuas guerras, que son el resultado de nuestra acción cotidiana, o de lo contrario ver las causas de la guerra y volverles la espalda.
Lo que causa la guerra, evidentemente, es el deseo de poder, de posición, de prestigio, de dinero, como asimismo la enfermedad llamada nacionalismo ‑el culto de una bandera- y la enfermedad de la religión organizada, el culto de un dogma. Todo eso es causa de guerra; y si vosotros como individuos pertenecéis a cualquiera de las religiones organizadas, si sois codiciosos de poder, si sois envidiosos, forzosamente produciréis una sociedad que acabará en la destrucción. Nuevamente: ello depende de vosotros y no de los dirigentes, no de los llamados hombres de Estado, ni de ninguno de los otros. Depende de vosotros y de mí, pero no parecemos darnos cuenta de ello. Si por una vez sintiéramos realmente la responsabilidad de nuestros propios actos, ¡cuán pronto podríamos poner fin a todas estas guerras, a toda esta miseria aterradora! Pero, como veis, somos indiferentes. Comemos tres veces al día, tenemos nuestros empleos, nuestra cuenta bancaria, grande o pequeña, y decimos: "por el amor de Dios, no nos moleste, déjenos tranquilos". Cuanto más alta es nuestra posición, más deseamos seguridad, permanencia, tranquilidad, menos injerencia admitimos, y más deseamos mantener las cosas fijas, como están; pero ellas no pueden mantenerse como están, porque no hay nada que mantener. Todo se desintegra. No queremos hacer frente a estas cosas, no queremos encarar el hecho de que vosotros y yo somos responsables de las guerras. Vosotros y yo charlamos de paz, nos reunimos en conferencias, nos sentamos en torno a una mesa y discutimos; pero en nuestro fuero íntimo, en lo psicológico, deseamos poder y posición, y nos mueve la codicia. Intrigamos, somos nacionalistas; nos atan las creencias, los dogmas, por los cuales estamos dispuestos a morir y a destruirnos unos a otros. ¿Creéis que semejantes hombres ‑vosotros y yo- podemos tener paz en el mundo? Para que haya paz, debemos ser pacíficos; vivir en paz significa no crear antagonismos. La paz no es un ideal. Para mí un ideal es simple evasión, un modo de eludir lo que es, una contradicción con lo que es. Un ideal impide la acción directa sobre lo que es. Mas para que haya paz tendremos que amar, tendremos que empezar, no a vivir una vida ideal sino a ver las cosas como son y obrar sobre ellas, a transformarlas. Mientras cada uno de nosotros busque seguridad psicológica, la seguridad fisiológica que necesitamos ‑alimento, vestido y albergue- se ve destruida. Andamos en busca de seguridad psicológica, que no existe; y, si podemos, la buscamos por medio del poder, de la posición, de los títulos, de los nombres, todo lo cual destruye la seguridad física. Esto, cuando se lo considera, resulta un hecho evidente.
Para traer paz al mundo, por lo tanto, para detener todas las guerras, tiene que haber una revolución en el individuo, en vosotros y en mí. La revolución económica sin esta revolución interna carece de sentido, pues el hambre es el resultado del defectuoso ajuste de las condiciones económicas producido por nuestros estados psicológicos: codicia, envidia, mala voluntad y espíritu de posesión. Para poner fin al dolor, al hambre, a la guerra, es preciso que haya una revolución psicológica, y pocos de nosotros están dispuestos a enfrentar tal cosa. Discutiremos sobre la paz, proyectaremos leyes, crearemos nuevas ligas, las Naciones Unidas, y lo demás. Pero no lograremos la paz porque no queremos renunciar a nuestra posición, a nuestra autoridad, a nuestros dineros, a nuestras propiedades, a nuestra estúpida vida. Confiar en los demás es absolutamente vano; los demás no nos traerán la paz. Ningún dirigente, ni gobierno, ni ejército, ni patria, va a darnos la paz. Lo que traerá la paz es la transformación interna que conducir a la acción externa. La transformación interna no es aislamiento; no consiste en retirarse de la acción externa. Por el contrario, sólo puede haber acción verdadera cuando hay verdadero pensar; y no hay pensar verdadero cuando no hay el conocimiento propio. Si no os conocéis a vosotros mismos, no hay paz.
Para poner fin a la guerra externa, debéis empezar por poner fin a la guerra en vosotros mismos. Algunos de vosotros moverán la cabeza y dirán "estoy de acuerdo", y saldrán y harán exactamente lo mismo que han estado haciendo durante los últimos diez o veinte años. Vuestra conformidad es puramente verbal y carece de significación, pues las miserias y las guerras del mundo no van a ser detenidas por vuestro fortuito asentimiento. Sólo serán detenidas cuando os deis cuenta del peligro, cuando percibáis vuestra responsabilidad, cuando no dejéis eso en manos de otros. Si os dais cuenta del sufrimiento, si veis la urgencia de la acción inmediata y no la aplazáis, entonces os transformaréis; y la paz vendrá tan sólo cuando vosotros mismos seáis pacíficos, cuando vosotros mismos estéis en paz con vuestro prójimo.

http://www.jiddu-krishnamurti.net/es/la-libertad-primera-y-ultima/la-libertad-primera-y-ultima-32

jueves, 18 de noviembre de 2010

La plaga

por Gustavo Duch Guillot (*)




En su lengua, he’fê era una persona cuerda que siempre te echaba una mano. He’fê decían los más chicos a aquellas cuyo tiempo vivido, cuya juventud acumulada, les había dado más noches de descubrimientos, más días de experiencia. Arrimarse a un he’fê, impregnarse de sus hazañas y reveses eran lecciones que no tenían precio, pero sí mucho valor.

Cuando la brújula no tenía la respuesta y la decisión no era fácil, cualquiera de la comunidad, hombre o mujer, joven o anciano buscaba un he´fê sabio, despierto, con una perspectiva diferente que supiera sacarle del atolladero. El buen he´fê te daría siempre la pregunta adecuada para que tú pudieras responderte.

También llamaban he’fê a quien proponía  una reflexión colectiva, atizando un buen debate, que les permitía  pensar de forma nueva y diferente, avanzar.

He´fê era la madre que guiñaba el ojo al hijo, que volvía a casa después de haber andado un  camino equivocado, pero volvía por su iniciativa y tesón.

He´fê fue quien durante la temporada de lluvias, con menos cosas para hacer en los huertos comunales, salía en nombre del pueblo a visitar las tribus vecinas y saber de ellas, a organizar encuentros para pensar y repensar en común. Al regreso el he´fê, después de descansar y reponerse, contaba  lo que fue hablado, y pedía disculpas por lo que pudiera haber malinterpretado.

Con la llegada de la modernidad muchas cosas cambiaron. La propiedad de nadie paso a ser titularidad de cada uno o una. Las asambleas se cuajaron en jerarquías. A los consejos, la mayoría sin valor, se les puso precio. Para cualquier cosa que te preguntaras, alguien de arriba, tenía la respuesta que debías utilizar. Hasta las ocas dejaron de volar juntas, cada una debía superarse por si sola. Y les cuesta más que nunca levantar el vuelo. Las palabras cambiaron poco de forma, pero mucho de contenido. Hoy, a quien decide en nombre de los demás sin deliberar, sin indagar en  las preocupaciones comunes, a quien llegó al mando por linaje, herencia o sobornos, a quien no sabe parpadear pero sí levantar la mano, aún se le llama, después de tantos años, igual: la jefa, el jefe.

Y los hogares, los palacios de gobierno, los cuarteles, las fábricas y empresas están saturadas de jefes. Una plaga de mandamases.


(*) Gustavo Duch Guillot es Ex Director de Veterinarios Sin Fronteras, Colaborador de la Universidad Rural Paulo Freire
http://gustavoduch.wordpress.com/

miércoles, 17 de noviembre de 2010

La nueva revolución neoliberal







por Sergio Barrios Escalante (*)




“…ese mundo en que las frases ingeniosas asesinan las ideas más grandes, y en donde no pasa uno por fuerte más que cuando ve claro; y allí ver claro es no creer en nada, ni en los sentimientos, ni en los hombres, ni siquiera en los acontecimientos, pues hasta se crean falsos acontecimientos. Allí, para ser claro, es preciso pesar cada mañana la bolsa del amigo, saber ponerse políticamente por encima de todo lo que sucede; en principio no admirar nada, ni las obras de arte, ni las nobles acciones, y tener por único móvil el interés personal”.
'Eugenia Grandet', de Honoré de Balzac



“Regresar a la década de los años 80 de Ronald Reagan”, fue el slogan de la líder de la nueva horneada del republicanismo duro y de derecha, Sarah Palin. Las políticas del ajuste estructural volvieron a sonar con estruendo en una voz femenina que apela al irrenunciable individualismo americano. Las “reuniones del té” (Tea Party), fue una brillante estrategia para comunicar las políticas del ajuste estructural, que apela al concepto de que el estado solo controla y gasta el dinero del contribuyente”.
'La estrategia republicana en Estados Unidos: Regresión y opresión', de J. F. Coloane. Argenpress, 03/11/10.

Un fantasma anglo-norteamericano recorre el mundo. El fantasma de la revolución ultraliberal. Su mantra y divisa de guerra es; reducir (aún más) el Estado, congelar (aún más) el gasto social, reducir los impuestos (especialmente el de los más ricos), privatizar todos los servicios sociales, exaltar (aún más) la infinita y supuesta importancia del interés individual por encima de cualquier esfuerzo y bienestar común. El espectro de John Locke (1) ha regresado y se pasea alegre haciendo gestos obscenos a lo largo y ancho del mundo angloamericano (Europa y EEUU por el momento).

Analizar brevemente y a groso modo en qué consiste la resurrección de esta nueva versión de un neoliberalismo que ya muchos consideraban al borde de la tumba, realizar algunas puntualizaciones sobre los actores que están moviendo los hilos detrás de este nuevo escenario mundial, poner en evidencia el reciente surgimiento de un contra-poder no-occidental y anti-recesionista, y resaltar algunos de los efectos y repercusiones de los actuales vaivenes de la economía mundial para América Latina, El Caribe, constituyen los principales aspectos que se analizan someramente en el presente texto.

¿Socialdemocracia global o globafascistización?

Hace menos de tres años, cuando empezaba a estallar la crisis de las hipotecas en los EEUU, y cuando se visualizaba su rápida transformación en crisis financiera de escala mundial, Krugman, Stiglitz, Sachs, Soros y otros destacados analistas económicos internacionales, ante la gravedad de la situación se apresuraron a resucitar a Keynes, recomendando la puesta en marcha de políticas económicas y sociales anticíclicas de claro cuño keynesiano.



Desde entonces el desarrollo de los acontecimientos ha mostrado con gran terquedad, hasta que punto los gobiernos directamente involucrados en el estallido de la actual crisis económica mundial, tienen las manos atadas ante los poderes fácticos (en particular, la oligarquía financiera internacional).

Viendo las cosas como estaban publiqué en el 2008 una tríada de artículos que abordaban la cuestión desde distintos ángulos (2), y entre otras cosas, aventuraba en tales escritos que la propuesta sobre una alternativa neokeynesiana era una visión bastante romántica y utópica, especialmente si se esperaba que su implementación viniera de parte de los mismos causantes de la crisis.

Me parecía entonces que ante los intereses de la oligarquía financiera internacional y otros poderes supranacionales, no sólo habrían de resistir y rechazar tales alternativas keynesianas, sino además, preveía que lejos de ello lo que vendría como respuesta sería la implementación de lo que entonces denominé “globafascistización” (3), un proceso que a mi juicio está en plena gestación desde hace varias décadas sin que todavía logre cuajar plenamente, como veremos más adelante.     

Hoy, a tres años del inicio de la presente crisis económica mundial, estamos iniciando un nuevo episodio (una especie de nuevo “coletazo”), el cual ha demostrado que la tan ansiada “recuperación” no ha sido nada fácil, como al principio del colapso algunos creían.

Cada región la ha enfrentado a su modo y con el auxilio de sus propios recursos y posibilidades. Para EEUU, el epicentro de la catástrofe, la recuperación no sólo no ha sido un paseo cómodo, sino además, según lo reconoce The Economist (4), esta ha fracasado. 

Ya en el 2009, en ocasión de completarse dos años del inicio de la gran crisis, R. Bybee analizaba qué tanto Estados Unidos había logrado avanzar en su recuperación, y llegaba a conclusiones como estas;

Es como si la debacle del último año –la que provocó el rescate de 16 billones de dólares de la industria financiera, doblando la tasa de desempleo en EEUU y la pérdida de 2 millones de puestos de trabajo en la industria manufacturera- nunca hubiese tenido lugar. Dos de los cinco mayores bancos de inversión, Bear Stearns and Lehman Brothers, han mordido el polvo, pero los supervivientes tienen la intención de seguir con la fiesta, dólares federales en mano” (5).

Ahora que ha transcurrido otro año más desde aquel fatídico septiembre del 2007, fecha en la que detonó la explosión, estando ahora muy cerca de finalizar el 2010 y con la popularidad de Obama seriamente disminuida una vez finalizada la luna de miel con sus gobernados (6), las medidas de reforma regulatorias del sistema financiero estadounidense han sido relevantes pero claramente insuficientes, según opinión de una amplia gama de expertos y analistas con criterio independiente a la administración gubernamental de ese país.

La misma crisis que empujó hacia arriba a un Obama que subió rápidamente como la espuma, lo empuja ahora hacia abajo. Parte de la respuesta a ello puede encontrarse fácilmente en una breve nota publicada en octubre recién pasado por Krugman, como anuncio anticipado del cambio de suerte que vendría para el presidente apenas una semana antes de su derrota electoral de medio término a inicios de noviembre.

Bastaba tan solo con leer el título que este analista le dio a su nota para entender de lleno el mensaje; “Epitafio para Obama: no ha desaprovechado ninguna oportunidad de desaprovechar una oportunidad” (7). 

En ella el autor pone en evidencia la renuencia de Obama a ajustar cuentas con los banqueros y sus arbitrariedades, las cuales se hicieron escándalo mayúsculo en octubre último con los ilegales y masivos desalojos de miles de familias norteamericanas.

Refiriéndose a lo mismo, la periodista Amy Goodman denuncia la renuencia de Obama de decretar una moratoria nacional de ejecuciones hipotecarias (una promesa de campaña presidencial), y resalta cifras de desalojos realizados por los bancos en septiembre último, que apuntan al lanzamiento a la calle, al menos en el Estado de Ohio, de una familia cada treinta segundos (unas 102,134 familias aproximadamente, si asumimos que cada vivienda recuperada por los bancos estaba habitada al momento del desahucio) (8).

Al respecto, la agencia Reuters y Realty Trac calculan que para fines del año 2010 el número de familias norteamericanas desalojadas por los bancos alcanzará los tres millones de hogares. A ello se deben agregar los dos millones de familias desalojadas durante el 2009 y más de un millón y medio durante el 2008.

Stiglitz por su parte, en su reciente artículo “Justicia para algunos” (proyect syndicate, 14/11/2010), calcula en aproximadamente 4 millones el número de personas que han sido desahuciadas por los bancos entre el 2008 y el 2009.

Y lo anterior es únicamente la punta del “iceberg”. El desempeño de la economía norteamericana parece estancado y no da señales de aliento. El consumo no recupera sus niveles anteriores al inicio de la crisis y las tasas de desempleo siguen altas (rondan el 10 % al mes de noviembre), mientras la pobreza general sigue aumentando por todo el territorio estadounidense.

Apoyándose en cifras oficiales de la Oficina del Censo de EEUU, Bill Quigley destaca el hecho de que el número actual de pobres en este país es el más alto desde hace 51 años (año 1959), lo que equivale a 43.6 millones de personas pobres. Mientras que las mismas estadísticas indican que uno de cada cinco niños en los EEUU, y uno de cada diez adultos de la tercera edad es pobre (9). 

Suficientes razones que explican el voto de castigo que los norteamericanos acaban de propinarle a Obama en las recientes elecciones de medio mandato, en las cuales los republicanos ganaron 239 escaños (los demócratas obtuvieron 185), ganando así mayoría en la Cámara de Representantes.

Es una pérdida de 60 escaños por parte de un partido gobernante, algo que no se miraba en Estados Unidos desde 1948.

Hace exactamente un año (noviembre del 2009), J. Sachs publicó un artículo periodístico cuyo título ya indicaba de por si el diagnóstico del principal problema que desde sus inicios viene arrastrando la gestión del actual mandatario estadounidense.

El texto en mención tenía como encabezamiento “Obama Encadenado”, y en el su autor achacaba al mandatario una virtual paralización política del actual gobierno, inmovilizado entre otras cosas por la fuerte oposición y el lobby congresil de los millonarios y los grandes intereses empresariales, empeñados en frenar las reformas al sistema de salud y las iniciativas relacionadas con el medio ambiente y la reforma migratoria, tres áreas muy sensibles que afectan intereses económicos tanto de la industria privada de la farmacéutica como de la industria del carbón, y el orgullo nacional-racista de los conservadores (10).

En tal campaña de resistencia ultraconservadora ha destacado el legislador republicano por Ohio, John Boehner (quien dicho sea de paso es ya el nuevo presidente de la Cámara de Representantes), cuya principal misión consiste en desmantelar completamente cualquier posibilidad de que se apruebe una reforma al sistema de salud que él mismo ha calificado de “monstruosa” (11).

Por supuesto que cualquier reforma que afecte a los intereses de las grandes corporaciones estadounidenses relacionadas con la industria médica y farmacéutica, siempre será considerada como algo “monstruoso”.

El repentino regreso de Sarah Palin al escenario político nacional y el surgimiento de su estridente movimiento del Tea Party, es otra cara de tales planes ultrarreaccionarios, cuyo objetivo inmediato es terminar de derrumbar la declinante popularidad de Obama y preparar su relevo en un próximo triunfo republicano.

El propio Obama reconoció públicamente horas después de conocer los resultados de las elecciones legislativas del 2 de noviembre último, que el factor económico tiene a la gente muy descontenta. Pero lo que se abstiene de reconocer es que la gente perteneciente a los sectores medios y populares, está furiosa por haber sido privilegiado el rescate de los banqueros antes de atender las demandas de la población, que por cierto, no recibe ninguna clemencia por parte de quienes han sido precisamente subsidiados y recompensados por sus fechorías financieras, con los propios fondos de los contribuyentes quienes ahora, como en el caso de las familias desalojadas de sus hogares, deben salir a vivir a las gélidas temporadas de la intemperie urbana.

Lo que ahora se observa a raíz de la forma como se ha manejado la crisis económica (privilegiando los intereses de los ricos en ese país), es que se ha desatado una abierta guerra de clases en los Estados Unidos. La atmósfera social incluso se ha envenenado en muchos lugares con el gas tóxico del neofascismo, como lo refleja la investigación que inició la Secretaria de Estado de Ohio, Jennifer Brunner, luego de recibir denuncias de que el propietario de un restaurante Mc Donald´s en Canton, Ohio, advirtiera a sus empleados que no recibirían aumento salarial si los demócratas ganaban las elecciones legislativas (12).

La misma lógica se está imponiendo ahora del otro lado del Atlántico, donde después del estallido de las burbujas financieras europeas, ahora ha empezado el estallido de las masas trabajadoras, al constatar que de igual forma, los causantes de la crisis descargan todo el peso de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores, los jubilados, sobre los programas de asistencia social y los presupuestos nacionales, que deben ser recortados para reducir el déficit fiscal y para pagar el endeudamiento bancario.

Analizando la actual crisis de la economía real en Europa, que desde mayo recién pasado ha estallado con especial fuerza en Grecia, Irlanda, Inglaterra, España y Francia (bajo la forma de paros generales, huelgas parciales, marchas y manifestaciones públicas), Michael Hudson ha llegado a una conclusión extremadamente dura sobre lo que allí está ocurriendo y señala; “el capitalismo europeo con rostro humano ha llegado a su fin” (13).

El mismo autor sostiene que “Europa está entrando a una era de control totalitario neoliberal” (14), dado el virtual “golpe de Estado” que la oligarquía financiera europea ha dado a todos los países de la UE en la presente crisis, en particular, a través de las nuevas disposiciones económicas claramente recesionistas que han emitido el Banco Central Europeo, la Unión Europea y el Banco Mundial, estableciendo la aplicación de drásticas sanciones económicas y financieras a los estados de la Unión que se nieguen a reducir sus presupuestos estatales e inversiones en el campo social, y a realizar nuevas privatizaciones, tal y como lo explica en detalle A. Rein (15).

Ante semejante panorama el analista arriba citado considera que tanto la izquierda social y política europea debe empezar desde ya a proponer alternativas de envergadura para crear una Europa distinta al modelo neoliberal que las élites del viejo continente están rediseñando actualmente (16).

Por otra parte, siempre sobre el análisis de la actual crisis económica en Europa, Stiglitz ha evidenciado en uno de sus más recientes libros (17), tres de sus más importantes conclusiones; la primera, su consideración en cuanto a que la crisis se afianza en el viejo continente; la segunda relativa a la fragilidad en la que encuentra el euro (al punto de amenazar su propia supervivencia), y la tercera relacionada con el caso específico de España, al considerar que las actuales políticas de austeridad a las que se ha visto empujada la están poniendo en un callejón sin salida parecido al experimentado por Argentina a inicios de los años noventa (18).

Sin embargo, para fortuna de nosotros los habitantes del resto del planeta (latinoamericanos y asiáticos incluidos), aparentemente esta nueva oleada neoliberal, a diferencia de la iniciada a principios de los ochentas por Tatcher y Reagan, no cuenta con las mismas condiciones políticas para imponerse con igual fuerza.

Las nuevas condiciones geopolíticas y geo-económicas de un recién estrenado mundo multipolar, a cuya cabeza se encuentran las naciones emergentes del llamado BRIC (19), constituyen un “muro de contención” para la rápida expansión de esta nueva generación de recetas de cuño ultraliberal.

Este “neoliberalismo del siglo XXI” se topa ahora con la realidad económica de Brasil, Rusia, India y China, potencias emergentes que muy claramente han manifestado su derecho a tener su propia “revolución industrial”, que implica todo un amplio y profundo proceso de expansión, modernización e industrialización que no puede llevarse a cabo con recetas monetaristas y con políticas fiscales restrictivas (20).

En cuanto a la región latinoamericana propiamente dicha, si bien es cierto que la crisis mundial ha sido aquí amortiguada por sus propias burbujas económicas (las remesas, la narcoeconomía y la reprimarización de sus exportaciones) (21), también es cierto que en la última década diversos países se han ido alejando gradualmente de las recetas neoliberales de viejo cuño, en particular, Brasil, Argentina, Ecuador, Bolivia, Venezuela y Nicaragua, y otros, más discretamente,  realzando la importancia de las políticas sociales como instrumento de combate a la pobreza, aunque sin llegar a realizar cambios estructurales de importancia histórica.

Aunque este texto no es el lugar apropiado para profundizar en ello, es evidente que estas “burbujas económicas” latinoamericanas representan algo así como “pan de hoy y hambre para mañana” (se ha advertido por ejemplo, de que la permanente oscilación e inestabilidad de los precios de las materias primas representan un considerable grado de incertidumbre para los países que dependen de ellas, amén de que las economías asiáticas todavía no están completamente “vacunadas” contra la emergencia de nuevas crisis y burbujas financieras).

El punto de interés aquí es resaltar el hecho de que todos estos factores macro de las economías latinoamericanas, adicionados a una mayor preocupación por implementar políticas sociales de “amortiguamiento” a la pobreza crónica de la subregión, representan vectores o tendencias que van en dirección contraria a cualquier nuevo impulso o pretensión a volver a los viejos años del ajuste estructural a lo FMI y BM de los “gloriosos” y “reaganeanos” años ochentas y noventas del siglo pasado.

Si a lo anterior, y siempre para el caso Latinoamericano, le agregamos las importantes implicaciones implícitas en el avance de los actuales procesos de integración regional (implicaciones en términos de obtención de mayor autonomía económica), la cosa se pone todavía un poco más difícil para cualquier retorno del neoliberalismo puro y duro.

Por supuesto, ello no implica que ciertos países de la región (en particular los tradicionalmente dóciles a los designios del otrora capitalismo hegemónico), no puedan estar expuestos al “contagio” de los arrebatos de estos “desplantes monetaristas” que ahora resurgen cual fantasmas en Europa y en Estados Unidos. Hagamos lo posible para que tal espectro no cruce nuestras fronteras latinoamericanas y caribeñas.




(*) Sergio Barrios Escalante es científico social e investigador, ensayista y escritor. Publica la revista virtual mensual Raf-Tulum.

NOTAS:

1-John Locke: continuador de las ideas políticas de Tomás Hobbes (siglo XVII). Fue administrador de las posesiones coloniales de Inglaterra. Con sus ideas se convirtió en vehemente impulsor del pensamiento liberal. El núcleo de su filosofía política era el planteamiento de que el egoísmo es la fuerza motriz de la conducta humana. A tono con ello, preconizó por la propiedad privada y el valor del individualismo ilimitado frente a los controles y regulaciones del Estado (“Historia de las doctrinas económicas”: Eric Roll; Fondo de Cultura Económica, México, 1978, pp.92-94).

2-Aquí me refiero a los siguientes artículos: “Bear Stearns y las Farc: Economía política de la globafascistización”; “Globafascistización: un concepto nuevo para un problema viejo”; y “El Cuarto Reich”, los tres del mismo autor.

3-El término “Globafascistización” lo sintetizaba como la especulación de Wall Street más el keynesianismo militar del Pentágono, y lo describía como un motor que empuja a una porción importante de la humanidad hacia su re-feudalización, hacia una nueva edad media en pleno siglo XXI…

4- La declinación del PIB real de EEUU en el 2009 ha sido el peor rendimiento anual desde 1946, fecha en la cual Estados Unidos estaba desmantelando su economía de guerra (“A Deeper Hole” -“Un agujero más grande”-: The Economist, Washington 05/08/2010).

5- “Los saqueadores: un año después del rescate de Wall Street, la reforma real del sector financiero es todavía un sueño”: Roger Bybee (Sin Permiso, 22/11/2009).

6- Coincidiendo con la celebración del “Día del Trabajo” en los EEUU (6 de septiembre del 2010), una conocida cadena internacional de noticias reveló que según encuestas de ese momento, un 81 % de norteamericanos encuestados a nivel nacional mostraron descontento con la administración de Obama, particularmente por su incapacidad para detener los elevados índices de desempleo.

7- “Epitafio para Obama: no ha desaprovechado ninguna oportunidad de desaprovechar una oportunidad”; P. Krugman: Sin Permiso: 24/10/10).

8-“Cuando los bancos son los que roban”: A. Goodman: Democray Now: 21/10/10).

9- El artículo de Quigley aquí citado está lleno de abundantes y actualizadas cifras estadísticas socio-económicas oficiales. Es altamente recomendable para su consulta para todo aquel que desee tener una panorámica amplia del virtual y acelerado proceso de “tercermundización” por el cual está transcurriendo hoy en día la sociedad estadounidense ((“EEUU: la guerra de clases en casa”; B. Quigley: Sin Permiso; 31/10/10).

10-“Obama Encadenado”; J. Sachs, Copyright: Project Syndicate, 20/11/2009.

11- Prensa Libre, Guatemala, 05/11/2010, p, 50.

12- Democracy Now: 01 nov-2010

13- The Neoliberal Experiment and Europe's anti-Austerity Strikes: Governments must Lower Wages or Suffer Financial Blackmail (Global Research: M. Hudson, September 30, 2010).

14- Ver el artículo de Hudson citado un párrafo arriba.

15- De acuerdo con Álvaro Rein, “Desde la crisis del euro y de la deuda pública Europea de Mayo del 2010, las clases dirigentes europeas han acelerado notablemente su proyecto de rediseñar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) Europeo y el sistema entero de gobierno económico europeo. Este era el empeño principal de la reunión de los líderes de la UE del 28-29 de Octubre en Bruselas, que aprobó las propuestas del ´task force on economic governance´. Los contenidos de las propuestas se pueden dividir en dos grandes áreas: 1) endurecer notablemente la disciplina fiscal impuesta por el PEC sobre los gobiernos de la zona euro; 2) crear un mecanismo permanente de resolución de crisis que sustituya al Fondo de Estabilidad Financiera Europea (EFSF por sus siglas en inglés) y al Mecanismo de Estabilidad Financiera Europea (EFSM por sus siglas en inglés) que fueron creados en Mayo de 2010 pero que caducan a mediados de 2013. Además de esto se empieza a discutir sobre la propuesta alemana de crear un mecanismo que permita la reestructuración y el impago de la deuda pública. Rein continua diciendo; “El task force, por ejemplo, propone crear un mecanismo de coordinación ex-ante de las políticas macro y fiscales de los países de la zona euro. Este mecanismo obligará a los gobiernos de cada país a consultar con la Comisión Europea y el Consejo de ministros europeos los presupuestos nacionales antes de que se hayan siquiera discutido en el parlamento del país…”, ante lo cual, el analista citado concluye que todo ello representa “un ataque en toda regla contra la soberanía y la democracia nacionales” (“Consejo Europeo; 28-29 Octubre: las élites diseñan la Europa neoliberal del futuro”: A. Rein; Sin Permiso; 07/11/10).

16- Ver el artículo citado firmado por Álvaro Rein.

17- Se trata del libro “Free Fall: Free Markets and the Sinking of the Global Economy” (“Caída Libre: Mercados libres y el colapso de la economía global”, de J. Stiglitz, de cuyo prólogo el diario británico Sunday Telegraph publicó algunos extractos (al respecto ver; “Un balance de 2010”; J. Stiglitz; Sin Permiso, 17-10-2010).

18- En el citado balance Stiglitz reflexiona entre otras cosas lo siguiente: “Las verdaderas novedades de los últimos ocho meses (se refiere al 2010), han sido la paulatina aceptación por parte de economistas y gobernantes de la triste imagen del futuro contra la que yo previne: una “nueva normalidad” con elevadas tasas de desempleo, menor crecimiento y menos servicios públicos en los países industriales avanzados” (“Un balance de 2010: J. Stiglitz: fuente citada arriba).

19- En cuanto a las economías del BRIC estas no dejan de crecer. Tal realidad les permite desde ya en ocuparse de tareas de tal magnitud como la preparación de un Nuevo Orden Financiero Internacional, donde ya no existirá más la hegemonía del dólar, tal y como lo menciona el embajador José Botafogo Gonsalves, presidente del Centro Brasileño de Relaciones Internacionales -CEBRI- (“Dentro de Diez años los BRIC serán mucho más significativos: Agencia Xinhua, Argenpress, 13/04/2010).

20- Como se sabe, la pugna entre “monetaristas” y “fiscalistas” es de suya histórica, y se remonta al menos a doscientos años atrás. Como dice Roll, “mientras la principal preocupación de los primeros recae en la inflación, los segundos se preocupan ante todo del desempleo” (Eric Roll, Op. cit, p. 48).

21- Tan sólo respecto a las remesas que América Latina recibió este año (2010), un reciente informe del Banco Mundial cita la cifra de 58 mil millones de dólares, alrededor de una sexta parte de los montos globales de remesas que reciben todos los países llamados “en desarrollo” (que alcanza la suma de 325 mil millones de dólares); ver Informe “Migración y Remesas”, Banco Mundial, noviembre, 2010). En cuanto a la segunda burbuja latinoamericana, la narco-economía, a pesar de que la mayor parte de las ganancias de la venta de droga a nivel mundial se queda en Estados Unidos, Canadá y Europa (sólo en el caso de la cocaina hasta un 70% de los 72 mil millones anuales, según informó recientemente la Oficina de la ONU contra las drogas y el delito; agencia Notimex; 17/06/2010), aún así, son considerables los montos que se quedan en los países latinoamericanos, los cuales se “lavan” al interior de las economías locales bajo la forma de distintos tipos de “inversión” (en áreas de las finanzas, bienes raíces, empresas comerciales, industriales, centros de diversión y un largo etcétera). Y con respecto a la tercera burbuja mencionada, la “reprimarización” de las economías latinoamericanas, consistente en el auge de las exportaciones de bienes primarios (especialmente productos agrícolas, agropecuarios y minería), es una vuelta a patrones extractivistas propios de los años ochentas, el cual desde hace unos pocos años se viene experimentando con particular fuerza en América del Sur. Según la CEPAL, Sudamérica prácticamente ha duplicado la tasa de expansión de este tipo de exportaciones, mientras que Centroamérica y el Caribe (más dependientes del turismo y las remesas), han reducido dicha tasa en más de un 50 %. Estas cifras reflejan un gran “drenaje” de recursos naturales de Sudamérica en particular hacia el Asia. En términos globales, las exportaciones de materias primas de América Latina y el Caribe componían el 26.7 % del total de exportaciones en 1999, mientras que diez años después (2009), conformaban el 38.8 % del total (“Panorama de la Inserción Internacional de América Latina y el Caribe 2009-2010”; Comisión Económica para América Latina, CEPAL, septiembre, 2010).