jueves, 18 de febrero de 2010

El individuo frente al Mercado

La responsabilidad individual frente a la Religión del Mercado

Desde el punto de vista del Zen, nuestra responsabilidad individual es la de despertarnos y tomar conciencia del mundo real. Somos co-responsables de lo que estamos experimentando ahora. El victimismo es una delegación de responsabilidad. La Religión del Mercado funciona sólo porque los individuos hemos sucumbido a su canto de sirena. Ahora debemos tomar conciencia del poder de nuestro deseo y aprender a usarlo sanamente para nuestro bien y para el bien colectivo. Necesitamos una nueva cultura del deseo.

La sabiduría popular nos enseña que: “No es más feliz quien más tiene (quien más consume) sino quien menos desea”. Esta es también la enseñanza central del Budismo Zen.

Si queremos detener y liberarnos de este engranaje infernal debemos asumir la responsabilidad individual de reducir conscientemente nuestros deseos:  reduciendo nuestros deseos, la cantidad de poder adquisitivo que necesitaremos para satisfacerlos también se reduce. Al reducir la necesidad de poder adquisitivo, reducimos la necesidad de vender nuestro tiempo de vida (nuestro trabajo) a cambio de un salario, recolocando de esta forma la función del trabajo en nuestras vidas y redescubriendo una verdad de Perogrullo: no vivimos para trabajar sino que trabajamos para vivir. Al reducir nuestro tiempo de trabajo, reduciremos inevitablemente la productividad.  Al reducir la productividad (que no es otra cosa que la transformación de recursos naturales en productos manufacturados) reduciremos el uso de recursos naturales. Al reducir el uso de recursos naturales, reducimos la degradación ecológica.

De esta forma podremos ralentizar primero y estabilizar después el crecimiento económico hasta convertirlo en un crecimiento sostenible y solidario con los demás seres humanos y con la naturaleza.

Hoy día, todas las políticas económicas de casi todos los países están basadas en el crecimiento continuo e ilimitado: vamos corriendo hacia el abismo sin darnos cuenta, engolfados en una orgía de consumo y en una alegre despreocupación parecida a la de la belle epoque, de la cual Europa se despertó con la pesadilla de la Segunda Guerra Mundial.

Más allá del brillo y de los oropeles, vivimos unos tiempos dramáticos que nos obligan a asumir individualmente el imperativo moral e histórico de militar activamente para detener e impedir los efectos devastadores que la Religión del Mercado está provocando en todo el planeta y en todas las sociedades humanas.

Individualmente tenemos que vacunarnos y liberarnos interiormente del virus destructor que los propagandistas de la Religión del Mercado nos han inoculado. Tenemos que reducir nuestros deseos y negarnos tanto a una productividad como a un consumo inmorales, insanos e insensatos.

Colectivamente tenemos que movilizarnos y actuar pacíficamente como ciudadanos constituidos en grupos de opinión y de presión. El Foro Mundial, las iniciativas de las diversas ONG o de las instituciones religiosas, las asociaciones de consumidores, el movimiento alter mundista en general, u otros nuevos movimientos por crear,  constituyen cauces apropiados a través de los cuales dinamizar nuestra energía.

Pero también, para liberarnos del virus que los propagandistas de la Religión del Mercado ya han inoculado en nuestras mentes, necesitamos reflexionar, despertarnos, identificar, desmontar y desestructurar la ideología y las creencias que vertebran a la Religión del Mercado y que actúan en nuestro interior, sin que muchas veces seamos conscientes de ello.
 

del libro ZEN EN LA PLAZA DEL MERCADO
Dokushô Villalba
Aguilar, 2008

martes, 16 de febrero de 2010

La doble manipulación de la Religión del Mercado.

Según David Loy (1), la Religión del Mercado nos conquista a través de una estrategia doble:

- Por un lado manipula la tendencia natural hacia la felicidad inherente en todos nosotros, creándonos la ilusión -o el error cognitivo- de que acumulando beneficios y consumiendo desenfrenadamente vamos a alcanzar esa felicidad que anhelamos. Las agencias de publicidad, los especialistas del marketing y los medios de comunicación son los responsables de generar este engaño en las conciencias. Esta ilusión actúa mediante un reducionismo castrador: reduce el anhelo de felicidad a la producción y consumo de bienes materiales.

La ilusión que nos inocula la Religión del Mercado consiste en hacernos creer que la satisfacción de todas estas necesidades se consigue únicamente obteniendo beneficios materiales y consumiendo objetos materiales.

- Por otro lado, una vez generada esta ilusión, la Religión del Mercado exacerba la avaricia y la codicia de una forma también doble:

-  Avaricia de beneficio (a través de la producción).
- Avaricia de experiencias sensoriales (a través del consumo de objetos, de propiedades, de “sensaciones”).

De forma que tanto la obtención de beneficios como su utilización en la adquisición de todo tipo de experiencias sensoriales actúan como un embriagante, como un narcótico que nos vuelve insensibles e inconscientes a la principal causa de nuestra angustia existencial, a saber, que somos mortales y que nuestro tiempo de vida no es eterno.
El diccionario de la RAE define la avaricia como “afán desordenado de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas” y la codicia como “afán excesivo de riquezas; deseo vehemente de algunas cosas buenas; apetito sensual”.

La avaricia y la codicia, que casi todas las religiones tradicionales consideran actitudes perniciosas que deben ser controladas y transformadas, son para la Religión del Mercado las principales virtudes que sus adeptos deben desarrollar.

“Sin embargo, esta avaricia está basada en una ilusión: la ilusión de que la felicidad se encuentra de esta manera. Buscar una realización mediante el beneficio, o hacer del consumo el sentido de la propia vida, desemboca en una falsa religión, una perversión demoníaca de la verdadera religión; y cualquier institución religiosa que hace las paces con la prioridad de los valores del mercado, no merece ser llamada una religión genuina.En otras palabras, la avidez es parte de un falso sistema de valores (la manera de vivir en este mundo) basado en un incorrecto sistema de creencias (lo que es el mundo)” (2). 

La avaricia y la codicia deben ser consideradas también por la sociedad civil como un crimen contra la Humanidad y contra el Planeta Tierra, especialmente en un momento histórico en el que la sobre explotación de los recursos naturales por parte de los países de mayor ingreso es una amenaza para la supervivencia de las presentes y de las futuras generaciones (3). 

“Frente a ellas debemos fortalecer la voluntad moral, tal y como enseñan las religiones semíticas, y desvelar el enorme error cognitivo (ignorancia) que la alimenta, como enseñan las religiones asiáticas” (4).

Visto esto, aunque los propagadores de la Religión del Mercado no van a cesar en el bombardeo propagandístico al que nos someten, cada uno de nosotros, individualmente, debe asumir la responsabilidad de proteger su conciencia de esta propaganda y la de depurar su mente y su corazón de estas lacras moralmente inaceptables que son la avaricia y la codicia, es decir el deseo desbocado hasta el paroxismo.
La manipulación del deseo

La Religión del Mercado se alimenta con la energía de nuestro deseo.
El deseo es la fuerza motora de la vida. Si estoy aquí escribiendo esto y si tú, querido lector o lectora, estás ahí leyendo lo que he escrito, es porque hemos nacido. Y hemos nacido por la fuerza del deseo de nuestros padres.
El poder de desear es inherente a la existencia humana. Los grandes logros que conseguimos individualmente y los conseguidos por la humanidad en su conjunto son debidos a la fuerza del deseo. Desear es vivir y vivir es desear. Ahora bien, ¿desear qué, para qué, cómo, cuándo?
 
La fuerza del deseo debe ser domesticada por la inteligencia, por la sabiduría y por la compasión. En sí mismo, estimulado sin ninguna dirección ni propósito, el deseo es un fuego destructivo, un fuego emocional más peligroso y destructor que el fuego físico. Así como hemos aprendido a manejar el fuego y convertirlo en una fuerza benéfica, debemos aprender a controlar y dirigir la fuerza del deseo. Vemos lo que un incendio descontrolado puede provocar en los bosques y en las ciudades: después del resplandor cegador vienen las cenizas. La Economía de Mercado está incendiando el Planeta estimulando un deseo insaciable en los seres humanos, incitándonos a producir y a consumir sin más dirección ni sentido que la obtención de un beneficio material rápido. Aún vivimos una especie de belle époque pero tras el resplandor de las luces del consumo acechan las cenizas.

Hemos caído en una trampa. Estamos siendo víctimas de un estímulo condicionado global: primero nuestro deseo de consumir es excitado por la publicidad. Pero para poder consumir necesitamos poder adquisitivo, es decir, el poder de adquirir los objetos que deseamos. Para obtener poder adquisitivo nos vemos obligados a entrar en la rueda de la producción y dar nuestro tiempo de vida, en forma de trabajo asalariado. Estamos siendo ordeñados como vacas. La Religión del Mercado sobreexplota a la naturaleza, a los animales y a las plantas. En las granjas avícolas los pollos viven enjaulados. Sus movimientos son limitados. Sus vidas se reducen exclusivamente a comer y defecar. De la misma forma la Religión del Mercado explota a los individuos encerrándoles en un horizonte de vida limitado, estimulando el deseo y la codicia que constituyen la energía fundamental que pone en funcionamiento el engranaje infernal en el que han convertido nuestra existencia.

Ganamos algunas cuentas de colores, un bienestar ficticio, y a cambio nos perdemos a nosotros mismos. A todas luces se trata de un mal negocio para la inmensa mayoría de los seres que poblamos este Planeta.

Un poema zen dice:

La melodía de su vida es clásica.
Su espíritu es puro y su modo de andar
posee una nobleza natural.
Sus mejillas están hundidas.
Sus pómulos son fuertes.
Nadie le presta atención.
El hijo de Sakia
(5) es conocido por ser pobre.
Su apariencia es pobre
pero su espíritu no conoce la pobreza.
Es pobre porque va habitualmente vestido de harapos.
Pero posee la Vía
y en el fondo de su espíritu
guarda este tesoro inestimable.
Y este tesoro, aunque haga uso de él,
no se agota jamás.
Por eso puede hacer que todos
se beneficien de él en cada ocasión
sin ninguna reserva
eternamente(6)



del libro ZEN EN LA PLAZA DEL MERCADO
Dokushô Villalba
Aguilar, 2008











Notas.
(1) Profesor de Filosofía y Religión Comparadas en la Universidad de Bunkyo, Tokyo, Japón. Entre sus últimos libros destaca The Great Awakening: A Buddhist Social Theory, Wisdom Publications. (El Gran Despertar: una teoría social Budista). 
(2) David Loy, “La religión del mercado”. 
(3) Es bien conocida la ecuación según la cual los países ricos, que constituyen el 20 % de la población mundial, consumen el 80 % de los recursos naturales, mientras que el 80 % de la población restante consumen el 20 % de los recursos. La riqueza de unos pocos se asienta en la pobreza de una gran mayoría. La codicia y la avaricia son las actitudes que se hallan detrás de esta injusticia. 
(4) David Loy, “La religión del mercado”. 
(5) Sakia era el nombre del clan al que pertenecía el Buda Sakiamuni. “Hijo de Sakia” designa a los seguidores del Buda. 
(6) Extraído de “Shôdôka, el Canto del Dharma Verdadero”, del maestro zen chino Yoka Daishi. La traducción es mía.

Alerta transgénica

La FAO intenta legitimar a las trasnacionales 

por Silvia Ribeiro 

Del uno al cuatro de marzo 2010 se realizará en Guadalajara, México, una conferencia técnica internacional de la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) sobre cómo se podría manipular y/o hacer transgénico casi todo lo que esté vivo: desde los cultivos y microorganismos hasta los bosques, peces y ganado, pasando por cómo usar más biotecnología en procesos agroindustriales.
 
Cínicamente, los objetivos manifiestos de la conferencia afirman que se hace para plantear las oportunidades y opciones para los países pobres frente a las crisis alimentaria y climática. Para ello la FAO, con apoyo y dinero del gobierno mexicano, tendrá una conferencia cerrada, sólo para invitados, en un hotel de lujo y rodeada de elementos de seguridad (nada alimentaria), limitando enfáticamente la participación real y las propuestas y perspectivas de aquéllos que afirma necesitarían sus supuestas soluciones.
 
Entre los organizadores de la conferencia se encuentra también el Banco Mundial y el CGIAR, ambas instituciones con largas colas que pisar por su impacto negativo sobre los más desposeídos. El gobierno de Estados Unidos e instituciones vinculadas a las industrias de transgénicos están entre los financiadores. Es lógico, ya que la conferencia es uno de los intentos más burdos de la FAO de promover y legitimar los transgénicos, beneficiando a las trasnacionales que los monopolizan.
 
Son muchas y graves las agresiones que encarnan esta conferencia. Una de ellas es que la conferencia se realiza al mismo tiempo que se autorizan las siembras de maíz transgénico en México, centro del origen del cultivo, en un claro intento del gobierno por legitimarse y tratar de tapar las críticas internacionales por este crimen de proporciones históricas, arropándose con la indiferencia de la FAO frente al tema. Peor aún, espera que la FAO no sólo no lo critique, como es su deber según su propio mandato y tratado, sino que termine afirmando que, contra la voluntad de campesinos, indígenas y la vasta mayoría de la población del país, sería bueno para México sembrar transgénicos. O al menos, que la coexistencia de transgénicos con otros cultivos es posible, falacia inventada por las trasnacionales. En Europa, donde se aceptó la coexistencia, ahora hay una campaña masiva para suspenderla, porque la contaminación transgénica –y todos los impactos ambientales, de salud y económicos que conlleva– son incontenibles.
 
Aunque el tema de la contaminación transgénica es grave en cualquier parte del mundo, la contaminación del maíz transgénico en México es devastadora, porque al ser el centro de origen, significa dañar el acervo genético y el reservorio de diversidad del maíz para todo el mundo. Frente al caos climático, uno de los elementos fundamentales es justamente que exista diversidad de semillas, lo que permitiría enfrentar los cambios del clima, con semillas adaptadas a diferentes circunstancias, que estén en manos de los campesinos, no contaminadas y no restringidas por patentes y control de mercados. Pero la orientación del evento es la contraria.
 
 A partir de los documentos que se han publicado para la conferencia, queda claro el intento de la FAO por ignorar que se trata de tecnologías –sean transgénicos o biotecnología en general– que están controladas en porcentajes abismales por unas pocas trasnacionales, que monopolizan tanto los mercados como las patentes. Las pocas referencias que se hacen sobre esto, se restringen a buscar opciones para poder cumplir con los derechos de propiedad intelectual y acuerdos comerciales –y por tanto favorecer a las trasnacionales– en lugar de cuestionarlos por constituir un robo de las empresas a los bienes comunes, un asalto a las semillas que son patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad, como lo expresa la Vía Campesina.
 
Ignorando este contexto fundamental y evitando discutir seriamente los daños ambientales y a la salud, los documentos de la conferencia son altamente útiles a las trasnacionales. Pretenden disimular los transgénicos englobando todo en el término supuestamente neutral de biotecnología, donde entraría desde el yogur que hacía la abuela hasta los transgénicos de Monsanto. En esto y en otros puntos, como el ocultamiento de que los transgénicos producen menos y usan más químicos, es vergonzosa la repetición prácticamente literal de argumentos y fuentes de la industria de transgénicos en los documentos.
 
Estas falacias no quedarán sin contestar. Entre muchas otras actividades y manifestaciones de la sociedad civil que se realizarán en esos días en Guadalajara, la Red en Defensa del Maíz, Vía Campesina y la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales convocan el 2 y 3 de marzo a una primer audiencia titulada La contaminación transgénica del maíz: ¿crimen de lesa humanidad? Habrá testimonios nacionales e internacionales de campesinos, indígenas, activistas, intelectuales y científicos, construyendo un expediente que será presentado en tribunales internacionales. La FAO y esta conferencia constarán en el expediente.
 
Silvia Ribeiro es Investigadora del Grupo ETC
 
www.etcgroup.org

lunes, 15 de febrero de 2010

La manipulación de las conciencias.


Como estamos viendo, uno de los presupuestos ideológicos de la religión del mercado es el de reducir el anhelo de felicidad de los seres humanos a la simple esfera material. Prueba de ello es la obsesión de los economistas y políticos por medir el grado de desarrollo de una población exclusivamente por el PIB (Producto Interior Bruto) y por otros índices de crecimiento económico.

La enseñanza zen no es una mística espiritual destinada a aquellos que ansían dar la espalda a los problemas del mundo y refugiarse en un pseudo nirvana. El mismo Buda Sakiamuni permaneció siempre en contacto con el dolor y el sufrimiento de sus coetáneos. Las enseñanzas y la forma de vida de los primeros budistas despertaron la cólera de los sacerdotes védicos y de algunos reyes, debido por ejemplo al rechazo del Buda Sakiamuni a los sacrificios de animales, a la aceptación de las mujeres en la orden monástica y al rechazo del sistema de castas en la sociedad hinduista de la época.

La compasión que acompaña siempre el despertar de la sabiduría es representada en el Budismo por la figura arquetípica de Avalokitesvara (Kwan yi, en chino; Chenrezi, en tibetano; Kanzeon, en japonés).

El término japonés Kanzeon designa a “aquel que permanece atento al sonido del mundo”, entendiendo sonido como el dolor y el sufrimiento de los seres humanos. ¿Cómo podríamos permanecer sordos los practicantes zen modernos al enorme clamor de dolor y aflicción de nuestro tiempo?

¿Acaso no enseñó el Buda a reconocer la existencia del dolor, a reconocer sus causas profunda, a afirmar el potencial innato de la vida humana para acceder a verdaderos estados de bienestar y de felicidad, y a señalar el camino que conduce desde la aflicción al pleno gozo interno?

La Religión del Mercado es un sistema de pensamiento y una forma de vida profundamente destructivos que está generando un enorme sufrimiento a la humanidad y un desastre ecológico sin precedente. Por ello debe ser denunciada y su sistema de valores debe ser deconstruido a la luz de la sabiduría y de la compasión budistas.

No obstante, al utilizar la expresión Religión del Mercado no me estoy refiriendo solamente a un sistema de valores exterior a las mentes de los individuos, sino a un sistema de valores que se ha inoculado profundamente en el interior de las mentes de millones de individuos. Por lo tanto, no se trata de luchar sólo contra un poder externo, sino de transformar íntimamente nuestros propios sistemas de valores individuales. Todos y cada uno somos co-responsables de lo que nos sucede y de lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Tenemos que asumir nuestra responsabilidad individual y preguntarnos por qué los individuos sucumben (y sucumbimos) en masa a la persuasión de la Religión del Mercado. ¿Qué hay en nosotros que nos vuelve tan enormemente vulnerable a la seducción de la nueva religión?


del libro ZEN EN LA PLAZA DEL MERCADO
Dokushô Villalba
Aguilar, 2008

sábado, 13 de febrero de 2010

¿Hacia el estrangulamiento de la producción de crudo?

por Germán Gorraiz López

Continuación de la dependencia energética del petróleo: El consumo mundial diario de petróleo sería de 30 mil millones de barriles al año, (casi el doble de las reservas petroleras de México) lo que equivale a decir que cada medio año, el mundo fagocita las reservas de un país petrolero importante y las energías alternativas todavía necesitan enormes subsidios como para ser viables en los países en vías de desarrollo, lo que aunado con que   la tecnología del hidrógeno (especie de piedra filosofal que resolverá los problemas energéticos de la Humanidad), es todavía incipiente y la inercia de los activos petroleros no permitirá que las grandes compañías abandones sus equipos e infraestructura actual , hará que la economía mundial siga gravitando sobre la dependencia del petróleo.

El gas se presenta como el  único sustituto ante una  presunta  escasez de petróleo, pero este recurso también sigue el mismo camino de inestabilidad y su declinación es tan solo unos años después que la del petróleo, por lo que algunos países ya cuentan con reservas estratégicas de petróleo que destinan exclusivamente para uso en situaciones críticas para garantizar el consumo interno durante un par de meses, y otros ya están tomando tímidamente medidas de ahorro de energía.

Así , el presidente estadounidense, Barack Obama, anunció este viernes que el Gobierno norteamericano reducirá sus emisiones de gases con efecto invernadero un 28% para 2020 y de alcanzarse el objetivo fijado, supondría ahorrar 250 millones de barriles de petróleo para 2020 y en China, se habría fijado el Plan Energético Quinquenal como objetivo reducir la dependencia del carbón y del petróleo en el 2010, aunque según Greenpeace con un “insuficiente incremento de las energías renovables del 1%) , en un país donde el carbón cubre el 70% de las necesidades energéticas y si continúa la tendencia actual, la combustión actual de carbón se duplicará en 15 años .

Estancamiento de la demanda del crudo debido a la continuación de la Crisis económica hasta el 2012: La OPEP estima que la demanda de petróleo se redujo un 1,6% en 2009 debido a la caída de la actividad industrial que provocó la crisis de la economía global y para 2010. estima que la necesidad de petróleo aumentará en 800.000 barriles diarios  ,con un consumo de 85,1 millones de barriles al día, debido a  los  los problemas de algunos países de la eurozona como Grecia, la corrección de los mercados de renta variable, la subida del dólar y las dudas sobre el ritmo de recuperación de la economía mundial.

En cualquier caso, la recuperación y la demanda estarán lideradas por países emergentes como China, pues su  demanda de petróleo  no ha dejado de crecer vertiginosamente llegando en la actualidad a unos 8.200 mb/d (9,72%) frente a una producción de 3.860 mb/d, lo que hace que sea netamente importador de unos 4.340 mb/d. ( cerca del 10% del total comercializado en el mercado) y para el 2010 China incrementará su demanda petrolera en 0,4 millones de b/d, (número que significa un 50% del total del incremento mundial de consumo petrolero para este año y convertiría a China en el segundo consumidor mundial ).

Inicio del declive mundial en la producción del crudo:  Según la Asociación para el Estudio del Petróleo y el Gas, (ASPO) ,la producción mundial de petróleo habría iniciado ya su declive, fenómeno que se explica por medio de los métodos de análisis del geólogo King Hubbert sobre la producción de petróleo de los Estados Unidos, método conocido como la "curva de Hubbert". Hubbert, calculó en 1956 con extraordinaria precisión, la fecha en que los Estados Unidos no podrían producir más petróleo aunque se perforarán más pozos, proceso de disminución que continúa y provoca que Estados Unidos requiera importar cada año más petróleo.

La producción actual de petróleo proviene en más de un 60% de campos maduros,(que tienen más de 25 años de ser explotados de manera intensiva) por lo que las nuevas prospecciones se realizan en regiones más remotas, con mayor coste productivo y menor rentabilidad, amenazando en muchas ocasiones a reservas y parques naturales y siendo el desfase entre el consumo mundial y los descubrimientos de nuevas explotaciones abismal , en una proporción de 4 a 1.

Según los expertos , el tiempo necesario para poner en marcha a pleno rendimiento un yacimiento es de alrededor de 6 años, por lo que cualquier descubrimiento no podrá entrar en operación hasta después del 2010 y a modo de ejemplo, los nuevos proyectos de infraestructura petrolera de extracción de crudo considerados como "grandes,"(aquellos de mas de 500 millones de barriles), en Arabia Saudí para el 2010 son inexistentes, a pesar de ser el mayor productor del mundo con alrededor de 9.5 millones de barriles día. Así, la producción mexicana también llegará a su cénit en el 2010, pues el principal yacimiento de México es el Cantarell, (que genera las dos terceras partes de la producción mexicana )tiene fecha de caducidad , con los consiguientes efectos colaterales en los ingresos del Estado.

En el caso de Rusia, ya diversos estudios han advertido de que a finales de la primera década del Siglo XXI, este país,(que ha llegado a ser inclusive primer productor mundial de petróleo en periodos del año 2007) podría entrar en una situación de meseta y posterior declive por culpa de las tecnologías obsoletas y del agotamiento de los yacimientos ( en el primer trimestre del 2009, la producción bajó un 0,3% ) y los efectos colaterales de este declive productivo en los países consumidores serán especialmente severos pues llevará aparejado una constricción de las exportaciones todavía mayor, con lo que la UE que consume el 30 % del petróleo ruso deberá acostumbrarse al chantaje energético de Putin.

En cuanto a Irán, posee, según los expertos, las terceras mayores reservas probadas del mundo de petróleo y gas, pero al parecer carece de la tecnología suficiente como para extraer el gas en los yacimientos más profundos y la industria petrolera iraní necesita una urgente inversión multimillonaria pues corre el peligro de sufrir un deterioro irreversible y de acuerdo con el quinto plan quinquenal (2010-2015) puesto en marcha por el régimen, el Gobierno está obligado a invertir unos 155.000 millones de dólares para el desarrollo de la industria petrolera y gasística, pero el contencioso nuclear con EEUU y las posibles sanciones en forma de inanición financiera exterior podrían dejar obsoleto dicho plan.

Por último, Venezuela le vende a los Estados Unidos 1,5 millones de barriles diarios de crudos por razones de cercanía geográfica ( la navegación de los buques petroleros hacia ese país dura 5 días, a Europa son 14 días y al Lejano Oriente son 45 días lo que hace que los fletes sean prohibitivos ) . Sin embargo, según las cifras de la Agencia de Información de Energía de EE.UU, en octubre del 2009 las exportaciones a EEUU cayeron un 16,6 por ciento , iniciando la nueva política de la Administración Obama que conjugaría la ayuda económica y la firma de acuerdos preferenciales con países amigos (México, Brasil, Chile y Argentina) con el Boicot comercial y el aislamiento en los Foros Internacionales de los regímenes de corte populista-progresista (Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia) para lograr la desestabilización de sus regímenes, convirtiendo de paso a Colombia en el portaaviones continental de EEUU.

Posible estrangulamiento de la producción de crudo: El estancamiento del precio del crudo (a pesar de los sucesivos recortes de producción por parte de la OPEP) debido a la severa contracción de la demanda mundial y a la huida de los brokers especulativos , imposibilitará a los países productores conseguir precios competitivos (rondando los 90 $)  que permitirían la necesaria inversión en infraestructuras energéticas y búsqueda de nuevas explotaciones,lo que  podría dibujar un escenario de estrangulamiento de la producción mundial del crudo , una vez superada la actual crisis económica global en el horizonte del 2018.

Ello originará presumiblemente una psicosis de desabastecimiento y el incremento espectacular del precio del crudo que tendrá su reflejo en un salvaje encarecimiento de los fletes de transporte y de los fertilizantes agrícolas, lo que aunado con la aplicación de restricciones a la exportación de los principales productores mundiales para asegurar su autoabastecimiento terminará por producir el desabastecimiento de los mercados mundiales, el incremento de los precios hasta niveles estratosféricos y la consecuente crisis alimentaria mundial  que afectaría especialmente a las Antillas, México, América Central, Colombia, Venezuela, Egipto, India, China, Bangladesh y Sudeste Asiático, ensañándose con especial virulencia con el África Subsahariana y pudiendo pasar la población atrapada en la inanición de los 1.000 millones actuales a los 2.000 millones estimados por los analistas.

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viernes, 12 de febrero de 2010

LOS EFECTOS DE LA RELIGION DEL DIOS MERCADO

 

Los logros.

La economía de mercado ha conseguido importantes logros en los dos últimos siglos, aunque en general estos logros quedan restringidos a una parte minoritaria de la humanidad.

1. Desarrollo tecnológico restringido.
Es innegable el desarrollo tecnológico experimentado por muchos países, especialmente del hemisferio norte, gracias al estímulo generado por el enriquecimiento ilimitado que promete la Economía de Mercado. La Revolución Industrial y la Tecnológica, constituyen un hito en la historia, al menos en la historia de los países que se benefician de ello, dado que tres cuartas partes de la humanidad continúan excluida de los grandes avances tecnológicos.

2. Bienestar material restringido.

La aplicación de la tecnología a las distintas esferas de la vida cotidiana (comunicación, producción y manufacturación, salud, hábitat, educación, acceso a la información, etc.) ha supuesto que la calidad de la vida material haya aumentado como nunca antes en la historia, al menos en la historia de los países que se benefician de ello, dado que tres cuartas partes de la humanidad continúa excluida de este bienestar material conseguido en el llamado primer mundo. Así, aunque la esperanza de vida, por ejemplo, haya aumentado considerablemente en muchos de los países desarrollados y en algunos en vía de desarrollo, lo ha hecho mucho menos en gran parte de la población mundial.

3. Comunicación global restringida.
La impresionante transformación que han experimentado las comunicaciones, tanto en lo que se refiere a desplazamientos de personas y mercancías como al flujo de información ha hecho del planeta una aldea global y ha contribuido enormemente a la emergencia de una conciencia planetaria, especialmente en las zonas económicas desarrolladas. Resulta no obstante paradójico que los países desarrollados tengan abiertas sus fronteras para las materias primas y los capitales procedentes de los países poco desarrollados y no para los seres humanos que los habitan y que aspiran a migrar buscando un mejor nivel de vida.

Los "efectos colaterales".

Aunque los logros son evidentes es lícito preguntarse si el precio real que estamos pagando por ellos, en forma de “daños colaterales”, merece la pena. Somos muchos los que pensamos que quemar la casa para que el fuego nos proteja del frío no es la mejor solución.

1. Crisis ecológica.

La crisis ecológica sin precedente que estamos viviendo es tal vez el daño colateral -que ya está dejando de ser colateral para convertirse en central- más grave. Tanto el desarrollo tecnológico, como el bienestar material y la comunicación global -todos ellos restringidos a una parte minoritaria de la población mundial- están provocando un desequilibrio ecológico que afecta a toda la humanidad. Algunos científicos como James Lovelock, padre de la teoría Gaia, estima que el daño ecológico generado al ecosistema planetario es ya irreversible. Hasta tal punto que afirma que ni siquiera el llamado desarrollo sostenible es ya viable y propone que únicamente con una desaceleración gradual de la producción-consumo tendríamos alguna oportunidad de restablecer a largo plazo el mal causado.

El hecho incuestionable es que estamos produciendo y consumiendo mucho más de lo que el Planeta nos permite. Según la WWF:

Después de la crisis de 1929, los gobierno que se lanzaron a la carrera del crecimiento económico necesitaron un indicador para medir el resultado de sus esfuerzos. El PNB fue inventado por el Premio Nóbel Simon Kuznets para responder a esta necesidad. Hoy día, frente a los desafíos del siglo XXI, y  sobre todo frente al agotamiento programado de los recursos naturales, los gobiernos y los individuos que desean aplicar los conceptos del desarrollo sostenible también necesitan una herramienta de medición pertinente. La huella ecológica es una de estas herramientas.

La huella ecológica es una medición de la presión que ejerce el ser humano sobre la naturaleza. Es una herramienta que evalúa la superficie productiva que una población necesita para responder a su consumo de recursos y a sus necesidades de absorción de desechos…

…A escala global, la impronta ecológica de la Humanidad es una estimación de la superficie terrestre o marina biológicamente productiva necesaria para responder al conjunto de sus necesidades…

…Según el informe “Rapport Planète Vivante 2002” de WWF (1), la huella ecológica global de la humanidad casi se ha doblado en el transcurso de los últimos 35 años y ha superado un 20% la capacidad biológica de la Tierra…

…Este estudio permite también poner en evidencia las profundas disparidades entre los países: la impronta ecológica de los países de ingresos altos es un promedio de seis veces más elevada que la de los países de ingresos bajos…

… Hablando claro, vivimos por encima de la capacidad de recursos del planeta y estamos poniendo gravemente en peligro las generaciones futuras: ¡en el 2050, si no hacemos nada, la impronta ecológica de la humanidad podrá superar el 100 % de la capacidad biológica del planeta!
”.

La crisis ecológica actual no es un problema coyuntural. Es inherente a la economía de mercado tal y como la conocemos ahora. En la base de todo el sistema productivista están las materias primas, que son limitadas. No puede haber un crecimiento material ilimitado basado en materias primas limitadas. La ecuación es así de simple.
La actual crisis ecológica, por sí sola, es de una gravedad tal que no sólo está poniendo en peligro al actual sistema económico sino a la existencia misma de la civilización humana.

2. Injusticia social.

La economía de mercado no sólo no ha paliado la injusticia social -el reparto equitativo de la riqueza obtenida- sino que la ha agravado, ampliando la brecha Norte-Sur y la desigualdad entre las distintas capas sociales en el seno mismo de los países de mayor ingreso. El llamado Estado del Bienestar fenece ante los embates de los adalides del beneficio ilimitado a cualquier precio.

3. Déficit democrático.


Los defensores de la economía de mercado afirman que ésta y el sistema democrático son inseparables. Que la expansión de la economía de mercado expande al mismo tiempo el sistema democrático. Esta retórica está muy lejos de la realidad. Por un lado, las multinacionales y las grandes agencias financieras, verdaderos agentes, intérpretes y promotores de la economía de mercado, son poderes transnacionales no sujetos al control político ni a la voluntad democrática. Por otro lado, estos poderes no pueden permitirse el control ciudadano ni siquiera dentro de un país, por lo cual su estrategia va siempre dirigida a minar cualquier poder que se interponga a sus propósitos, sean estos parlamentos, sindicatos, asociaciones vecinales, de consumidores, partidos políticos, etc. como puede comprobar cualquier observador lúcido de la actualidad.

4. Desvertebración social.

Este déficit democrático propio de las Economías de Mercado conduce inevitablemente a una desvertebración social, en las que los individuos aislados son más fácilmente manipulables para ser conducidos a una productividad ciega y a un consumo exacerbado. La única colectividad lícita es la formada por las masas de consumidores compuesta por individuos aislados. En esta situación, las instituciones públicas tienen como única función la de actuar como gendarmes que aseguran el funcionamiento de la producción y del consumo.

5. Dominación y colonización.


La religión del mercado es quizá el sistema totalitario más eficaz de la historia. Impulsada por un fanatismo excluyente, arrasa el patrimonio histórico, social y cultural de los pueblos, imponiendo una nueva forma de dominación y colonización, ya sea por medio de la presión económica, ya sea directamente por la fuerza de las armas.

5. “Choque de civilizaciones”.

Este intento de dominación ideológica, económica y militar conduce naturalmente al llamado cínicamente “choque de civilizaciones”, expresión desafortunada que trata de ocultar algo mucho más prosaico: la codicia y la justificación ideológica de los que consideran de su propiedad cualquier reserva de materias primas, esté donde esté.

6. Conflictos armados.


Los conflictos armados, como la degradación ecológica, son inherentes a la economía de mercado. No se trata de que haya conflictos armados puntuales y geográficamente restringidos, debidos a cuestiones religiosas o a odios ancestrales. La economía de mercado -sus adalides, para ser más exacto- recurre a la guerra cuando sus ambiciones se ven obstaculizadas. Siendo los recursos naturales limitados como son y estando basada la religión del mercado en la codicia sin límite y en la necesidad imperiosa de recurrir a ellos, las guerras de rapiña se convierten en un hecho consustancial.

7. Incertidumbre global.

Todo lo cual genera el clima de incertidumbre global en el que nos hemos acostumbrado a vivir. No hay más ley que las del Beneficio, la Acumulación, la Producción y el Consumo. El tema de la Seguridad se ha vuelto recurrente. Cada vez nos sentimos menos seguros.  A pesar de los grandes logros conseguidos en los dos últimos siglos, la sensación global es la de que la burbuja puede estallar en cualquier momento. Y en la confusión global nos hacen confundir los síntomas con las causas: ¿es el terrorismo internacional y nacional, es el paro, es la precariedad del empleo y la dificultad de acceder a la vivienda, es la fluctuación de los mercados financieros, es la carestía de la vida lo que nos hace sentirnos inseguros? ¿O estos aspectos no son más que síntomas de un sistema ideológico, económico y casi religioso, auténtico generador de inseguridad e incertidumbre global?

8. Infelicidad global.

La economía de mercado ha generado un gran bienestar material en los países en los que se haya plenamente establecida, es cierto. Pero, ¿qué precio estamos pagando por este bienestar que sólo es material? ¿Puede aportar el bienestar material por sí sólo la felicidad y el bienestar existencial al que aspiramos todos los seres humanos?

Europa conoce una muy fuerte prevalencia de los desequilibrios mentales. De los 880 millones de habitantes que cuente la Región europea, se estima alrededor de 100 millones el número de personas afectadas por la ansiedad y la depresión; más de 21 millones de personas sufren problemas relacionados con el abuso del alcohol…

…En la Región, los trastornos neuropsiquiátricos constituyen la segunda gran causa de enfermedad después de las enfermedades cardiovasculares… La depresión sola es la tercera causa de enfermedad por importancia, es decir, un 6,2 del total de las enfermedades… Cinco de los quinces principales factores que contribuyen a las enfermedades crónicas son de origen mental. En gran número de países europeos, los problemas de salud mental son responsables del 35 al 45 % del absentismo laboral…

En cuanto al suicidio, nueve de los países que presentan las tasas más elevadas de suicidio en el mundo se encuentran de hecho en la Región europea. Según los datos disponibles más recientes, alrededor de 150.000 personas (el 80 % de ellas son varones) se suicidan cada año en Europa. El suicidio es una de las principales causas ocultas de muerte en los jóvenes, ocupando tan solo el segundo lugar en importancia después de los accidentes de circulación entre los 15 y los 35 años…
(2)







del libro ZEN EN LA PLAZA DEL MERCADO
Dokushô Villalba
Aguilar, 2008




Notas:

(1)  Descargable en el web site www.wwf.fr
(2)  Informe de la Conferencia ministerial europea de la OMS, 2006.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Neurología de la conciencia pura


por Mario Toboso


En esta nota trataremos sobre la descripción neurofisiológica del estado de conciencia pura. Para ello partiremos del estudio de la actividad cerebral que configura tanto la conciencia del tiempo como el carácter intencional de la conciencia cognoscitiva, expresado en la prevalencia de la dualidad sujeto-objetiva. La disolución de esta dualidad tiene que ver con la supresión de la temporalidad del sujeto y su transición hacia la Presencia que caracteriza la conciencia pura. Desde el punto de vista de la neurología, ¿es posible dar explicación a una conciencia tal, en la que parecen fundirse el pasado, el presente y el futuro de la persona?

1. La actividad cerebral y la conciencia del tiempo

La representación del tiempo se considera una función del hemisferio cerebral dominante, generalmente el izquierdo, responsable de la distribución secuencial de los acontecimientos, de abstraer las características relevantes de lo percibido y más analítico que el hemisferio derecho, encargado de la representación del espacio y de las tareas holísticas en las que aspectos variados de la percepción son reunidos en una sola unidad.

La descripción habitual considera que el cerebro es el responsable de estructurar el tiempo del ser humano, capaz de memoración y anticipación proyectiva, cuya vida psíquica es fluyente, siendo este flujo el de los actos de la persona. La instalación del sujeto en el tiempo implica la participación de los lóbulos frontales, que intervienen en la proyección de la vida hacia el futuro, y de los sistemas de memoria a corto y a largo plazo (Laín Entralgo, 1995: 303).

2. De la conciencia sujeto-objetiva a la conciencia pura sin objeto

Recordemos que el sujeto que analiza el mundo exterior, lo reduce a partes y lo descompone de acuerdo con las categorías de su conciencia cognoscitiva (chitta) muy poco tiene que ver con el Testigo de la conciencia pura (Chit) ligada a la Presencia. A propósito de esta cuestión, la Presencia del Testigo puede definirse como “la ausencia” del sujeto.

En la transición de la conciencia cognoscitiva a la conciencia pura sin objeto es abolida la naturaleza intencional propia de aquélla (que deja así de estar dirigida hacia los objetos), lo que se relaciona con la disolución de la dualidad sujeto-objetiva esencial a dicha naturaleza.

3. La construcción del “objeto” por parte de la corteza prefrontal

Desde un punto de vista neurofisiológico, las áreas corticales relativas a esa naturaleza intencional se localizan en la corteza prefrontal. Ésta participa en una comunicación a tres bandas con otras partes del cerebro. Por un lado, mediante fibras proyectivas hacia estructuras subcorticales (giro cingulado, tálamo, hipotálamo, hipocampo, amígdala, etc.) implicadas en la orientación y las emociones.

En segundo lugar, por medio de fibras asociativas hacia diferentes áreas corticales relacionadas con los sentidos, el movimiento, el lenguaje y otras funciones cognitivas; a este respecto, resulta particularmente significativo que sólo la corteza prefrontal recibe aferencias de todos los modos sensoriales (incluido el olfato), así como de las áreas de asociación multimodal. Existe también una interconexión abundante entre la corteza prefrontal y las áreas asociativas del lóbulo parietal inferior, implicadas en la formación de conceptos. Todo ello parece indicar que la corteza prefrontal es la región cerebral donde los aspectos abstractos de la percepción sensorial se enlazan en una vivencia unitaria.

Finalmente, a través de fibras del cuerpo calloso se comunican las áreas prefrontales de ambos hemisferios cerebrales. La existencia de este sistema complejo de fibras y conexiones sugiere que la función global de la corteza prefrontal podría ser la integración de sus funciones propias con las de otras áreas corticales y subcorticales de cara a la representación del “objeto”, en un sentido general.

4. La actividad prefrontal y su carácter intencional

Profundizando en el carácter intencional de la actividad prefrontal, se relacionan con el mismo estos tres aspectos: 1) La anticipación y la selección del objeto en general, la concentración y las operaciones cognitivas realizadas sobre el mismo, así como las acciones motoras que hacia él se dirigen. 2) La inhibición de los detalles irrelevantes (sensoriales, emocionales, etc.) relativos al objeto, y de aquellos que obstaculicen su representación. 3) El establecimiento de un punto de vista cognoscitivo relacionado con la dualidad sujeto-objetiva.

En los puntos 1) y 2) el énfasis se sitúa en el reconocimiento de patrones de significado estables y redundantes asociados a los objetos. Su redundancia es debida a las diferentes áreas asociativas funcionando conjuntamente bajo la dirección de la corteza prefrontal, y se impone no sólo sobre objetos ya retenidos en la memoria, sino también sobre la producción de nuevas representaciones.

En lo tocante al punto 3), la dualidad básica entre sujeto y objeto puede llegar a anularse bajo dos condiciones. Por un lado, si la actividad prefrontal cae por debajo de un umbral mínimo, como sucede en el estado de dormir profundo (sushupti), en el que el registro electroencefalográfico (EEG) dominante de ondas delta de baja frecuencia se asocia a una disminución global del flujo sanguíneo en el cerebro, y especialmente en la corteza prefrontal.

Esta disminución global caracteriza también el estado de dormir con sueños (svapna), si bien aquí hay una reactivación del área prefrontal ventromedial, ligada al sistema límbico y a las emociones, aunque como en el estado anterior persiste la desactivación del área prefrontal dorsolateral, responsable de las funciones ejecutivas, la memoria de trabajo, la planificación y el proceso de decisión.

La baja actividad del área prefrontal dorsolateral en estos dos estados de conciencia (sushupti y svapna) provoca la distorsión del sentido del “yo” (ahamkâra) que afecta al punto de vista cognoscitivo mencionado en el punto 3).

Por otro lado, también se llega a la anulación de la dualidad sujeto-objetiva si la actividad prefrontal se eleva por encima del umbral propio del estado de vigilia (jagrat). Este caso se asocia a las experiencias de transición del ámbito de la conciencia cognoscitiva (chitta) al de la conciencia pura (Chit), en las que la temporalidad del sujeto es absorbida en la Presencia.

5. Neuroteología y psicología transpersonal

Mediante modernos sistemas de análisis de imágenes se pueden identificar las áreas cerebrales que incrementan o disminuyen su actividad en tales experiencias. En los casos estudiados, el proceso que conduce a las mismas implica el ejercicio de la meditación profunda, basada en el uso de imágenes mentales o de oraciones. De los estudios tomográficos realizados se desprende que la conciencia pura desvelada a través de la meditación refleja un patrón característico de actividad en las áreas parietal y prefrontal dorsolateral.

Las consideraciones que a continuación esbozamos pueden ampliarse teniendo en cuenta los resultados de las diversas investigaciones llevadas a cabo dentro del terreno de la denominada neuroteología (Austin, 1998). Si bien se trata de una disciplina neurológica recientemente popularizada, el análisis de la conciencia pura es desde hace muchos años un tema fundamental de la psicología transpersonal.

No obstante, las experiencias que lo acompañan han sido sistemáticamente patologizadas, como estados “alterados” de conciencia, por las dos ramas dominantes de la vieja ortodoxia psicológica, la psicología experimental de laboratorio (conductismo) y la psicología clínica (psicoanálisis), incapaces de ver en ellas más que el punto de encuentro de supuestos desarreglos psicológicos.

6. La actividad cerebral reflejo de la conciencia pura

Tanto en el caso de monjes budistas tibetanos (centrando la meditación profunda en imágenes) como en el de religiosos franciscanos (meditando sobre oraciones) las imágenes cerebrales obtenidas por medio de la tomografía computerizada por emisión de un solo fotón (SPECT) revelan una actividad inusual de la región prefrontal dorsolateral y un decaimiento de la actividad del área de orientación del lóbulo parietal, que procesa la información sobre el espacio y la ubicación de cuerpo en el mismo: determina dónde termina el propio cuerpo y comienza el espacio exterior.

Concretamente, el área izquierda de orientación genera la sensación de un cuerpo físicamente delimitado, en tanto que la derecha crea la representación del espacio externo a dicho cuerpo. La actividad del área de orientación requiere el ingreso de datos sensoriales. Si (como ocurre en la meditación profunda) no se da la entrada de tales datos al área izquierda, se limita la capacidad del cerebro para establecer la distinción entre el cuerpo y el espacio exterior. En el caso del área derecha, la ausencia de datos sensoriales provoca una sensación de espacio “oceánico” infinito.

7. Ausencia de tiempo


Además de la pérdida del sentido corporal y del sentido del espacio, un relato común a los experimentos de meditación mencionados es la experiencia de la ausencia del tiempo: la supresión de la temporalidad, al absorberse indiferenciadas en la Presencia las categorías pasado y futuro.

Esta supresión de la temporalidad sería el origen de la sensación de unidad, identidad y paz inefable (Ananda) descrita también en esas experiencias; como si la herida de tiempo de la conciencia cognoscitiva, fracturada siempre entre el pasado y el futuro, fuese restañada como Presencia en la conciencia pura.

Mario Toboso, Doctor por la Universidad de Salamanca con una Tesis sobre “Tiempo y sujeto: nuevas perspectivas en torno a la experiencia del tiempo”, presentada al Departamento de Filosofía, Lógica y Filosofía de la Ciencia, Mario Toboso está especializado en la reflexión filosófica sobre el tiempo. En la misma universidad cursó estudios de tercer ciclo dentro del programa de doctorado “Física nuclear y de partículas”, tras haber obtenido la Licenciatura en Ciencias Físicas. Es miembro de la Cátedra de Ciencia, Tecnología y Religión de la Universidad Pontificia Comillas y del Consejo Editorial de Tendencias21.

17 Julio 2006

Referencias

- Austin, James H., 1998, Zen and the brain: Towards an understanding of meditation and consciousness, MIT Press, Cambridge (Mass.). 

- Laín Entralgo, Pedro, 1995, Cuerpo y alma, Espasa Calpe, Madrid.



Fuente: http://www.tendencias21.net/tempus/9-Neurologia-de-la-conciencia-pura_a12.html

martes, 9 de febrero de 2010

La propaganda de la Religión del Mercado

La nueva Religión del Dios Mercado se ha introducido en todas las instituciones que vertebran la sociedad moderna: en los parlamentos, en el senado, en los gobiernos central y autonómicos, en los partidos políticos tradicionales, en las universidades y en el sistema educativo, en los medios de comunicación (los grandes propagadores), incluso en algunas instituciones religiosas y ong (que ponen el capital obtenido mediante donaciones al servicio del Mercado, jugando en bolsa y contribuyendo con la especulación financiera).

Por lo tanto, no debemos esperar que la contestación a la nueva religión parta de las instituciones establecidas, sino de un movimiento ciudadano de concienciación y en unas instituciones religiosas renovadas que puede inspirarse en la moral universal vehículada hasta ahora por las tradiciones religiosas.

La nueva religión ha sido inoculada subrepticiamente en las conciencias individuales a través del mayor sistema de propaganda, de sedución, de manipulación y de presión que se conoce en la historia. Goëbbel, el ministro de propaganda del III Reich, no es más que un aprendiz de brujo al lado de los nuevos ingenieros de la llamada eufemisticamente “comunicación” y que no es otra cosa que un gigantesco sistema de manipulación de masas. Los publicistas y los medios de comunicación, sean o no sean conscientes de ello, son el órgano ejecutivo de esta propaganda universal.

Las agencias de publicidad y la industria del marketing tienen en sus nóminas de asalariados a los mejores cerebros especializados en psicología y en comportamiento humano. Su misión no es la de educar a la especie humana en valores universales, sino la de escudriñar en nuestra alma con el fin de poner a punto estrategias comerciales capaces de vendernos cualquier cosa y de hacernos comulgar con ruedas de molino. Y esto, con tal arte, que esta flagrante manipulación es vivida por los mismos manipulados como un ejercicio de libertad.

Nuestros gustos musicales, nuestras aficiones, nuestros pensamientos, nuestra manera de ver las cosas, las novelas que leemos, las noticias de la prensa escrita, de la hablada y de la visualizada, las películas a las que tenemos acceso, el color de las paredes de nuestra casa, los adornos del mueble bar, lo políticamente correcto, nuestros conceptos de bien y de mal, todo es fruto de una programación a distancia, es decir, de una teleprogramación.

Nuestra forma actual de desear es un sistema de valores particular, históricamente condicionado - un conjunto de hábitos fabricados como los productos proporcionados para satisfacerlos.

Según el diario comercial Advertising Age, que debe saberlo bien, en 1994, los Estados unidos gastaron 147 billones de dólares en publicidad - bastante más que para el conjunto de la enseñanza superior. Esto traducido a un aluvión de 21.000 anuncios televisivos, 1 millón de páginas de anuncios en prensa, 14 billones de catálogos de venta por correspondencia, 38 billones de folletos publicitarios y un billón de rótulos, pósters y carteles. Esto no incluye las diversas industrias relacionadas que afectan el gusto y gasto del consumidor, como la promoción, las relaciones públicas, el márketing, el diseño y sobre todo la moda (no sólo ropa) cuyo total ascendió a otros 100 billones por año.

En conjunto, esto constituye probablemente el mayor esfuerzo de manipulación mental que haya experimentado nunca la humanidad -todo ello con el único fin de definir y crear necesidades de consumo. No es de extrañar que un niño en los países desarrollados tenga un impacto ambiental treinta veces superior al de un niño del tercer mundo.

En España, el gasto de publicidad ha aumentado en los últimos diez años un 960 %.

Estamos teleprogramados. Esto es Mátrix y no nos damos cuenta. Es más, creemos que somos libres. Creemos que podemos elegir ser lo que queremos ser. Soñamos despiertos.

Se dice que las democracias aparentes de Occidente son la forma de gobierno menos mala, si las comparamos con la dominación descarnada y cruel de las dictaduras convencionales. Esto es cierto. Pero de ahí a creer que estas democracias son el imperio de la libertad hay un trecho demasiado grande.

Las democracias occidentales son la nueva piel del viejo lobo de siempre que viste actualmente la Religión del Mercado, no porque la religión del mercado sea esencialmente democrática (que no lo es) sino porque se ha dado cuenta que en los sistemas democráticos se puede ordeñar más y mejor a los corderos de siempre. Digamos que las democracias son más rentables: la gente produce más porque se la programa para consumir más.

En las democracias actuales se ha racionalizado y optimizado la producción de bienes (menor esfuerzo, mayor ganancia) al mismo tiempo que el consumo se ha vuelto completamente irracional (mayores ventas, mayores ganancias). No importa que gran parte de lo que se produce y se consume no sirva para nada, siempre y cuando genere beneficios. No importa que nos estemos cargando el medio natural que sustenta la vida, siempre y cuando se produzca enriquecimiento a corto plazo. No importa que no se te permita ninguna otra vida alternativa, siempre y cuando los teleprogramadores te hagan creer que eres libre de decidir.

En la película “El show de Truman” el protagonista consiguió escapar del decorado artificial y alcanzar la verdadera libertad. ¿Podremos hacer nosotros lo mismo? Para poder hacerlo, primero debemos querer hacerlo. ¿Queremos hacerlo?


del libro ZEN EN LA PLAZA DEL MERCADO
Dokushô Villalba
Aguilar, 2008

lunes, 8 de febrero de 2010

Economía de la usura


por Albert Recio
 
I

Habitualmente entendemos la usura como la fijación de un tipo de interés excesivo cuando se presta dinero. Una especie de precio monopolístico. Pero si nos limitamos a esta percepción, perdemos de vista algunos de los rasgos más importantes de la cuestión. Muchos de los préstamos usurarios son en verdad impagables. Por ejemplo, esto es lo que ha ocurrido en muchas sociedades agrarias donde agricultores pobres toman préstamos de usureros locales. Basta cualquier incidente imprevisto para que el préstamo no pueda retornarse. Ahí es donde se pone en marcha el verdadero mecanismo de la usura, el que convierte un crédito temporal en una obligación vitalicia del prestatario respecto al prestamista. En la antigüedad clásica este camino podía llegar a la esclavitud. En la sociedad feudal y en otras muchas sociedades precapitalistas este ha sido uno de los mecanismos básicos en el sometimiento de los pobres a los intereses privados de una minoría. Alguien sujeto a un préstamo irretornable deberá pasar toda su vida transfiriendo una parte de su renta al prestamista y/o obligándose a otro tipo de prestación (trabajo gratuito, sometimiento político, dependencia personal...). Tan importante es el nivel del tipo de interés como la incapacidad de liberar el crédito en un plazo razonable. La usura se sostiene asimismo en un régimen institucional en el que el prestamista tiene más poder para imponer sus intereses e impedir que la deuda se salde por la vía del impago. 

El neoliberalismo ha generado un nuevo modelo de usura a una escala inimaginable. Hace muchos años que lo saben los habitantes de muchos países en desarrollo que han experimentado en sus carnes la crisis de la deuda. Una crisis que casi siempre ha tenido su origen en la llegada masiva de flujos financieros al país, flujos con los que se ha financiado gastos públicos inadecuados (especialmente armamento) e inversiones privadas insensatas o meramente especulativas. Después ha tenido lugar algún suceso catastrófico (derrumbe del precio de los productos de exportación, crisis política, etc.) que han generado una crisis de pagos. Y al final, ésta se ha saldado con la imposición de un plan de ajuste, casi siempre con un paquete de ingredientes parecidos: conversión de la deuda privada en obligación pública, recortes drásticos del gasto público y de los salarios, medidas de liberalización exterior, etc.. Es una historia harto conocida. Durante bastante tiempo se atribuían todos los males a la corrupción y mala gestión de las élites de estos países, una coartada moral que permitía a las élites bienpensantes de los países ricos desentenderse del sufrimiento y la injusticia ajena. 

II

Culpar de sus males a los países pobres impedía reconocer los mecanismos que, también en los países ricos, estaban conduciendo a la generación de una situación de usura global. A mi entender, en este proceso se han combinado diferentes factores que han generado una estructura económica peculiar. En primer lugar, cambios importantes en la distribución de la renta nacidos esencialmente de las mutaciones de la organización empresarial y de transformaciones en el mercado laboral. La fragmentación de las grandes estructuras empresariales del pasado mediante los mecanismos estudiados de deslocalizaciones, externalizaciones, subcontratación, etc., así como el debilitamiento de las organizaciones sindicales (no sólo en términos de afiliación, también en su capacidad de promover alternativas) ha jugado en ello un papel esencial. También los cambios en la organización de muchos mercados laborales específicos en los que la pérdida de mecanismos de seguridad ha estado asociada al reforzamiento de incentivos para unos pocos. Las desigualdades han crecido sustancialmente entre capital y trabajo y entre una élite de empleados de "éxito" y el conjunto de la masa laboral. En segundo lugar, la crisis fiscal del estado, especialmente ligada a la generalización de políticas orientadas a contener o reducir el peso de los impuestos y el sector público. Una situación que se ha producido en casi todos los países desarrollados con independencia de sus niveles de impuestos (la misma tendencia anti-impuestos ha tenido lugar en países como Suecia, España o Estados  Unidos, con pesos muy inferiores de la fiscalidad). Esta presión constituye un freno a la expansión del sector público, pero puede convertirse fácilmente en endeudamiento cuando las mismas demandas sociales exigen mayor gasto público, o cuando los gobiernos se embarcan en aventuras de elevado coste (como es el caso del sostenimiento de una guerra imperial en Oriente). En tercer lugar, los desequilibrios entre naciones como resultado de la globalización del comercio internacional han generado nuevas tendencias al endeudamiento perpetuo de aquellas economías caracterizadas por déficits persistentes en la balanza de pagos. Y, dominando todo ello, la desregulación e hiperdesarrollo de un sistema financiero que ha sido el gran promotor y el gran beneficiado de esta economía del endeudamiento global. En parte ha permitido el funcionamiento de una economía donde proliferaban las personas, empresas y estados endeudados. En parte han actuados como promotores del endeudamiento con ofertas de todo tipo de créditos (hipotecas, tarjetas de crédito, préstamos colectivos…). En la burbuja inmobiliaria, ésta es una de las cuestiones que más ha favorecido este nivel de endeudamiento, su papel de pirómanos parece fuera de dudas: no sólo han sido generosos en la concesión de hipotecas a los compradores privados de vivienda sino que la suculenta financiación a los promotores está en la base del desaforado precio del suelo que alimentaba todo el proceso. 

Sin duda, la bóveda de esta estructura se encuentra en el entramado de organismos internacionales y normas reguladoras que han acompañado todo el proceso. Un elemento crucial, puesto en evidencia en las primeras crisis de la deuda de los 80 era la introducción de un régimen que impedía saldar las deudas con pérdidas para los prestamistas. La conversión masiva de deuda privada en deuda pública que tuvo lugar en Latinoamérica, diseñada para evitar la quiebra de la banca prestamista, dejaba claro que, al igual que en la usura medieval, el poder estaba en manos del prestamista. Y, en consecuencia, que la crisis de la deuda tiende a perpetuar la dependencia. 

III 

Lo novedoso de la crisis actual es que su estallido ya no se ha producido en un país remoto, presumiblemente controlado por un Gobierno y unas élites corruptas, sino que ha tenido lugar en el centro mismo de las economías capitalistas. Y, aún con plazos y fórmulas específicas, la pauta de respuesta parece seguir la lógica de una economía usuraria. En la primera fase se ha tratado de evitar que la crisis de la deuda (esto y no otra cosa es la crisis de las "subprime" y de las empresas inmobiliarias incapaces de "colocar" en el mercado promociones a precios desorbitados) se ha tratado de salvar a los prestamistas mediante ayudas públicas directas y la asunción por el Estado de los "paquetes" de créditos fallidos. Y también con una política de gasto público orientada a mantener algo de la demanda evaporada con la crisis financiera. 

Con ello se ha salvado del desastre al sector financiero y se ha reducido parte del desempleo potencial que se podía crear. A cambio se ha producido un elevado déficit fiscal en muchos países. Un déficit que genera una nueva fase de endeudamiento en la que los grupos financieros que lo han provocado (y los grupos sociales enriquecidos que representan) vuelven a estar en la posición fuerte de los prestamistas con los que la colectividad está entrampada. 

Estamos entrando en la segunda fase de la crisis. Si en la primera el principal coste social ha sido el desempleo masivo, en la actual a este factor se le sumarán los intentos de recortes del gasto público justificados por el elevado endeudamiento de muchos estados. No deja de ser sorprendente que las mismas entidades de evaluación de riesgos (Standard & Poors, Fitch, Moodys) que tan laxas fueron en la evaluación de los riesgos del sector financiero, se están erigiendo en los más acerados críticos de la deuda pública. Y están consiguiendo que los Gobiernos reaccionen con propuestas de políticas de austeridad que pueden significar tanto nuevos aumentos del desempleo como graves deterioros de servicios sociales básicos. Un proceso que ya está afectando a los planes más drásticos de ajuste como el de Letonia o el que se está elaborando en Grecia, pero que pronto llegará a otras poblaciones atrapadas en el drama de la crisis fiscal y la economía de la usura. España tiene bastantes puntos acumulados para figurar en la próxima tanda de países sujetos a planes de ajuste. Si alguien dudaba de la persistencia del modelo de usura global, solo hay que prestar atención al caso islandés, donde la población va a ser sometida a indemnizaciones a los especuladores anglo-holandeses que creyeron las promesas de alta rentabilidad ofrecidas por Landsbanki. La quiebra de este banco se ha convertido en una deuda obligatoria para toda la ciudadanía de su país de origen. Y esto que se decía que en la época de la globalización el capital no tenía patria.

IV  

Están en el aire las posibles reformas del sistema financiero que cada dos por tres prometen algunos líderes mundiales. Curiosamente Rodríguez Zapatero, el paladín de la socialdemocracia europea, es de los menos activos en este terreno. Quizás porque sabe del enorme poder que tiene la banca española y la capacidad de mecanismos en los que influye. Aunque la crisis ha dejado "tocada" la imagen del sistema financiero mundial, gran parte de su poder político, económico y cultural sigue intacto y puede esperarse que desarrollen una resistencia feroz a los intentos serios de minar su poder. El endeudamiento público y el desempleo van a ser argumentos que van a utilizar como defensa frente a un sector público presentado como derrochador, incapaz o ineficiente.

El deterioro de lo público ha sido una de las grandes victorias del neoliberalismo. Que ha contado entre sus aliados a gran parte de las élites políticas e intelectuales. Casi nadie ha sido capaz, o siquiera lo ha intentado, de hacer una defensa razonada y una batalla cultural en defensa de lo público. Ni siquiera en la actual crisis mundial, donde se ha puesto de manifiesto el fallo sistémico del mercado, y especialmente del mercado financiero. Y donde lo único que ha evitado el desastre ha sido, con todas sus imprecisiones e incongruencias, la intervención pública.   

Nadie ha discutido la economía de la usura en la que estamos inmersos. Puesto que para ello hace falta replantear muchos aspectos del modelo dominante. Y nadie, incluso en el mundo del espacio alternativo que trata de defender, organizar y mejorar la condición de la mayoría de la población, ha sido capaz de articular una respuesta en defensa de la público audaz y efectiva. Pronto conoceremos los efectos de la economía de la usura cuando empiecen los recortes en serio de gastos públicos básicos. De momento ya ha empezado el goteo. Basta preguntar a cualquier gestor de entidades sociales para tener noticia de recortes de subvenciones, pagos que no llegan, servicios que se deterioran. Pero ni en los sindicatos, ni en las ONGs., ni en los partidos de izquierda nadie parece dispuesto a lanzar un movimiento social que para la gangrena. Que como menos sirva para enfrentar la predominante economía de la usura con la necesidad de una economía al servicio de la colectividad, donde lo público debe jugar necesariamente un papel destacado. 

(*) Albert Recio es profesor de Economía Aplicada en la Universitat Autònoma de Barcelona
 

fuente: mientrastanto, febrero 2010

domingo, 7 de febrero de 2010

Los Diez Mandamientos de la Ley del Dios Mercado



La religión del mercado se basa en leyes, explícitas o tácitas, cuya obediencia es impuesta a todos:

Primera Ley: El máximo beneficio económico (capital, objetos materiales, servicios, riqueza material) es el paraiso en la Tierra.

Segunda Ley: La economía de mercado es el orden natural del mundo, la verdad objetiva, la palabra de dios.

La economía de mercado es presentada como la única realidad posible, la expresión de una voluntad sobrehumana emanada de una autoridad incuestionable. Es decir, la economía de mercado es una nueva forma de monoteismo. Toda intervención humana es considerada contraproducente, inútil, una amenaza para el orden natural de las cosas y por lo tanto para el bienestar de la humanidad, ya que el dios mercado nunca se equivoca. Es omnisciente.

Por lo tanto, la economía de mercado es siempre justa y correcta y sus dictados son mandamientos que están por encima de cualquier otra  moral o valor.

Tercera Ley: La vida humana es tiempo de trabajo, capacidad productiva
Eres según lo que produces y según la cantidad de lo que produces.  El trabajo es valorado según la oferta y la demanda y es considerado como un coste en los intercambios económicos. No trabajas para vivir, vives para trabajar.

Cuarta Ley: La naturaleza no es más que una reserva de recursos necesarios para el proceso de producción o una masa de tierra con la que especular. 
La naturaleza no es más que un conjunto de objetos inertes cuya unica utilidad es ser explotados hasta la extinción.

Quinta Ley: El patrimonio social, cultural y espiritual es capital fungible que puede ser comprado o vendido.

Sexta Ley: El valor de las cosas sólo está representado por el precio.

Séptima Ley: El individuo, considerado sobre todo como productor-consumidor, es el objeto principal de la economía de mercado
El individuo tiene la libertad y el deber de consumir todo lo que produzca la Economía de Mercado.

Octava Ley: Debes tener fe en el Progreso, entendido como crecimiento económico (material) ilimitado
En el futuro se producirán más y mejores bienes materiales y podrás consumir más y acumular más beneficios.

Novena Ley: El deseo de consumir más y de acumular cada vez más bienes te permitirá alcanzar el paraiso terrenal (la máxima felicidad).

Décima Ley: Sólo vence el más fuerte. 
Para consumir hay que acumular. La competitividad es la regla de oro. Principios éticos tales como compasión, altruismo, solidaridad, generosidad deben ser considerados supersticiones del pasado.








ZEN EN LA PLAZA DEL MERCADO
Dokushô Villalba
Aguilar, Madrid, 2008